- El ex sacerdote gay que hace de cura en Chiquititas
- Sentido G, 2006-12-18 # Gema Gallardo · Uno
Era cura y se hizo famoso al dejar los hábitos, confesar su homosexualidad y escribir un libro al respecto. Ahora, curiosamente, interpreta a un sacerdote en la tira Chiquititas y tiene un futuro promisorio en
Se llama Andrés Gioeni, es actor y modelo mendocino y está haciendo una carrera ascendente en Buenos Aires. Tal vez por su nombre lo recuerden muy pocos, pero si decimos que fue el famoso y polémico cura gay que abandonó los hábitos para dedicarle más tiempo a su carrera artística por 2003, y que fue noticia en todos los medios de comunicación del país, tal vez así muchos sepan de quién se trata.
Este año ha sido para Gioeni muy importante, ya que ha participado en las telenovelas y series más exitosas del país. Encarnó a un cura en la tira infantil Chiquititas (Telefé), hizo del amigo homosexual de Juanita Viale en Se dice amor (Telefé), de chef en Montecristo (Telefé) y varias participaciones en los unitarios Un cortado. Historias de café (Canal 7 Argentina).
Motivado por dos de los personajes que encarnó y que rozan muy de cerca su vida personal es que decidimos entrevistarlo, pese a que el sacerdote que quiso ser actor aclaró antes de comenzar con la nota que de su pasado ya no quería hablar. “Ya no quiero darle rosca a eso”, dijo.
–Tuve la oportunidad de aparecer en Casados con hijos 2, donde encarnaba al marido de la sobrina de María Elena y también hice de médico. Esto estuvo bueno porque se encara la parte actoral desde la sit com, que exige una actuación muy distinta a la de la ficción común, ya que hay que jugar más con el histrionismo, algo que lo tengo incorporado desde que hacía teatro en Mendoza con Lita Tancredi. En Canal 7 hice una participación muy chiquita en Cortado... y como les gustó mucho a los productores me volvieron a llamar para hacer el protagónico de un capítulo. Estuvo bastante copado, porque todas las escenas las tuve que encarar yo. Tuve dos participaciones con continuidad en Se dice amor y Chiquititas. En la primera salí hasta que Juanita Viale se tuvo que ir a vivir a Chile porque al Manguera (Gonzalo Valenzuela) le salió un trabajo allá; y el otro del padre Wenceslao, que era un personaje clave en Chiquititas porque era el único que sabía donde estaba la hija de Magalí (Jorgelina Aruzzi), que la viene buscando desde un principio en la tira.
–¿Y qué significo para vos encarnar estos dos papeles que se acercan a tu vida personal?
–Lo que trato de hacer es ocupar las herramientas que uno ha adquirido con la experiencia, pero muchas veces uno tiene que armar un personaje desde algo distinto para poder interpretarlo, porque sino estás repitiendo lo mismo. No sólo es aburrido para uno sino que no conseguís credibilidad. Si al personaje le inventás una historia de fondo que no tiene nada que ver con vos es mejor, porque lo podés encarar desde otro lado. Estos dos personajes son totalmente distintos. Uno requería una actuación hasta estúpida, entre comillas, porque yo tenía que hacer de marica cuando estaba con Juanita, pero a su vez tenía que disimular cuando estaba al frente de su familia. Es un personaje medio careta y yo trato de llevar mi sexualidad desde un ámbito mucho más sincero que el personaje. Por eso te digo que tenés que inventarle una historia para que sea creíble.
–Con respecto al cura que encarnaste en la serie que produce Cris Morena, ¿creés que puede haberle causado alguna molestia a
–No. No, para nada porque fue un sacerdote dentro de las pautas que
–¿Seguís trabajando de modelo?
–Sí, sí, pero para publicidad solamente, porque como estoy trabajando mucho tiempo y escribí dos obras de teatro para chicos que durante este año estuvieron bastante movidas, no tenía mucho tiempo para dedicarme a todo. Por suerte ha sido un año bastante movido y bueno en lo laboral.
–Contáme un poco de estas obras infantiles.
-Una es Irupé, la bella durmiente, que tuvimos posibilidad de llevarla a Mendoza al teatrito de
–¿Pensás regresar a esta provincia para hacer teatro?
–Sí, sí. Siempre tengo el anhelo de ir y realizar algo. Siempre que he ido a ver los show de Adrián Sorrentino hemos estado conversando la posibilidad de hacer algo juntos. Yo a Mendoza la amo y cada vez que voy me gusta disfrutarla, por eso aprovecho para ir al teatro y juntarme con Ariel y Fabián Sevilla (periodistas de este medio), que fueron compañeros míos de teatro. Eso es algo que no se pierde y se lleva en el corazón.
–Para el año que viene, ¿qué proyectos tenés?
–Ahora están empezando todas las preproducciones para la tele y lo bueno es que me he podido presentar con mi material. Estuve también en Montecristo haciendo de chef, el que renunciaba porque no le gustaba cómo lo trataba el déspota que encarna Oscar Ferreiro.
–Has trabajado con muchos actores famosos y de una trayectoria importante, ¿qué significa esto para vos?
–Es una experiencia relinda, y un crecimiento bastante grande el poder compartir con toda esta gente una escena. Lo bueno es eso justamente, en las tiras en las que he participado me ha tocado interactuar con grandes personalidades. Está muy bueno eso porque aprendés mucho más de ellos de lo que vos tratás de armar.
–¿Te resultó difícil insertarte en el ambiente artístico porteño?
–Fue difícil. Acá hay un dicho que dice: “Por cada chinito que nace en China, acá hay la misma proporción de actores que quieren actuar”. La verdad que cuando vas a un casting te encontrás con más de 200 personas para un solo personaje. Es difícil dedicarte a esto porque no es lo que te daría guita.
–¿No son bien remunerado los papeles?
–Sí, te pagan bien, pero tenés que tener varias participaciones. A mí este año me ha ido muy bien. Pero si vos no llegás a conseguir eso, te morís de hambre.
–¿Has logrado hacerte de amigos de la farándula porteña después de haber estado en series con personalidades tan importantes?
–Si las personas que trabajan en la tira tienen buena onda sí, porque tenés tiempo entre grabaciones y tenés que compartir un café. Con Juanita tenía muchos prejuicios, pero ella hasta me prestó el DVD de la serie Lost y me terminé haciendo adicto por culpa de ella. Y con Francella y Peña… ellos son un poquito más difíciles (risas).