2006/12/17

> Berria: Hiesa > ESTADOS UNIDOS: ACELERAN EL ENSAYO DE UN NUEVO FARMACO CONTRA EL VIH

  • EE UU acelera el ensayo de un nuevo fármaco contra el VIH
  • El País, 2006-12-17 # E. de B., Madrid

El laboratorio Pfizer se prepara para acelerar la llegada al mercado de una nueva familia de medicamentos contra el VIH. La nueva molécula bloquea la proteína CCR5 de la pared de los linfocitos, que permite que el virus se fije a la pared de la célula que va a atacar. Al bloquearla se impide la infección. Si se confirman los resultados de los ensayos, ésta será la quinta familia de medicamentos contra el VIH. Tres de ellas ya están en el mercado, y una cuarta -los inhibidores de la integrasa- está en lo que la Agencia del Medicamento estadounidense (FDA) denomina "ensayo expandido". Los resultados estaban siendo tan prometedores que se ha decidido acortar las fases y ampliar el número de voluntarios [véase El País del 23 de octubre de 2006]. La ventaja de la nueva familia es que no actúa directamente sobre el virus. Los investigadores confían en que al virus le cueste más mutar para eludir su efecto, y que sirva para tratar a pacientes cuyos virus han desarrollado resistencias.

> Erreportajea: Oroitzapena > LA "DOLCE VITA" VISTA POR FRANCO ZEFFIRELLI

  • La 'dolce vita' vista por Zeffirelli
  • El escenógrafo y director publica una autobiografía en la que ajusta cuentas y revela sus pasiones
  • El País, 2006-12-17 # Enric González · Roma

Para Franco Zeffirelli (Florencia, Italia, 1923), las mujeres más destacadas del siglo XX fueron "la madre Teresa de Calcuta, Coco Chanel, Maria Callas y Margaret Thatcher". Así lo afirma el escenógrafo, director y ex senador de Forza Italia en una autobiografía que acaba de publicar en su país y en la que reconstruye su larga vida personal y profesional.

Franco Zeffirelli es uno de los pocos supervivientes de aquella dolce vita italiana, tan prolija en talento como en lujo, que durante décadas fabricó arte y cotilleos en cantidades industriales. El escenógrafo, director y ex senador de Forza Italia ha publicado, a los 83 años, una autobiografía en la que ajusta cuentas con sus enemigos (como Aristóteles Onassis), revela los entresijos de sus grandes pasiones (ahí destaca Luchino Visconti) y reconstruye su propia vida, exagerada, dramática y emotiva como las óperas que ama.

La infancia suele dar la clave de lectura de cualquier vida. La de Zeffirelli fue singular, como su apellido. Fue el fruto de la relación extramatrimonial de una modista milanesa, Alaide Garosi, y un comerciante adinerado, Ottorino Corsi, y se le inscribió en el registro como bastardo ("nescio nomen", hijo de desconocidos). Su madre, sin embargo, recordó una frase de un aria de la ópera Idomeneo, "zeffiretti gentili", y le dio el apellido Zeffiretti, que un error de transcripción del funcionario municipal transformó en Zeffirelli, "un apellido que sólo yo llevo en el mundo". Tras la muerte de su madre, cuando tenía seis años, y tras ser criado por una tía en Florencia, el padre, que tenía una cantidad indeterminada de hijos ilegítimos por toda Italia, le reconoció y le dio un nuevo nombre, Gianfranco Corsi. Pero el muchacho prefirió quedarse con el insólito Zeffirelli.

Algunas de las peripecias bélicas del joven Zeffirelli resultan increíbles, por lo que tal vez sean ciertas. Se unió a los partisanos y, detenido, estaba a punto de ser ejecutado sumariamente por un oficial fascista, un tal Corrado, cuando le preguntaron el nombre de su padre. Lo dijo y el oficial, sin dar las razones, le perdonó la vida. El padre le explicó después que ese oficial, ahorcado poco después por los partisanos, era uno de sus muchos hermanastros desconocidos.

Después de la guerra conoció por casualidad a "un descendiente de Carlomagno cuyos antepasados habían gobernado Milán y cuya familia era aún potentísima: el conde Luchino Visconti di Modrone". Con Visconti empezó a trabajar en el teatro, como actor y luego como escenógrafo. Ambos iniciaron una apasionada relación sentimental y Zeffirelli se estableció en el palacio romano de los Visconti, pese a las advertencias de una de las actrices preferidas del aristócrata, Anna Magnani: "Quiero a Luchino, pero sé que es una víbora", le dijo. Visconti le presentó a Coco Chanel, le hizo trabajar con Salvador Dalí y lanzó su carrera. Pero el día que hubo un robo en palacio, le hizo detener e interrogar junto al resto del servicio.

Zeffirelli, que odia la palabra gay ("una manera estúpida de llamar a los homosexuales, como si fuesen payasitos inocuos y divertidos"), nunca sintió atracción física por las mujeres, pero las idolatró como idolatró a su madre difunta. Y, según él, que conoció bien a las cuatro, las mujeres más destacadas del siglo XX fueron, "sin ninguna duda", "la madre Teresa de Calcuta, Coco Chanel, Maria Callas y Margaret Thatcher". Su imagen de las divas fue forjada por la Callas y por Anna Magnani, que en el estreno italiano de la obra teatral ¿Quién teme a Virginia Woolf?, que había rechazado interpretar, irrumpió a gritos en la oficina de Zeffirelli: "¡Hijo de puta, ese papel estaba escrito para mí, tenías que haberme obligado! Tenías que haberme abofeteado, como hacía Rossellini. ¡Él sí sabía cómo tratar a una imbécil como yo!".

Aristóteles Onassis, el magnate que "robó" Maria Callas, es uno de los principales villanos en la autobiografía de Zeffirelli. Cuenta que en 1965, cuando Onassis y Callas vivían su celebérrimo romance, el armador le invitó al yate Christina, anclado junto a su isla privada, Skorpios, y se lo llevó en una motora para intentar seducirle: "Onassis me rodeó los hombros con el brazo y me susurró al oído versos de Dante, el gesto se convirtió en un abrazo, sus labios rozaban mi oreja". "Sabía que Onassis había tenido experiencias homosexuales en su juventud, y que a los 20 años fue amante de un teniente turco que le protegió durante el saqueo de Esmirna", cuenta Zeffirelli, para cerrar un incidente que acabó en nada. El magnate griego aparece en el libro como un personaje sádico, mezquino y manipulador.

Zeffirelli, católico y conservador, no perdona nada a los comunistas, y recuerda con amargura el funeral de su amado Visconti: "Los comunistas, a los que Luchino había entregado el alma y la reputación, quisieron quedárselo para ellos incluso muerto, porque aún les era útil. Qué tristeza. Entre cánticos de Bandiera rossa el féretro fue introducido en la iglesia [jesuita de San Ignacio, en Roma], donde esperaban los familiares, los amigos y una inmensa multitud".

Tampoco perdona al entorno de Maria Callas y arroja un montón de sospechas sobre la muerte de la diva, cuyo testamento nunca apareció: "Inmediatamente tras su muerte, el apartamento de Maria, con todo su contenido, fue acaparado por el clan de los griegos, la Devetzu y la odiada hermana de Maria, Jackie, que voló a París con su marido, un ambiguo abogado griego 25 años más joven que ella. Lo que ocurrió entonces en aquel apartamento sigue siendo un secreto (...) ¿Quién ordenó incinerar el cuerpo de Maria con tanta prisa? ¿Había alguien que quería evitar una eventual autopsia? ¿Fue envenenada Maria? ¿Había exagerado la dosis de los medicamentos? Dependía desde hacía tiempo de barbitúricos y anfetaminas, pero ningún médico se los habría recetado a una mujer con problemas cardiacos. ¿Quién se los suministraba? ¿Quién quería desembarazarse de ella?".

En 2004, un lote de joyas de Maria Callas fue subastado, en nombre de un cliente anónimo, por Sotheby's. Un diario reveló que el vendedor era un griego llamado Devetzu, heredero de la secretaria.

La autobiografía contiene una prolija enumeración de todos los trabajos, montajes y éxitos de Franco Zeffirelli, quien recuerda que sigue en activo (firma la escenografía de la polémica Aida, célebre por la deserción del tenor Roberto Alagna, que ha inaugurado este mes la temporada de la Scala), y se despacha con la crítica: "La ignorancia, la incompetencia y, sobre todo, la falta de pasión de muchos críticos son evidentes. Para algunos de ellos soy una reliquia del pasado, el representante de un estilo teatral abandonado por las nuevas generaciones de directores. El hecho de que mi trabajo siga sobreviviendo impávido, pese a su hostilidad, les irrita profundamente".

> Erreportajea: Trans > ARGENTINA: "MUÑECAS ROTAS"

  • Muñecas rotas
  • La mayoría de los travestis asume su identidad sexual antes de los 13 años. Sufren el rechazo familiar y se prostituyen para poder vivir.
  • Clarín, 2006-12-17 # Marina Artusa
Se sacó el pantalón y lo dio vuelta. Difícil será encontrar mejor metáfora para lo que, de ahí en más, sería su vida. Estaba solo. Y mientras enhebraba con poca destreza la aguja con la que pretendía chupar esos jeans a sus piernas delgadas, pensó que Lorena sonaba bien. Femenino y sin estridencias, como quería. Fue así que él, un chico esmirriado, mezcla de Burrito Ortega y Tortonese, dio su puntada inicial como travesti. Tenía la primaria apenas cumplida y la fantasía de, algún día, trepar a un micro y cambiar Salta por Buenos Aires, donde sería Lorena desde el vamos.

Estaba convencido, además, de que por estos lares, adosarse a la piel el relleno del corpiño que la naturaleza le mezquinó o endulzar el perfil de Peretti que portan todos los varones de la familia es tan sencillo como mentir, como decir que tiene 18 cuando en realidad tiene 16.

"Empecé a trabajar en la calle, en Salta, pero acá se hace más plata y yo necesito plata para cambiarme el cuerpo. Los clientes te lo piden", dice recién llegado/a a una pensión de la calle Humberto I donde cualquier clavo anida a una o más tangas, casi todas negras y rojas. Allí, en la única habitación con entrepiso de este edificio a ciegas con berretines de art decò, Cintia, un travesti que ya pasó los 40, recibe a los expatriados de sus provincias natales en este exilio iniciático con más gusto a infierno que a jardín de las delicias.

Según un informe sobre la situación de la comunidad travesti en la Argentina publicado este año bajo el título La gesta del hombre propio, el 16 por ciento de los travestis de la Capital Federal, algunas localidades del Gran Buenos Aires y Mar del Plata tiene entre 13 y 21 años. El mismo estudio señala que el 73 por ciento de los travestis que asumieron su identidad sexual antes de haber cumplido los 13 vive de la prostitución.

"Yo no miento. Si me preguntás qué hago, te contesto: 'Soy prostituta'. A mí lo que me interesa es la plata." Habla Paloma, garganta con arena, cintura arqueada y plataformas de corcho. Paloma, sólo por hoy. Fue Caricia,Salomé,Candela, Candelaria. Se viste de mujer desde los 12, cuando empezó a prostituírse en Orán, Salta. Tiene 17.

"El mayor problema es que primero son travestis y luego, si tienen suerte, son menores. Las travestis menores no transitan las etapas de la vida de sus pares no travestis. Escuchan música infantil en un hotel que comparten con otras travestis adultas mientras reciben la llamada del cliente y se pintan para salir a la calle en pocas horas –dice Josefina Fernández, antropóloga y coordinadora del trabajo junto a Lohana Berkins, presidenta de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT)–. De aquel hogar del que son expulsadas con apenas 12 ó 13 años llegan a un mundo de adultos para el que ellas mismas son adultas. Si son travestis, ¿qué importa que apenas estén saliendo de la niñez y sean tan vulnerables como cualquier otro niño?"

En un libro anterior –Cuerpos desobedientes. Travestismo e identidad de género–, Fernández afirmaba que los travestis entrevistados dijeron haberse dado cuenta de su gusto por los varones entre los 8 y los 10 años. Para Fabio Rapisardi, investigador y activista del área Queer de la UBA, "no hay ni un dato psíquico, psicoanalítico, psiquiátrico o biológico que pueda decir que a determinada edad las travestis se manifiestan como travestis. La identidad travesti es una construcción y depende de múltiples factores. La misma cantidad de factores de los que depende la heterosexualidad."

Lohana, la principal referente de la comunidad travesti, pisó Buenos Aires a los 13. "Las cosas han cambiado pero las travestis menores de edad siguen pasándola mal. Además, en América latina y en la Argentina, en particular, las chicas asumen su identidad sexual siendo muy chicas, diría que antes de los 13 años. Por eso abandonan la escuela, son expulsadas de sus familias y tienen una corta expectativa de vida –dice–. En Estados Unidos y Europa, es una decisión que se toma más cerca de la adultez, con lo cual están mejor preparadas." "Es cierto que en el NOA (noroeste argentino) las travestis se asumen a una edad muy temprana. Puede tener que ver con que allá las personas de diversidades sexuales entran a circuitos donde la sociabilidad travesti ya preexiste como un modo de supervivencia y como un modo de sociabilidad concreta frente a la expulsión familiar –dice Rapisardi–. En zonas urbanas, la elección se da en edades más avanzadas. Si vas a Córdoba, a Rosario y a Neuquén, los otros tres lugares donde tenés fuertes poblaciones travestis, también tenés muchas menores de edad."

Segundo de gloria
"La prostitución es el segundo de gloria de las travestis", dice Lohana. Para la antropóloga Fernández, la prostitución es el único medio disponible para sobrevivir. "Es también el único espacio permitido para actuar el género que han elegido para el resto de sus vidas –dice en Cuerpos desobedientes–. En este sentido, el escenario prostibular tendrá una participación importante en la construcción de la identidad travesti."

Rapisardi cuestiona la asociación necesaria entre travestismo y prostitución. "Hay un discurso que dice que el erotismo travesti pasaría por la prostitución. Eso es falso. Las travestis construyeron alrededor de la prostitución un modo de subsistencia. Tienen un buen sueldo que quizá no tendrían yendo a limpiar una casa –dice–. Es que para ser una travesti, lamentablemente hay que ser prostituta. Eso de realización y plenitud es una condición para la subsistencia pero no una realización personal."

El itinerario de los travestis menores de edad que desembarcan en Buenos Aires es tan esquivo como sinuoso. Cintia suele recibir por unos días a los recién llegados que en cuestión de horas sueltan amarras con vuelo propio. "Las menores viven en sus provincias, se conectan con alguna referente o mai que las hace trabajar en esa zona las puede derivar a las capitales", dice Rapisardi.

"El pasaje de la familia a la calle se hará siguiendo una modalidad organizativa que las travestis llaman pupilaje y que constituye una manera de regular las relaciones entre las travestis en el ámbito de trabajo. Es también el mecanismo a través del cual se socializa a las más jóvenes en cuestiones relativas a la prostitución. Las madres aconsejan a sus pupilas sobre los lugares donde pueden vivir, dónde pueden trabajar, cómo deben hacerlo, cómo son los clientes y cómo deben conducirse con ellos", explica Fernández.

Te escucho
"Del universo de chicos atendidos, las travestis menores de edad representan el uno por ciento –dice María Elena Naddeo, presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires–. El grupo de chicas travestis es quizás el grupo donde más obstáculos hemos encontrado para lograr una reinserción. En general, este grupo está atravesado por la explotación sexual como por procesos de desintegración familiar, desarraigos muy fuertes, migraciones. La mayoría proviene del norte argentino, y además son víctimas de discriminación."

Existe un programa que asiste y acompaña a los menores que son explotados sexualmente. Miércoles por medio, Gladys Lavieri, su coordinadora, espera a los chicos travestis en el sexto piso de Roque Sáenz Peña 547 con café y medialunas de manteca. La idea no es tomar el té sino lograr que aflore lo que los angustia. "Acá no hay necesidad de que se definan, trabajamos los matices que hay entre el blanco y el negro, sobre la idea del 'estar siendo'. La pregunta es: '¿Qué estás siendo hoy?'. Las ayudamos a tramitar el DNI y a que no descuiden su salud. Hay chicas que van al médico y no las atienden o cuando las llaman por su nombre de varón, se quedan paralizadas y se van –cuenta–. Muchas se escapan de sus provincias porque otras adultas les contaron que Buenos Aires es una panacea. A veces no se animan a volver. '¿Y si me ven así?', se preguntan, agobiadas."

Ana no es menor pero no se pierde las reuniones del Consejo. Tiene 25 y vino de Cafayate, "un pueblo de Salta donde a las 7 de la tarde te ponen música religiosa en la radio hasta las 9, imaginate". Para Ana, que hoy trajo el desconcierto que le provocó ver que algunas de sus compañeras del bachillerato para adultos no se dieron cuenta de que es travesti, la reunión de los miércoles "es como un grupo de autoayuda. Acá hablamos de lo que nos pasa con la policía, que a veces te para sólo por portación de cara. Yo soy promotora de salud de la Fundación Buenos Aires Sida y a veces no me dejan repartir los preservativos que les doy a las travestis que están por la calle. Acá saben que si no aparezco, estoy en la fiscalía".

"El artículo 81 del Código Contravencional sanciona la oferta y demanda de sexo en los espacios públicos. A las travestis menores no se las puede penalizar, pero igual se las llevan. Son la oferta. ¿Por qué no hay detenidos en la demanda?", se pregunta Lavieri. "Tenemos una fuerte discusión con los fiscales y la policía –reconoce Naddeo, la presidenta del Consejo–. Les hemos dicho que tienen que detener a los clientes. Es cierto que a veces ellos mismos terminan siendo clientes."

De madrugada y regándose el aliento con una petaca de anís, Paloma se vuelve más histérica y verborrágica que nunca. Dice que la cana sabe que es menor pero no le hace nada: "El día que llegué, salí a trabajar y caí presa. Al otro día, también y así, tres días seguidos. Pero ahora los saludo y todo. Algunos son clientes, otros son amigos. Yo soy de terror con los policías. Me pongo a charlar, les hago bromas, les digo: '¿Cuándo vamos al hotel?' Ya sé cómo desenvolverme. No tengo miedo."

En la habitación que comparte con otro travesti en el hotel de Humberto I –según ellos, por $650 al mes–, una cama de plaza y media lagañosa y mal estirada da cuenta de que allí no hay horario para el sueño. La ropa entra y sale de un bolso acodado en una silla y hay un espejo donde Paloma arrastra el labial por fuera del contorno de su boca. Sobre la repisa hay un balde de champán, un dvd desconectado y un Rexona Hombre en aerosol, bastión del cromosoma xy que le daría la razón a quienes sostienen que no se nace mujer, sino que se llega a serlo.

> Berria: Trans > CUBA: EL PARLAMENTO APROBARA ESTE MES UNA LEY QUE PERMITIRA EL CAMBIO DE SEXO

  • El Parlamento cubano aprobará este mes una ley que permitirá a los transexuales cambiar de sexo
  • Rebelión, 2006-12-17 # Claudio Coronati ; traducción SODEPAZ

En diciembre, el Parlamento cubano deberá aprobar un proyecto de ley de vanguardia, que permitirá a los transexuales cambiar de sexo. Como toda la sanidad, también la operación quirúrgica y la asistencia sicológica será gratuita.

Después parece que se comenzará a discutir la oportunidad de legalizar los matrimonios gay, pero sobre todo las uniones de hecho, que de acuerdo a la mentalidad y las costumbres de la isla, también para las parejas heterosexuales, son mucho más frecuentes.

El cambio de identidad en los documentos es desde hace tiempo posible: Si Mario (Mario, como el personaje de la telenovela gay que ha apasionado y dividido a la Isla) decide llamarse Lola, basta con aportar 4 fotografías recientes. Para el cambio de sexo nosotros estamos en la lista de espera, como nos dice Wendy, la rubia recepcionista en minifalda que nos recibe en el CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual) y que será de los primeros organismos en supervisarlos.

Encontramos a Mariela Castro, hija de Raúl Castro junto a Vilma Espín (la residenta de la Federación de Mujeres Cubanas –FMC-) al final de la jornada de trabajo en su oficina de La Habana.

P-¿Está probando a rectificar uno de los más importantes errores cometidos por la revolución, dirigida incluso por su padre, contra los homosexuales?

R- Sí, aquel fue un error de la revolución, al final de los años sesenta y setenta. Aunque no fue tanto el fruto de una política explicita, más bien de unas actitudes socio-culturales derivadas históricamente de la herencia cultural española.


P- Hablemos de machismo…

R- Se usa el término machista, pero se trata de un fenómeno mucho más complejo que hace que, también en Cuba, la mujer no sea considerada tan importante como el hombre y los homosexuales personas decentes. Más tarde, los errores fueron superados, pero no significa que las costumbres, el modo de pensar homofóbico y también la discriminación respecto a las mujeres, hayan desaparecido de las políticas que favorecen la igualdad de género, la igualdad de derechos de las mujeres y el respeto a la diversidad de las orientaciones sexuales. Aunque la superación de estos problemas a nivel político y legislativo es un hecho, esto no quiere decir que los problemas se hayan resuelto de raíz, hay mucho trabajo que hacer.

P- Si el Parlamento aprobara su ley, Cuba estará a la vanguardia de estas temáticas no sólo en América Latina, sino también en el resto del mundo. Más adelante que la España de Zapatero…

R- No me interesan las comparaciones. Aplaudo todo lo que se hace en el mundo por el bien de estas personas. Puedo decir que nosotros hemos elegido empezar con los transexuales porque son los más vulnerables, desde el punto de vista de la salud física y sicológica.

P- Ha dicho que para llevar adelante está batalla ha sido decisiva la protesta de hace un par de años delante del CENESEX de un grupo de transexuales, después de una reacción inapropiada de la policía contra ellos, en dos zonas de La Habana donde se reunían y se prostituían, frente a las quejas de la población, de los turistas y de la Juventud Comunista...

R- Sí, en vez de buscar una respuesta más lógica, los compañeros de la policía arrestaron, de forma totalmente arbitraria, a cualquiera que pareciera trans, gay o lesbiana. A la mañana siguiente, una vez libres, los afectados vinieron donde nosotros y exigieron el respeto a sus derechos.