- La columna jónica
- Lobos
- Gehitu Magazine, 2006-02, 10 zbk., 32 or. # Oscar Hernández
Llega febrero, otsaila, el mes de los lobos, y con él, el clímax del invierno, de esta época oscura, triste, apagada, inerte… Quizá otsaila reciba su nombre porque los lobos en esta época, desesperados por el hambre, no tenían otro remedio que acercarse hasta las granjas y los caseríos en busca de algo que llevarse a la boca… Quizá. Lo que está claro es que este mes de invierno, como todos los meses de febrero, se caracteriza por los aullidos de los lobos.
Los que vivimos en ciudades y pueblos de cierta envergadura ya no oímos ni vemos a los antepasados de nuestros amigos fieles, los perros, asomarse entre los árboles con los ojos encendidos, pero sí que vemos otra clase de lobos que acechan por doquier con los ojos igualmente encendidos.
Este pasado mes de enero ha significado para Italia un mes de reivindicaciones por las uniones de hecho, tanto hetero como homosexuales. Parece mentira que a una hora de avión pasen cosas como las que sacuden el país de las góndolas, pero es así. El pasado 14 de enero Roma y Milán vivieron sendas manifestaciones organizadas por asociaciones y sin el apoyo de los partidos políticos, ni siquiera de ninguno de los integrantes de la coalición de centro-izquierda que pretende sacar a Berlusconi del poder. Estas manifestaciones ciudadanas convocadas con el método del “pásalo”, reivindicaban la legalización de las parejas de hecho (de todas) y la no modificación de la actual ley que permite ampliamente el aborto en aquel país. Parece que allí van reculando en su legislación.
El caso es que con pancartas contra el clero, la curia vaticana y alabanzas al presidente Zapatero (político que en aquel país se ve con ojos envidiosos), los miles de manifestantes han plantado cara a las políticas conservadoras tanto del gobierno Berlusconi como de la oposición y muy especialmente a las continuas injerencias del Vaticano en la política del estado aparentemente soberano de Italia.
La reacción de la maquinaria católica no se ha hecho esperar y con el papa Ratzinger a la cabeza, iglesia, gobierno y parte de la oposición, todos a una, como en Fuenteovejuna, ha comenzado un ataque mediático contra las asociaciones convocantes y por la protección de la sacrosanta, católica y apostólica Familia.
Los lobos tienen hambre, sí, y como el invierno es duro, salen de lo profundo del bosque para buscar comida en las laderas de los montes. Pero los lobos evolucionan y hoy en día se disfrazan, algunos de oveja, otros de pastores y muchos de traje y corbata.