2006/12/02

> Elkarrizketa: LUC MONTAGNIER > "BUSCAR UNA VACUNA PREVENTIVA ES TIRAR EL DINERO A LA BASURA"

  • Luc Montagnier · Codescubridor del virus del sida
  • «Buscar una vacuna preventiva es tirar el dinero a la basura»
  • El científico francés investiga nuevos tratamientos que limiten la triterapia indefinida a la que se someten ahora los enfermos
  • El Diario Vasco, 2006-12-02 # Fernando Iturribarria

El profesor francés Luc Montagnier (Chabris, 1932), fue el codescubridor con Robert Gallo del virus del sida hace un cuarto de siglo, la pandemia sexualmente transmisible que ha matado a más de 25 millones de personas desde su aparición desde 1981. Un cuarto de siglo después, está enfrascado en una nueva pista para poner a punto un tratamiento complementario a la triterapia. Desde su despacho de presidente de la Fundación Mundial de Investigación y Prevención del Sida, en un anexo de la sede parisiense de la Unesco, desvela que ha probado con la enfermedad el producto a base de extractos de papayas que recomendó, en 2002, al papa Juan Pablo II para tratar su Parkinson. Los resultados de los ensayos clínicos son inminentes. Pero ya se sabe que es mucho más barato que los fármacos actuales y que la búsqueda de una vacuna preventiva es «dinero tirado a la basura».

- ¿En qué trabaja ahora?
- Me ocupo de las formas de virus que escapan a la triterapia. Ese tratamiento disminuye mucho la multiplicación del virus. Pero no llega a erradicarlo del todo. Eso obliga a hacer un tratamiento perpetuo, con efectos secundarios tóxicos y la aparición de resistencias. De ahí la importancia de encontrar tratamientos complementarios centrados en la parte del virus que resiste a la triterapia.

- Si lo logra, ¿se acabó la enfermedad?
- Se podrá erradicar la infección. Como es el caso de la tuberculosis. Se trata entre seis y nueve meses con dos o tres antibióticos y la persona se cura. Conserva algunos bacilos pero el sistema inmunitario impide su multiplicación. El objetivo con el sida es el mismo. No erradicar físicamente todas las partículas virales, sino reducir el virus a un nivel que no sea molesto y esté controlado por el sistema inmunitario.

- ¿Siempre hay una parte del virus que escapa a la medicación?
- Sí. Los inhibidores no logran desalojarla. No tiene nada que ver con las mutaciones que permiten al virus resistir, incluso a los medicamentos actuales. Esta es una reserva de virus, no bien identificada, que se esconde en tejidos como los testículos o el cerebro en donde a los inhibidores les cuesta penetrar. Más grave aún es que hay formas de virus que escapan por construcción a ese tipo de tratamiento.

- ¿Qué se puede hacer?
- He puesto a punto nuevos marcadores para detectar esas formas. Así se podrá conseguir tratamientos que van a disminuir específicamente esos marcadores del virus. Si se llega a superar este problema, se hará un gran favor al tratamiento en los países pobres, en especial.

- ¿Por qué?
- Porque permitirá parar la triterapia indefinida. Habrá una triterapia de duración limitada. Luego con un segundo tratamiento se aplicará una vacuna terapéutica -antioxidantes e inmunoestimulantes- de tal manera que el sistema inmunitario pueda controlar esa pequeña fracción restante del virus.

- ¿Y la vacuna preventiva?
- Para mí, está más lejana. Todas han fracasado porque van dirigidas a una envoltura natural del virus que le basta con cambiar un poquito para escapar a los anticuerpos. Mi convicción profunda es que no podrá funcionar. Todos los millones de dólares que se están gastando en ese tipo de vacunas es dinero tirado a la basura. Me parece lamentable. Se sabe que no podrán funcionar debido a que están dirigidas a las regiones más cambiantes del virus.

- ¿Ha calado demasiado rápido la idea de que el sida es una enfermedad crónica?
- Es un profundo error. La nueva generación piensa que ahora tienen nuevos medicamentos que van a curarlos. El sida no es una enfermedad crónica debido a que sus tratamientos son tóxicos y a que el virus puede volverse por mutación resistente a los tratamientos. La situación actual no es buena porque la epidemia continúa, hay nuevas infecciones y la gente olvida las actitudes de prevención.

- ¿De qué olvidos habla?
- No se enseña en absoluto la higiene genital. La transmisión del virus es a menudo acelerada o aumentada por coinfecciones genitales. A la gente se le dice: 'póngase un preservativo y ya está'. No. Hace falta también una higiene genital. Está demostrado que la circuncisión disminuye la transmisión heterosexual del virus. Hay medios muy sencillos que no son enseñados. Como explicar desde la escuela los riesgos de las enfermedades sexualmente transmisibles y cómo evitarlos.

- ¿Hay signos alentadores?
- Yo no soy pesimista. Pero hay que tener otra actitud, consistente en desmitificar el virus, en especial en África, donde la infección es una catástrofe para el afectado. La inmensa mayoría de los infectados no lo saben ni quieren saberlo.

- ¿Qué hacer?
- Antes de la triterapia, que se dirige a los más afectados, hay que que proponer tratamientos suaves a los seropositivos con un sistema inmunitario casi normal. Una mejor alimentación, aporte de vitaminas y antioxidantes, comportamientos higiénicos... De esta manera, en lugar de bajar muy rápido a la fase en que es necesaria la triterapia, se permanece mucho tiempo a una tasa casi normal del sistema inmunitario. Si el sida es así desmitificado, mucha más gente vendrá a hacerse el test porque sabrá que hay un tratamiento que impide evolucionar hacia el sida.

- ¿Qué le parece la pequeña «apertura» del Vaticano hacia el condón?
- Alentadora. Pero, culturalmente, al hombre africano no le gusta utilizar el preservativo, sea católico o no. El catolicismo tiene poca influencia. Se calcula que había un preservativo por hombre y por año en África. Hay que hacer campañas de educación y prevención adaptadas a la cultura. Es mejor que el Vaticano no obstaculice, pero en África hay obstáculos culturales.

- Las autoridades sanitarias ponen en tela de juicio los beneficios del extracto de papaya que recomendó al Papa Juan Pablo II.
- Detrás están las grandes compañías farmacéuticas porque ese producto les hace la competencia. El objetivo es asustar a los farmacéuticos. Un error, porque no es tóxico. Hemos hecho un primer ensayo clínico sobre el sida en África, en el centro de Abiyán. Y espero de un momento a otro los resultados de un segundo ensayo muy riguroso con un grupo placebo.

- ¿Será el sustituto de la triterapia?
- No va a sustituir la triterapia pero va a reducir su impacto y disminuir sus efectos tóxicos. Es un antioxidante y un inmunoestimulante. Funciona muy bien para evitar los catarros. En el caso del Papa era la enfermedad de Parkinson, donde también hay un estrés oxidante importante. Cuando hay lesiones irreversibles en el cerebro, se puede tratar de estabilizar o impedir la degradación. Es, parece ser, lo que se produjo con el Papa, que estuvo mejor unos meses después de darle yo el producto.

- ¿Es una amenaza para los laboratorios farmacéuticos?
- Los laboratorios farmacéuticos controlan un mercado cautivo. Es malo para la innovación de otro tipo de medicamentos más baratos, como lo que yo propongo. Para los ensayos clínicos rigurosos hace falta mucho dinero. Las pequeñas compañías y artesanos que fabrican esos productos antioxidantes, que muchos vienen de África, no lo tienen. Es un círculo vicioso. Sólo las grandes compañías pueden hacerlo, pero no les interesa. Son gigantes que gastan más dinero en mercadotecnia que en investigación. Hay un problema

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