- Las chicas de Kimetz, un puñado de peluquer@s contra el sida
- «Contra el sida, el jefe puso el local. Nosotras, el trabajo. La gente, su pelo»
- Auténtico emporio guipuzcoano del mundo de la peluquería, con sedes en Azpeitia, Eibar y, recién, en Donostia, Kimetz propone desde una taza de café hasta un bálsamo de menta
- El Diario Vasco, 2006-12-09 # Begoña del Teso
Haizea Errandonea, Itziar Iturri, Javier Jauregi, Nazareth Sánchez, Nagore Amenábar, Igone Aramendia e Inés Barrena trabajaron el domingo día 3 de diez de la mañana a cinco de la tarde en el 37 de la calle Fuenterrabia. Luchaban contra el sida en un combate apoyado por las otras dos chicas residentes en la sde donostiarra de Kimetz, Amaia Martínez, maquilladora, y Luca González, especialista en cortes. A su lado, un puñado de clientes.
- ¿Por qué?
- Pues porque sí. Todos tenemos que plantarle cara al sida. Todos contra el rechazo que aún provocan los afectados en ciertos sectores de nuestra sociedad.
- ¿No luchasteis también contra esa sensación que tenemos, absolutamente equivocada, de que el sida ya no es tan peligroso?
- También contra eso, claro. Y, siempre, a favor de los enfermos, sus familiares y amigos. Mira, por aquí viene mucha gente pidiéndonos una ayuda. Nosotras no podemos, ni acaso quisiéramos, darles dinero. Pero si podemos, y queremos, regalar nuestro trabajo. Y es lo que hicimos. El jefe, Javi Jauregi, puso el local. Nosotras, el curro. Y los clientes, su pelo. Fue curiosísimo. Hubo quien vino unos días antes porque no podía aparecer el domingo pero quería ofrecer el dinero de un corte o de un moldeado.
- Como cuando en un concierto o en un partido solidario se compran filas cero. ¿no?
- Más o menos. Fíjate cuánta solidaridad recibimos que vinieron hasta calvos. O gente con la cabeza rapada, bien rapada.
- ¿Y?
- Sin problemas. Les ofrecimos tratamientos relajantes, masajes balsámicos, caricias terapéuticas en el cuero cabelludo....
- ¿La gente pidió tintes, extensiones, trabajos complicados?
- Por teléfono nos preguntaban si íbamos a hacer de todo. Creían que nuestro trabajo sería algo simbólico, cortar y marcar, ya sabes. Pero no, estábamos dispuestas a moldear, extender, rizar....Al final, fue la misma gente la que, de alguna manera, pidió trabajos simbólicos.
- La recaudación ascendió a...
- 600 euros que para una peluquería de dimensiones reducidas como la nuestra representa la caja de un buen día de trabajo. La asociación Gehitu gestionará la entrega de esas 100.000 pesetas al proyecto de Cáritas en el sur de Etiopía donde en Wuxulo existe una Unidad de Atención al VIH.
- Será justicia poética pero la peluquería que estuvo aquí antes fue de las primeras en enarbolar la bandera gay, en trabajar con toda la biodiversidad de seres humanos...
- Lo sabemos. Hablas de Polyester. Es pura leyenda. Fue un clamor y un referente en esta calle. Aún está en muchos de los mapas que utilizan los viajeros jóvenes que llegan a Donostia.
- Vuestra historia tampoco es de andar por casa. Sois un emporio guipuzcoano. Sedes en Azpeitia, Eibar, aromaterapia, filosofía zen...
- Nos gusta la revolución. Y a la gente le agrada que se le trate bien, se le mime, se le acaricien los cabellos. Que se le ofrezcan todos los placeres posibles. Es cierto, trabajamos con los olores, y los aromas. Damos importancia al lavado. Tanta, que en Azpeitia esa fase de la peluquería se hace en zona aparte, acristalada, con las luces bien medidas, con velas en las repisas, con fragancias de menta o de bergamota. ¿Sabes cómo bronceamos a los clientes que nos lo piden?
- No, pero seguro que no los metéis en esos solarium-catafalcos que hay por ahí.
- ¿Quita, quita! Nosotras usamos pistola.
- No sé qué es peor.
- No pienses en un Colt o una Parabellum. Es una pistola que rocía el cuerpo con los jugos de la caña de azúcar. Bronceado natural. Dura unos 7 días.
- No veo yo por aquí ninguna pistola. Sólo una tetera, frutas y cervecitas.
- Los tratamientos más revolucionarios se hacen en Azpeitia.
- En Azpeitia tenía que ser, poderío del Urola. Os recuerdo que estamos en la capital...
- Por eso hemos venido. Para que acciones como la del sida tengan desde aquí más eco y respuesta. Pero tenemos poco espacio para broncear u otras historias. Eso sí, tanto a chicas como a chicos les ofrecemos un retoque de maquillaje después del trabajo con el cabello.
- ¿A que ellos no aceptan?
- Por supuesto que no.
- ¿A que a muchos les iría de perlas?
- Y tanto. No sólo les quedaría de cine sino que, además, lo saben. Incluso, lo están deseando pero...