- Rocco Buttiglione, un ultracatólico en la Europa del siglo XXI
- El Mundo, 2004-10-26 # Cristina Aldaz
Sólo su jefe, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, lo apoya en el nuevo órgano colegiado de la Unión. No en vano, lo nombró ministro de Asuntos Europeos en 2001, cuando llegó al poder por segunda vez.
Poco antes, Buttiglione había dado un gran paso para cumplir el mayor de sus sueños, que no es otro que resucitar un gran partido de centro en Italia con base católica, una nueva Democracia Cristiana. Había fundado la Unión Demócrata Cristiana.
Rocco Buttiglione nació en Gallipoli el 6 de junio de 1948. Estudió en Turín y más tarde se matriculó en Derecho en Roma. Pronto salió a relucir su vocación futura y se especializó en doctrinas políticas. Considerado en Italia una autoridad en esta materia, actualmente compagina sus cargos con la enseñanza de Ciencias Políticas en la Universidad romana de San Pío V.
Su participación activa en la política comenzó en 1994, cuando fue elegido diputado en su país. Cinco años más tarde, dio el salto a la Eurocámara.
Buttiglione habla con soltura italiano, inglés, francés, alemán, español, portugués y polaco. Es autor de 10 libros y de más de 100 ensayos, en los que ha vertido sus ideas conservadoras sobre filosofía, religión y política.
Ideas como las manfestadas recientemente, que le han valido el desprecio de una gran parte de los eurodiputados. Si se habla de familia, este italiano casado y padre de cuatro hijas asegura que los niños que sólo tienen una madre y no tienen padre "son hijos de una madre no muy buena".
Si sale el tema de la homosexualidad, no le duelen prendas en decir que es "pecado". Y, si quienes ven estas ideas trasnochadas lo lanzan a los cuatro vientos, él saca a relucir la "inquisición anticristiana" que se está apoderando de Europa y que lo persigue sin tregua.
Quizá Buttiglione sólo sigue los dictados del Vaticano, a cuyo inquilino conoce muy bien. No en vano, el político es autor del libro "Karol Wojtyla: El pensamiento del hombre que se convirtió en Juan Pablo II".
Otros títulos firmados por él son "El hombre y el trabajo", "El hombre y la familia" y "La crisis de la ética".
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