- Alianza de religiones contra el Orgullo Gay
- Los líderes cristianos, musulmanes y judíos de Jerusalén se unen para protestar contra un festival homosexual
- El País, 2005-03-31
No es fácil imaginar una razón para que las máximas autoridades de todas las religiones que conviven en Jerusalén se asocien y hagan un frente común. Pero la convocatoria de una manifestación en defensa de los derechos de los homosexuales ha obrado el milagro.
Una organización internacional de lucha por los derechos de los gays ha convocado el Jerusalem WorldPride 2005, un festival reivindicativo que se pretende celebrar el próximo agosto y reunir en la ciudad a miles de personas llegadas de todo el mundo. El programa de actos, que abarca diez días, incluye la proyección de películas, varias conferencias y una manifestación al estilo de las paradas del Día del Orgullo Gay que se celebran en muchas ciudades del mundo.
Pero las autoridades religiosas de la ciudad, que no se cuentan entre las más progresistas del orbe, no están por la labor de consentirlo y han organizado una campaña para evitar la concentración. Así, ayer se produjo ayer en un hotel de Jerusalén la rara ocasión de observar en cordial sintonía al patriarca católico (Michel Sabbagh), los rabinos jefe ashkenazi (Yona Metzger) y sefardí (Shlomo Amar), al patriarca armenio (Aris Shirvanian) y al asistente del mufti (intérprete de la ley islámica) de Jerusalén (Sheik Abed es-Salem Menasra).
Todos aseguraban sentirse ofendidos e incluso apenados por la convocatoria. “Esto no es tierra gay, es Tierra Santa”, decía un rabino asistente al acto al diario The New York Times. “No podemos permitir que nadie manche la Ciudad Santa. Que venga esta gente a Jerusalén es feo y sucio”, clamaba un representante sufí.
Desde EE UU
Pero la oposición al festival no ha partido de Jerusalén. Fue un líder evangélico de Estados Unidos quien tuvo noticia de la convocatoria y advirtió a las autoridades religiosas de la ciudad. Ha redactado un manifiesto titulado Los homosexuales profanarán Jerusalén y asegura que lo han firmado todos los miembros del partido Shas, que agrupa a los políticos ultra ortodoxos israelíes.
Mientras, las autoridades políticas guardan silencio. En el caso de que cedieran a la presión religiosa, la única prohibición posibile es negar el permiso administrativo para la manifestación callejera, pero poco podrían hacer con respecto a la propia convocatoria del festival, las conferencias y el cine. Además, en Jerusalén ya se han celebrado tres marchas del Orgullo Gay sin incidentes.
El organizador del Jerusalem WorldPride, el grupo Inter Pride, ya está acostumbrado a este tipo de reacciones airadas. Hace cinco años, cuando organizaron este mismo festival en Roma, escucharon al Papa en persona decir desde el balcón del Vaticano que el acto era “una ofensa a los valores cristianos de la ciudad” y sufrieron la amenaza de una contramanifestación de un grupo neofascista que, empero, nunca se produjo.