- Familiares, pediatras y orientadores de sus colegios asumen a priori su heterosexualidad
- Adolescentes gay: invisibles para la sociedad y más propensos al suicidio
- Un tercio de los gay, lesbianas y bisexuales tienen intentos suicidas antes de los 17 años. Nadie quiere ver ni escuchar qué les pasa. La homosexualidad no es tema en la consulta pediátrica. Los prejuicios de orientadores y docentes dan pie a su silencio y depresión. ¿Sus familias? Ni soñar. La mayoría suele repetirles que “prefieren un hijo muerto que marica”.
- La Nación [Chile], 2006-07-17
Sólo quería un cigarrillo. Y su opción fue la de cualquier adolescente: fumar a escondidas en el baño de su colegio. Un amigo lo acompañó. Lo hicieron con sigilo y cuidándose que nadie los “sapeara” a inspectoría. Días más tarde estaba expulsado. La razón no era el cigarrillo en cuestión, sino la acusación de los directivos del Liceo Metropolitano -en el que cursaba tercero medio- de que él y su compañero habían tenido sexo oral en el baño. Lo echaban porque “se sabía” que era gay e inventaron una excusa para justificar su retiro del colegio. No lo lograron. Danilo pudo demostrar que la acusación del liceo no tenía asidero. El establecimiento debió ofrecerles la reincorporación inmediata, pero no aguantó el clima de odiosidad que se había desatado tras el hecho y se matriculó en otro lugar. Sin embargo, Danilo Fica ganó una batalla. Dar cuenta del problema que viven a diario cientos de escolares homosexuales en el país: hostigamiento de sus pares y el terror sicológico y social de ser “descubiertos” por un medio que da por hecho la heterosexualidad como norma.
“Recuerdo esa época. Fue terrible. Ni siquiera con el orientador -que se supone ha estudiado para eso- uno puede abrirse sobre este tema. Sientes que nadie te puede ayudar. Yo salí solo adelante, con el apoyo de mi familia que siempre ha estado conmigo. Pero cuando no está la familia, la situación puede ser realmente difícil para un chico”, dice Fica.
Tan difícil que según estudios norteamericanos, un tercio de los gay, lesbianas y bisexuales tienen intentos suicidas antes de los 17 años. Esto significa que el riesgo de quitarse la vida en ellos es dos a siete veces mayor que en sus pares heterosexuales.
“Los factores ambientales que favorecen esta conducta son las actitudes homofóbicas de los pares, profesores y familia, una sociedad que tolera los abusos cometidos hacia este grupo, la carencia de redes donde buscar apoyo y la falta de preparación de los equipos de salud. Dentro de los factores individuales predomina el hecho de mantener la orientación sexual en completo secreto y un alto nivel de conflicto intrasíquico”, plantea María Isabel González, enfermera-matrona y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y consejera en sexualidad en el Centro de Salud del Adolescente Serjoven.
La especialista explica que un tema no menor es que la gran mayoría de los pediatras asuman a priori la heterosexualidad de sus pacientes, al tiempo que reconocen no tener las herramientas y habilidades para responder en forma efectiva y sin prejuicios a las dudas de los jóvenes en esta materia. “Los chicos necesitan asistencia para superar su confusión y una guía para sobrevivir en una sociedad heterosexista y homofóbica. También necesitan aceptarse a sí mismos. Muchos enfrentan el matonaje en sus colegios, lo que redunda en mal rendimiento escolar, ausentismo, deserción, cambios de establecimiento educacional e incluso ideación suicida”, señala la profesional.
De hecho, comenta, “es común que estos jóvenes reciban frecuentemente en sus casas el comentario de sus padres de que ‘prefieren un hijo muerto que maricón’, lo que no sólo agrava sus problemas, sino que da cuenta de la importancia de que pediatras y otros profesionales de la salud apoyen a estos menores y a sus padres”.
De allí la importancia de que la temática sexual esté siempre presente -desde la más temprana edad- en la consulta del pediátra. Hay que recordar que muchos adolescentes pasan por etapas de dudas de su orientación sexual. La mayoría no son ni serán homosexuales nunca, porque es un proceso normal en esa edad. Pero otros sí. En ambos casos se requiere de apoyo.
- Interiorizar la diversidad sexual
“Cuando un chico de 14 ó 15 años dice que es heterosexual nadie lo cuestiona, pero cuando afirma que es homosexual todos buscan explicaciones a su situación: inmadurez sicológica, problema de adaptación social, mala influencia de terceros, etc. Ese es el gran problema de los profesionales de la educación y de la salud. Por eso la tasa de suicidio es mucho más alta en jóvenes homosexuales, porque los profesionales que deberían ayudarlos, como los orientadores de sus colegios, se quedan mirando al techo cuando un chico les cuenta qué le pasa, pues no tienen herramientas para enfrentar que un alumno no sea heterosexual”, se queja Rolando Jiménez, del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh).
Las drogas, el alcohol y las depresiones profundas también son parte del universo en que se desenvuelven los escolares gay. Porque, pese a los discursos de no discriminación, aún se parte de la premisa que se opta por ser gay. Y eso es sancionado de una u otra forma. “Imagínese que le preguntaran ¿cuándo y cómo fue la primera vez que decidió ser heterosexual?. Y si le consultaran si es posible que esto sea sólo una fase transitoria en su vida ¿usted qué diría? Lo más probable es que no tuviera respuestas específicas para interrogantes como éstas o que sintiera que son un tanto absurdas. Sin embargo, la gente suele hacerlas a los homosexuales, partiendo de la base que lo suyo es una opción de vida”, señala.