- Un paso decisivo por la igualdad de derechos
- EHGAM-DOK, 2005-05-04 # Julen Zabala · Militante de EHGAM
El pasado 21 de Abril el Congreso dio un paso decisivo en el reconocimiento de los derechos de gays y lesbianas en una primera vuelta para la aprobación de la reforma del Código Civil. EHGAM-Gipuzkoa, como el resto de los grupos del movimiento GLBT, no puede ocultar su satisfacción por el significativo avance, que podemos denominar histórico.
Se trata, ante todo, de un acto de justicia y una reparación necesaria a tantos siglos de incomprensión, rechazo y persecución. Consideramos que esta equiparación plena de derechos para las parejas del mismo sexo es consecuencia de años de lucha y de reivindicación del movimiento GLBT: es el resultado de tantas voces levantadas a favor de "iguales impuestos, iguales derechos".
Observamos, además, que no ha sido necesaria ley alguna específica, sino que ha sido suficiente la reforma del Código Civil para obtener unos derechos que nos habían sido negados sistemáticamente hasta el momento. Y la equiparación es plena: tanto en la denominación de "matrimonio" (¿qué puede ser, sino?) como en derechos y obligaciones, incluyendo la adopción. Sin discriminación alguna, como el resto de parejas.
Es, en definitiva, un logro difícil de imaginar hace unos pocos años y muchísimo menos cuando iniciamos, hace casi treinta años, la lucha desde el primer movimiento GLBT. Debemos felicitarnos, gays, lesbianas y otras minorías sexuales, por mantenernos firmes en nuestras reivindicaciones por la igualdad y contra cualquier discriminación, por haber ido ganando el respeto en nuestro entorno social y haber provocado un cambio generalizado y mayoritario en la sociedad a favor de nuestros derechos.
Podemos realizar algunas consideraciones a la tramitación del Congreso. Por un lado, la utilización de la libertad de voto en algunos grupos parlamentarios: nos preguntamos por qué sólo se utiliza en algunos asuntos considerados "sensibles" y no, por ejemplo, contra las guerras; por qué algún partido (caso del PNV) utiliza esta objeción de conciencia para no dar un rotundo apoyo y aparentar ante su electorado más conservador y católico que no vota que sí; y por qué otros partidos de derecha (caso del PP) no se atreven a dar libertad de voto a sus parlamentarios y parlamentarias; por temor, sin duda, a que más de uno y una apoyase esta reforma.
Hay que hacer notar, por otra parte, las significativas ausencias de los diputados nacionalistas Emilio Olabarria y Pedro Azpiazu (suponemos que para no mostrar su negativa a la reforma) y de la diputada popular María Pía Sánchez (precisamente por lo contrario, para no tener que evidenciar su voto afirmativo) y la ruptura de la disciplina de voto de su grupo por parte de la diputada popular Celia Villalobos, mostrándonos así y en solitario, una vez más, su apoyo.
No deja de ser curioso que la derecha conservadora estaba ahora incluso dispuesta a apoyar algún tipo de regulación, una “ley de uniones”, que hace pocos meses rechazó.
Nos parece que con esta reforma sucederá lo mismo que con otros asuntos en el pasado más reciente: el divorcio y la despenalización del aborto, como ejemplos paradigmáticos, hoy en día están asumidos, en mayor o menor grado, por todo el mundo y nadie se atrevería a dar pasos significativos hacia atrás. Lo mismo va a suceder con estos derechos adquiridos: en el futuro no va a ser posible intentar recortarlos. La igualdad de derechos, en este sentido, no tiene vuelta atrás: es irreversible.
Y consideramos que este paso es decisivo porque va a convertirse en un referente tanto en el resto de la Unión Europea como en los países denominados desarrollados: el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, en igualdad de condiciones, va a extenderse como una mancha de aceite. Pero no podemos, en ningún caso, dejar de mirar a cuanto sigue ocurriendo en los países denominados en vías de desarrollo y en el Tercer Mundo, donde la homosexualidad, el lesbianismo, la transexualidad y otras minorías sexuales siguen siendo reprimidas, perseguidas, castigadas, incluso con la pena de muerte... Ahora más que nunca debemos seguir denunciándolo.
Del mismo modo que debemos seguir denunciando las virulentas respuestas del Vaticano y de otras confesiones religiosas (haciendo, curiosamente, frente común) y de la derecha más reaccionaria ante la aprobación en el Congreso de esta reforma del Código Civil, que no conformes con seguir insultándonos (“disolución del justo orden social”, “destrucción de la familia”, “ley inhumana”, “personas taradas”...) inician una campaña de desobediencia contra la aplicación de la ley.
Por todo ello, EHGAM-Gipuzkoa está más convencida que nunca que la labor por el reconocimiento social GLBT no ha hecho más que empezar, que esta reforma del Código Civil no es sino un paso más, importante, pero que aún queda muchísimo por hacer en multitud de ámbitos, en el sistema educativo, cultural, mediático, laboral, sanitario... Este avance legal nos reafirma en nuestra idea de que sólo desde la transformación de las estructuras sociales lograremos la auténtica igualdad.