- Mantienen relaciones sin protección
- ¿Contagio voluntario?
- Terra, 2006-08-18
La práctica ha salido a flote a raíz de la XVI Conferencia Internacional de SIDA que se lleva a cabo esta semana en Toronto, Canadá, y en la que aproximadamente 20.000 personas discuten los diferentes aspectos del VIH/SIDA.
La traducción literal de la palabra barebacking es "montar a pelo un caballo, sin utilizar la silla". Pero, como explica Francisco, portador de la enfermedad, se entiende como la participación consensual en una relación sexual sin utilizar un preservativo.
"Es una práctica minoritaria a pesar de que suele llamar la atención entre los jóvenes porque generalmente son quienes desean experimentar cosas nuevas. Es algo que existe desde hace tiempo, sólo que ahora se conoce un poco más por la publicidad que se le ha dado", comenta Francisco.
Añade que muchas de las personas que toman esta decisión lo hacen como una "salida económica".
"En un país como éste (el Reino Unido) hay gente que lo hace porque sabe que el Estado los va a apoyar y que van a recibir beneficios como casas, medicinas gratis e incluso ayuda económica".
Otra perspectiva
De cualquier forma, agrega Francisco, la pregunta siempre precede a cualquier acción. Los posibles involucrados en la relación siempre tienen que acceder a participar en ella.
Pero existe otro ángulo. Según Carlos Eduardo Corredor, quien trabaja en Naz, organización no gubernamental dedicada al área de salud sexual, el amor puede ser la motivación de algunos para participar en esta práctica.
"Hay parejas que hacen vida común desde hace tiempo y piensan que, si tienen relaciones utilizando un condón, no existe suficiente intimidad".
Un punto que tanto Francisco como Carlos Eduardo resaltan es el consentimiento que existe en todo momento entre quienes aceptan formar parte de este grupo.
"La gente tiene opciones y escoge. Se asume que las relaciones sexuales son entre dos o más adultos que están de acuerdo en tenerlas. Si estas condiciones se dan, yo pienso que no hay ningún problema", afirma Carlos Eduardo.
Agrega que la decisión de participar en este grupo también se ha visto reforzada porque, recientemente, los prejuicios contra los portadores del VIH/SIDA han disminuido. También porque a raíz de la aparición de los antiretrovirales el miedo de los '80 ya no existe.
"Tener VIH no quiere decir que la persona se va a morir", concluye.