- Esfuerzos caribeños para combatir el SIDA frenados por la homofobia y violencia
- Enkidu, 2003-09-02 # Richard Stern · Director Asociación Agua Buena
Los turistas gay de Estados Unidos y Europa inundan las playas de las “paradisíacas” islas caribeñas, tales como Montego Bay, Jamaica así como muchas otras de las pequeñas islas del caribe, entre ellas; Santa Lucía, Granada, Dominica y Antigua. Pero estos turistas muy probablemente no saben que están contribuyendo con economías que son controladas por gobiernos que mantienen o apoyan políticas represivas e incluso violentas contra las comunidades gay y lésbicas locales.
Al mismo tiempo, las Agencias Internacionales de Cooperación invierten millones de dólares en apoyo a estos mismos gobiernos en la lucha contra el SIDA, mientras tanto, la comunidad de hombres que tienen sexo con hombres es forzada a mantenerse completamente oculta en varias naciones caribeñas.
EL 12 de junio, en la pequeña isla de Santa Lucía (160.000 habitantes) sostuve una reunión clandestina con un grupo de hombres gay en el apartamento de uno de ellos. Estos hombres, a quienes llamaré “Frederick, William y Paul”, todos en edades que no sobrepasan los 30 años viven “enclosetados” una doble vida, la cual es reforzada por el temor de ser descubiertos en sus trabajos. No tienen bares donde ir y sería totalmente imposible para ellos formar una asociación o reunirse públicamente. La vida gay en Santa Lucía transcurre entre fiestas privadas y una serie de redes de hombres gay que mantienen contacto entre ellos. The International AIDS Alliance de Gran Bretaña, ha iniciado una serie de proyectos en varias naciones caribeñas con el fin de apoyar la organización de grupos gays para que realicen trabajo de prevención en VIH/SIDA.
Según las leyes de Santa Lucía “Una persona que cometa sodomía es culpable de una ofensa y sujeta a ser acusada, procesada y enviada a prisión por: (a) De por vida, si es cometida por un adulto contra un menor de edad (b)Veinticinco años, si es cometida entre adultos; (3) en esta sección “sodomía” significa relación sexual anal entre hombres o entre hombre y mujer.”
Esto quiere decir que en Santa Lucía, actos homosexuales de mutuo consentimiento, son penalizados con veinticinco años de cárcel. Si bien es cierto, la policía no realiza arrestos de personas sospechosas de ser gay, un clima de temor e intolerancia impera entre la comunidad gay.
William, uno de los gays con quien me reuní, resume su situación de forma elocuente:
“Como gay en Santa Lucía, siempre he estado consciente que, en mi propio país estoy legalmente indefenso contra la discriminación, el acoso y la violencia. Ni mi gobierno tampoco mi iglesia o cualquier otra organización de bienestar social, tienen siquiera la voluntad de aceptar mi existencia natural, mucho menos apoyar mi derecho a vivir una vida a salvo, sana y cumplir mis sueños de vida. Estoy decepcionado en mi propio país y como muchos otros de mis compañeros gays y compañeras lesbianas, terminaré haciendo mi ‘verdadera vida’ en algún otro lugar.”
Sin embargo, todos los entrevistados están de acuerdo que sólo una minoría deja el país, es una opción para los de las clases altas y educadas.
Comenzar a trabajar en prevención del VIH/SIDA en la comunidad gay es un reto enorme, cuando nadie está dispuesto reconocer su homosexualidad o bi-sexualidad. Este es el desafío que enfrenta el Ministerio de Salud de Santa Lucía, el cual aduce querer incrementar sus actuaciones relacionadas con la epidemia del VIH/SIDA. El 9 de junio asistí a una actividad sobre SIDA, a la cual asistió también el Sr. Damian Greaves, Ministro de Salud de Santa Lucía, en su discurso el Sr. Greaves aseguró que “La discriminación pone en peligro el acceso equitativo a la prevención, tratamientos y cuidado, productos y servicios. El reconocimiento de los derechos humanos, es un ingrediente esencial para proteger la dignidad y los derechos de las personas infectadas y afectadas por el VIH/SIDA....”
El 23 de julio me encargué de llamar al Sr. Greaves a su propia casa para preguntarle si sus comentarios implicaban una posible despenalización de la homosexualidad en Santa Lucía, a lo que respondió: “Estaremos revisando nuestro código penal dentro de dos o tres meses y queremos movernos en esa dirección”. Además agregó “nuestro Ministerio apoyará este caso ante el Gabinete de gobierno.” Greaves reconoció que se puede presentar la posibilidad de una férrea oposición religiosa y política a la despenalización, por lo que la lucha no será fácil. Le hablé al señor Greaves acerca del grupo de hombres gay que había conocido, algunos de los cuales, de no estar tan atemorizados en mostrarse públicamente, podrían ser líderes potenciales en los esfuerzos dirigidos a la prevención del SIDA.
Hace algunos años, el gobierno Británico demandó que sus territorios y colonias en la región abolieran las leyes que castigaban las actividades sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo; pero naciones como Santa Lucía, Jamaica, Dominica, Granada y Belice, entre otras, son ahora naciones independientes, por lo que la Comunidad Británica no tiene ninguna jurisdicción sobre ellas. El gobierno Británico ha declarado en otras ocasiones que las leyes anti-gays de sus colonias y territorios violan los tratados internacionales de derechos humanos firmados por la Comunidad Británica. Pero según declaró Osborne Fleming, Primer Ministro de Anguilla (aún colonia británica) a la revista gay Free Forum de Trinidad & Tobago, “En la Asamblea no podemos simplemente levantarnos y aprobar una ley que legalice la homosexualidad”
El sociólogo Robert Carr, director de la ONG Jamaica AIDS Support declaró que: “En Jamaica los homosexuales enfrentan serias amenazas y violencia”. Citó como ejemplo, un artículo publicado el 24 de abril, 2002 en uno de los diarios de mayor circulación en Jamaica, Daily Gleaner “Entre las víctimas de la sección de sucesos, estaba el caso de un hombre que fue arrinconado en el salón de una Iglesia Bautista en Kingston, eran las 3:30 PM, y a pesar de sus súplicas, fue asesinado a balazos. Según dijeron las fuentes, quienes lo asesinaron antes de dispararle varias veces, se burlaron de él. El hombre...era acusado de ser homosexual.”
En Jamaica, la policía frecuentemente rehúsa intervenir en situaciones de violencia contra homosexuales. Según el Sr. Carr, un reporte de Amnistía Internacional señala que “La comunidad gay y lesbiana de Jamaica enfrenta prejuicios extremos. Actos sexuales consensuados entre hombres adultos aún son considerados un crimen y son castigados con cárcel y trabajo forzado.”
Thomas Glave, es un profesor de inglés nacido en Nueva York pero criado en Kingston. En la actualidad trabaja en la Universidad Estatal de Nueva York. Según afirma el señor Glave, cuando los gays son arrestados en Jamaica bajo la ley de sodomía, sus nombres y direcciones son publicadas en los diarios locales y es muy común que sufran violentos ataques por sus vecinos. Glaves también citó los casos de gays atacados con botellas de ácido en Jamaica.
El diario Free Forum publicó recientemente el caso de un gay jamaiquino a quien se le otorgó asilo en Gran Bretaña debido a los repetidos ataques violentos de los que fue víctima; la primera vez le cortaron la garganta pero logró sobrevivir, la segunda vez le rompieron un brazo.
En Jamaica, un grupo de apoyo para gays y lesbianas conocido como J-FLAG fue fundado en 1988. Representantes de este grupo indicaron que han enviado propuestas al Parlamento para que incluya en la Constitución política de la nación, leyes que prohíban la discriminación hacia las personas por su orientación sexual. También en su página de Internet, este grupo indica que: “Debido al peligro de potenciales represalias violentas, no podemos publicar nuestra dirección exacta.”
Los expertos en VIH/SIDA están de acuerdo que el trabajo en prevención es prácticamente imposible de ejecutar, cuando las comunidades de alto riesgo son forzadas a mantenerse invisibilizadas debido a los prejuicios en su contra. “La situación que se vive en el caribe hará difícil el trabajo de involucrar a la comunidad gay-lésbica. La gente no se va ha identificar como parte de esta comunidad e involucrarse en talleres y actividades educacionales, si saben que pueden enfrentar serias consecuencias. Los líderes en VIH/SIDA en el Caribe no han hecho lo suficiente para reducir el estigma y la discriminación. Mientras tanto, una significativa cantidad de dólares que llega a la región para el trabajo en prevención, está siendo desperdiciada” afirmó el activista Guillermo Murillo de Costa Rica.
Santa Lucía, Jamaica, ni la mayoría de los pequeños estados caribeños proveen medicamentos antiretrovirales a las PVVS. Se estima que en la actualidad más de 4.000 personas necesitan actualmente tratamientos en Jamaica, mientras que otras 500 se encuentran en la misma situación en Santa Lucía.
El epidemiólogo Farley Clegghorn, quien trabaja en la Universidad de Maryland, pero oriundo de Trinidad, estima que de las 170.000 personas de la región caribeña que en la actualidad necesitan tratamientos ARV, solamente aproximadamente un 3% de ellos tiene acceso a los tratamientos.
El estigma que relaciona el SIDA con la homosexualidad y la promiscuidad todavía tiene un gran impacto en las personas encargadas de implementar las prioridades de salud pública en la región.
CARICOM, la organización responsable de coordinar los temas sobre cuidados de la salud en la región, recientemente publicó su “ modelo de legislación para casos de ofensas sexuales” pero increíblemente continúan penalizando el comportamiento sexual de mutuo consentimiento entre personas adultas del mismo sexo.
Según la página web de CARICOM , la legislación “define como ‘indecente’ ... cualquier otro acto que no sea una relación sexual de penetración en la que se involucre el órgano sexual y con el propósito de satisfacer las necesidades sexuales:” La legislación especifica una pena de cinco años en prisión para quienes cometan tales actos entre personas del mismo sexo. En 1998, la isla de Dominica promulgó una ley anti-gay aparentemente basada en la legislación de CARICOM, en la cual aplica una sentencia de cinco años de prisión para “actos indecentes” en los que se involucren personas del mismo sexo en cualquier forma de conducta sexual. La ley claramente especifica que las parejas heterosexuales están exentas. Sin embargo la sodomía (sexo anal) está penada con 10 años de prisión, incluso en adultos que lo practiquen de mutuo consentimiento.
Paradójicamente, CARICOM ha tomado una postura de liderazgo muy significativa en la región en términos de prevención y atención en VIH/SIDA, y recientemente a presentado una multi-millonaria propuesta ante el Fondo Global (GFTM).
Con el mismo nervio que publicó la “legislación modelo”, CARICOM reconoce que “el fuerte estigma que rodea las relaciones de personas del mismo sexo, tanto entre los individuos que las practican como la negación social, significa un gran riesgo para toda la población. Los hombres que tienen sexo con hombres también tienen relaciones con mujeres, lo que incrementa el riego de transmisión a las mujeres y niños.”
Según el Dr. Edward Greene, Asistente de la Secretaría General de Desarrollo Humano y Social de CARICOM, una nota alentadora podría ser el reconocimiento de este organismo de la necesidad de una re-evaluación de la “legislación modelo” en términos de su impacto en el campo del VIH/SIDA. Según el Dr. Greene, “The Pan Caribbean Partnership (entidad del CARICOM encargada de los temas relacionados con el VIH/SIDA en la región) está planeando una revisión total de la legislación y de los asuntos sociales relacionados con hombres que tiene sexo con hombres y su impacto en la prevención del VIH/SIDA. Sabemos que debemos reducir el estigma y la discriminación” Greene también reconoció que la incidencia de SIDA en la comunidad gay y bisexual en la región puede estar muy subestimada, precisamente por el temor a ser discriminados que tiene esta población al revelar su identidad sexual a los trabajadores de la salud.
En Guyana, un país de unos 700.000 habitantes, geográficamente localizado en Sur América, pero muy ligado a la región caribeña por afinidad cultural e idioma, los miembros del Parlamento aprobaron una reforma Constitucional en el 2000, que prohibía la discriminación por la orientación sexual de los individuos. Pero debido a la oposición religiosa, el Presidente de Guyana debió vetar la ley. Según la Asociación de Derechos Humanos de Guyana, el Jefe del Consejo de Iglesias, obispo Juan Edghill recientemente se refirió al tema de la ley y declaró que “la nueva ley abriría la puerta a la homosexualidad, a la bestialidad, abuso sexual de los niños y a cualquier otra forma de perversión sexual, con la aprobación de las leyes de este país.” La reforma Constitucional está por ser reconsiderada por el Parlamento de Guayana aunque la oposición a ella aparentemente ha crecido desde el 2000.
Belice (población: 250.000 habitantes) es otro país ligado a la región del CARICOM por su historia cultural e idioma, aunque se encuentra geográficamente ubicado en la parte norte de Centroamérica. El turismo es una de sus principales industrias. He visitado Belice en varias ocasiones en los últimos años. Aparentemente existe menos violencia contra la comunidad gay en este país, aunque dicha comunidad se encuentra todavía “enclosetada”. Recientemente tuve la oportunidad de hablar con una ex-ministra de gobierno quien dijo que personalmente es una persona a favor de los derechos de los gays, pero cuando le pedí si estaba dispuesta a hacer declaraciones públicas sobre el tema en su país, se reservó la respuesta.
Existe una ONG en Belice que brinda servicios de apoyo a gays y lesbianas, pero esto es algo que no se puede manifestar abiertamente. En Belice hay gays y lesbianas “por todas partes”, incluso ocupando importantes puestos de gobierno; pero se mantienen sicológicamente oprimidos dentro de su propia cultura.