- ¿Es la epidemia de SIDA en África un fiasco?
- Afrol News, 2004-01-29 # Rainer Chr. Hennig
El especialista austríaco en medicina reproductiva, Christian Fiala, encabeza este grupo creciente de investigadores que cuestionan esta supuesta extensión del "desastre SIDA" en África. Él asegura que - mientras existe realmente una predominio del HIV en el continente - los números que se presentan por parte de la agencia de la onu ONU-SIDA y las autoridades nacionales de salud están muy inflados.
Fiala, en una carta hacia el prestigioso 'British Medical Journals', clama contra la "histeria" refiriéndose a la epidemia en África. Estas estadísticas alarmantes están sólo "basadas en estimaciones y en ciertas asunciones". Los investigadores cercanos a este investigador austríaco, creen que él y el British journal son bastante "valientes" simplemente publicando esta "crítica".
Ya en 1994, un estudio publicado en el 'Journal of Infectious Diseases' concluyó que los tests-HIV usados serían "seguramente insuficientes para el diagnóstico de esta infección en el África central". Esta inapropiada naturaleza de los tests del HIV, de acuerdo a Fiala, ha sido más tarde "confirmada" en varios estudios médicos.
- Particularmente en África, escribe Fiala, "la gente tiene un alto número de anticuerpos contra enfermedades infecciosas o contra proteínas "ajenas", tras recibir transfusiones o inyecciones sucias. Algunos de esos anticuerpos pueden dar un falso positivo en un test del HIV."
Pero entro los millones de africanos diagnosticados con SIDA, poquísimos han sido realmente "testeados" por medio de esos "tests inapropiados". El diagnóstico del SIDA en este continente se hace mayormente mediante otros "standards", algo que fue decidido por la OMS en el 1985, por el alto coste de los tests.
De acuerdo a la definición de la OMS en África "el SIDA es diagnosticado basándose en síntomas clínicos inespecíficos y sin tests del HIV", dice Fiala. Incluso hoy, "la gente con -por ejemplo- diarrea, pérdida de peso y picores son declarados como pacientes con SIDA. Pero también los síntomas típicos de la tuberculosis - fiebre, pérdida de peso y tos - están oficialmente considerados como SIDA, incluso sin la intervención de ningún test del HIV", asegura el especialista austríaco.
- Para obtener estimaciones totales de los casos de SIDA, la OMS, en sus centros de Ginebra, añade a los casos registrados un gran número de casos no reportados, que presume que existen, explica Fiala. "Así, en Noviembre del 1997, la OMS anunció que desde su reporte en julio del 1996, ha habido 4.5 millones de casos de SIDA más en África. En este período, sin embargo, "sólo 120,000 pacientes de SIDA fueron realmente registrados".
Se han dado más pruebas para estas "erróneas" estadísticas sobre la "pandemia SIDA" en el caso de Uganda. Hace diez años, Uganda fue reconocida internacionalmente como el país más azotado por la enfermedad, llegando al 30% de afectados. Ahora, el gobierno de Kampala, celebrado por ser un ejemplo a seguir en cómo luchar contra el SIDA, asegura que su enérgica campaña ha sido muy útil.
Fiala considera este éxito ugandés un fiasco, ya que nunca habría habido tantos casos de SIDA reales como dicen, debido al poco "testeo" y a las estadísticas equivocadas, que "inflaron" los números.
Y Fiala encuentra pruebas mirando en los nuevos censos de población. En la década pasada, debido a ese alto número de casos en los primeros años 90, debería haber existido una alta mortalidad por SIDA en Uganda. No fue así. La mortalidad en el páis de hecho ha declinado, especialmente por el decrecimiento de las tasas de mortalidad infantil. Uganda está creciendo en población en una media anual del 3.4 % - la mayor hasta ahora.
Además, también contradice al gobierno ugandés en su aseveración de que habrían conseguido una mayor abstinencia sexual gracias a sus campañas y por ello menos SIDA. En el 2002 los datos reales fueron precisamente que las mujeres ugandesas tenían el mismo comportamiento que 10 o 13 años atrás. Además, la protección contra el SIDA tampoco podría funcionar pues sólo el 2 % de las mujeres de Uganda usa regularmente condones.
El escritor sudafricano Rian Malan llega a similares conclusiones en un artículo reciente en el 'Spectator', acerca de la epidemia en el sur de África. En su artículo "África no muere por el SIDA", Malan reacciona también contra la aseveración de la ONU-SIDA que asegura que 30 millones de africanos tienen HIV/SIDA.
- Dice también Malan que las estadísticas están exageradas. En Botswana, "el país con más SIDA del mundo", varios informes aseguraban que la población había decrecido de 1.4 millones en 1993 a menos de uno ahora, y debido a la pandemia de SIDA.
No es cierto, dice Malan. "Botswana acaba de concluir un censo que muestra que la población crece en una tasa del 2.7 % al año, y, a pesar de lo que se describe usualmente como el mayor problema de SIDA en el planeta, la población total se elevó a 1.7 millones en sólo una década. Botswana está entonces experimentando un ligero boom poblacional, concluye el escritor sudafricano.
Continúa hablando sobre las estadísticas, tanto de la ONU como de las nacionales, sobre las muertes por SIDA en Sudáfrica. La ONU-SIDA está usando un simulador por ordenador llamado Epimodel para estimar las muertes relacionadas con el SIDA, y éste ha producido una estimación de 250,000 muertes por SIDA en Sudáfrica sólo en el año 1999.
Sin embargo, este país, al contrario que otros países africanos, tiene informes adecuados sobre su mortalidad. Los datos en Pretoria muestran que las muertes totales en el año 1999 y por cualquier tipo de causa habrían ascendido a 375,000 - "lo cual es muy poco acomodable a la afirmación de la ONU sobre las muertes por el virus HIV", dice Malan.
Un estudio sudafricano basado en datos locales de mortalidad reduce el número estimado de víctimas del SIDA a 143,000 - que serían aún el 40 % de todas las muertes en el 1999. Más tarde los estudios llegan a bajar aún más ese número en Sudáfrica para este mismo año, hasta llegar a cerca de 65,000 - "lo que está bastante lejos del 250,000 de la ONU-SIDA," comenta Malan.
Estudios locales en Sudáfrica - donde fueron "testeados" ciertos segmentos de población - , de acuerdo con Malan, muestran la diferencia entre las estimaciones oficiales y estas otras. En una universidad en KwaZulu-Natal comprobaron una tasa de afectados aproximadamente 10 veces menor de lo esperado. Malan cree que la situación es la misma en otros países africanos donde se usan las estimaciones de la ONU-SIDA.
Paul Bennell, un analista de políticas de la salud del instituto de la universidad de Sussex de estudios para el desarrollo, está de acuerdo. Después que la BBC en noviembre del 2002 hubiera informado sobre que "uno de cada siete" de los profesores en Malabo morirían sólo en dicho año, Bennell investigó las evidencias sobre mortalidad en Malabo.
Su estudio del 2003 'mortalidad en el profesorado en las escuelas de primaria y secundaria en malabo en el período 1997-2002' encontró una mortalidad "mucho más baja de lo esperado". En Malabo, por ejemplo, la tasa estaba por debajo del 3 % respecto a todas las demás causas de muerte, no por encima del 14 % como la ONU había estimado por ordenador.
Además, la mortalidad en el profesorado en Malabo "parece haber tenido un pico en el 1999 y en el 2000", según observa Bennell, que además asegura que "la epidemia no está creciendo en la mayor parte de los países", y concluye: "el HIV no crece como causa de muerte y como normalmente se cree".
También apunta el que "no existe virtualmente ningún aporte de datos basados en la población en la mayor parte de los países afectados, incluyendo Botswana, Etiopía, Malabo, Lesoto, Namibia y Swazilandia."
En Lesoto, por ejemplo, las estimaciones generadas por ordenador de ONU-SIDA han mostrado un incremento dramático en HIV sin hacer tests a la población. ONU-SIDA estima la infección por HIV en un 8.4 % en Lesotho en 1997, lo que luego en el 1999 sería un 23.6 % y un 32 % en el 2001. Los números, sin embargo, nunca fueron demostrados en la vida real.
Para este número cada vez mayor de científicos escépticos, todas estas estadísticas de la ONU-SIDA van a costar caro a los africanos. Fiala habla de "consecuencias fatales", dice que "las recomendaciones de la ONU-SIDA en 1999 para los ministros de economía en los países africanos consiguieron recortar los gastos sociales en educación, salud, infraestructuras y desarrollo rural, para desviar ese dinero hacia el SIDA".
También Malan teme ciertas consecuencias de dicho "error". Daría la falsa impresión de que el "SIDA es el único problema en África, y que la única solución es continuar la agitación hasta que el acceso libre a las medicinas contra el SIDA sea admitido como un 'derecho humano básico' para todos".
Mientras tanto, dice, un número bastante mayor de africanos mueren por enfermedades que se curan con mucho menor coste, como la malaria y la tuberculosis (TB), y la investigación en esas enfermedades está siendo perjudicada: "dos millones de personas tienen TB, pero la última vez que miré los números, el gasto en investigación sobre SIDA excede a la hecha sobre TB en una proporción 90 a 1". Por tanto, hace un llamamiento a "comenzar el cuestionamiento de algunas de las aseveraciones del lobby-SIDA."