- LGTB // Versiones divergentes sobre el ajusticiamiento de dos jóvenes
- Cautela sobre los ahorcamientos homofóbicos en Irán
- El nuevo caso difundido sobre el ahorcamiento a mediados de noviembre de Mojtar A. y Ali A. en Gogan (Irán) vuelve a estar marcado por la indefinición.
- Diagonal, 2005-12-09 # Pedro Carmona · Madrid
Como ocurrió con el doble ahorcamiento en julio en la ciudad iraní de Mashhad, un amplio sector del movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) internacional y asociaciones y medios de comunicación occidentales dan por válida la versión de que las condenas a muerte castigan una relación homosexual consentida. Otros organismos, como la Comisión internacional de Gays y Lesbianas por los Derechos Humanos (IGLHRC), y ciertas organizaciones LGTB, como la estadounidense Al Fatiha, muestran más cautela y abogan por comprobar los hechos antes de hacer campañas o denuncias públicas. Las entidades que sostienen una u otra postura coinciden en denunciar el incremento de condenas a la horca en Irán y rechazan la pena de muerte, independientemente del presunto carácter homofóbico de este caso.
En esta ocasión, Human Rights Watch (HRW) apoya la versión de que el ajusticiamiento ha tenido un carácter homofóbico, y que Mojtar y Ali habían mantenido relaciones homosexuales sin imposición por fuerza. En un caso similar, en cambio, HRW se distanció de las denuncias públicas lideradas en julio por el grupo LGTB británico Outrage, por incluir información falsa. Amnistía Internacional (AI) y la IGLHRC también negaron la veracidad de la versión difundida por Outrage. La valoración de los ahorcamientos ha estado influida por la difusión de falsas denuncias de ahorcamientos homofóbicos en Irán. Con estos antecedentes, la IGLHRC declaró, en un comunicado del 16 de noviembre, que “está claro que ha aparecido una pauta por la cual se ahorca a muchachos jóvenes en parejas y que los delitos que supuestamente han cometido implican alguna forma de violencia sexual contra otro varón”. La IGLHRC solicita “una investigación inmediata” a expertos de la ONU para clarificar la verdadera naturaleza de las penas de muerte.
La condena judicial señala que los jóvenes fueron ahorcados por un delito de lavat, palabra persa que puede ser indistintamente traducida por “sodomía” (relación sexual consentida entre hombres) o por “violación de muchachos jóvenes”. La ambigüedad del término no ayuda a clarificar la naturaleza de los ahorcamientos. Paula Ettelbrick, directora ejecutiva de la IGLHRC, ha declarado que “cuando las primeras ejecuciones llamaron nuestra atención en julio fue casi imposible determinar si los dos hombres fueron ejecutados por su orientación sexual. Pero este patrón que hemos identificado, junto al extraordinario incremento de ejecuciones públicas que ha llevado a cabo el nuevo gobierno iraní, requieren una respuesta no sólo por parte de la comunidad LGTB internacional, sino de todas las defensorías de derechos humanos”. Amnistía Internacional guarda por el momento silencio, lo cual puede significar que aún está en fase de comprobaciones. Estas posturas de cautela contrastan con la información aparecida en la prensa occidental, que da por fidedignas las versiones que acusan de homofobia a Irán. En España, el PSOE, a petición de Pedro Zerolo, ha hecho un comunicado de condena y ha solicitado al gobierno que presente una protesta ante el gobierno de Teherán.
La imagen de Irán en occidente es la de uno de los regímenes más homofóbicos del mundo. Sin embargo, en declaraciones de activistas gays iraníes difundidas por la ILGA, se señala que la ley que castiga la homosexualidad con la pena de muerte nunca se aplica a relaciones consentidas, que las operaciones de cambio de sexo son legales, y que la mayor preocupación del movimiento LGTB iraní es “la falta de información” y la censura a webs de contenido gay. Otras fuentes, en cambio, denuncian campañas de persecución a gays mediante trampas en chats de ligue de Internet y medidas represivas como torturas y condenas a latigazos.