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- Nadie quiere jugar
- El País, Comunidad valenciana arg., 2001-09-23 # Rafael Sirventillo y Mariano Ortiz, Elche
Nosotros sí leímos el artículo de Savater Jugando a papás y mamás, y no trataba sobre la adopción de homosexuales. En dicho artículo creímos entender que los homosexuales podrían perfectamente adoptar niños huérfanos, pero a lo que Savater se negaba era a que una pareja homosexual pudiera inseminar a uno de sus miembros (las lesbianas) o a una madre de alquiler (los gays) para poder tener un hijo. Evidentemente, el tema ha producido confusión opiniones a favor y en contra del derecho de adopción de los homosexuales. ¿Y saben qué les decimos a los que están en contra? Que no se morirán sin ver esa realidad aceptada. Como pareja (los dos gays, claro) somos física, psíquica y económicamente un núcleo familiar capaz de acoger a un niño y darle amor y educación. Y poco nos importa el graznido de los de siempre o la reunión de voces histéricas que tratan de defender los derechos del niño. Porque tampoco son nuestros derechos los importantes. Es el derecho del niño a encontrar personas responsables que se hagan cargo de él, heteros u homos. Claro que lo veremos. Antes, por escribir esto, nos hubieran enviado a la hoguera o, como mínimo o encarcelado. Desde luego, esto no es un juego. Al menos, los bienpensantes de toda la vida ya nos dejan opinar. Y no podrán parar la evolución de los valores de la sociedad.