- Kadírov propone legalizar la poligamia en Chechenia para equilibrar el exceso de mujeres
- El ultranacionalista Yirinovski cree que la medida debería extenderse a Rusia
- El Diario Vasco, 2006-01-15 # Rafael M. Mañueco, corresponsal DV, Moscú
El harén debe volver a Chechenia y la mujer desaparecer de la vida pública. Ésa es la opinión de Ramzán Kadírov, hijo del desaparecido presidente checheno, Ahmad Kadírov, y actual número dos del Gobierno pro ruso de la república. El dirigente hizo su pintoresca propuesta en la madrugada de ayer ante los micrófonos de una emisora moscovita. Kadírov, que tiene una sola cónyuge, cree que la poligamia debe sustituir paulatinamente al actual sistema familiar de los chechenos. De lo contrario, señaló, «muchas mujeres se quedarán solteras».
«Somos musulmanes y el Islam permite al hombre tener hasta cuatro esposas, si puedes mantenerlas», aseguró el viceprimer ministro checheno. Según él, «la poligamia es necesaria para nosotros porque estamos en guerra y tenemos más mujeres que hombres». Kadírov explicó que más de diez años de contienda han diezmado a la población masculina, reduciéndola a un 20% respecto a la femenina.
Del casi medio millón de habitantes que tenía Chechenia en 1994, cuando comenzó la primera guerra, quedan poco más de 200.000. Muchos huyeron a Rusia o emigraron a Europa, pero, según estimaciones, más de 100.000 perecieron y la mayoría eran hombres. Además, nacen más niñas que niños. El hombre fuerte de Chechenia pone el ejemplo de su familia. Su mujer le ha dado cuatro hijas y un único varón.
- Barrera legal
El problema es que la poligamia choca con la legislación rusa, que prohíbe un segundo matrimonio a personas ya casadas, a menos que hayan enviudado o estén divorciadas. Preguntado sobre cómo piensa superar esa barrera legal, Kadírov respondió que el Estado no debe interferir en esas cosas. A su juicio, el macho es el jefe de la familia y el que decide. Por el contrario, las féminas, según él, «deben estar en casa, educar a sus hijos, preparar la comida y recibir a los invitados. Antes era también tradición en Chechenia que la mujer no estudiase en la universidad, con acabar la escuela era suficiente».
Pero Kadírov no está solo en su reivindicación. El ultranacionalista ruso, Vladímir Yirinovski, vicepresidente de la Duma y de religión ortodoxa, hace tiempo que exige también la legalización de la poligamia en toda Rusia. Estima que en el país hay 10 millones de mujeres solteras, que se quedarán para vestir santos si no se las incorpora a algún harén.