1996/06/15

> Iritzia: Vicente Verdú > PAREJAS

  • Parejas
  • El País, 1996-06-15, azken or. # Vicente Verdú
Entre un auxiliar de Iberia que pide billetes gratis para su pareja homosexual de hecho y una lesbiana de Telefónica que solicita 15 días de vacaciones para irse de luna de miel con su compañera, una parte de la sociedad se ha consternado. No mucha parte y no muy ruidosamente, desde luego, porque ya en España la velocidad de la sociedad es muy superior a la de los aviones y casi tan alta como la telefónica velocidad de la luz. De hecho, el comité de empresa de Telefónica ha apoyado la petición de la trabajadora y la compañía no se ha atrevido a decir no. En Francia, la SNCF, réplica de la Renfe, ya ha iniciado el viaje hacia la igualación de sexos diferentes, si no también indiferentes. Desde el pasado 10 de mayo, la SNCF ofrece tarifas reducidas a parejas sin preguntar nada respecto a los cromosomas. El paso que le queda por dar a la legislación lo está anticipando la vida misma. Si la sociedad occidental no se ha decidido todavía por sancionar la cohabitación a todos los efectos, se encuentra a punto de hacerlo. La creciente realidad familiar está abatiendo el imaginario convencional. De la pareja tradicional quedan cada vez menos ejemplares mientras las uniones de hecho, no importa de que géneros, cunde en los noventa. Y no sólo por razones románticas. Si hay cohabitaciones hombre/mujer, hombre/hombre y mujer/mujer, hay también, y cada día más, cohabitaciones entre hermanos, entre amigos, entre ancianos o entre religiosos que simplemente se acompañan. Si ya existen sentencias favorables para la convivencia heterosexual de hecho a efectos de herencia o conservación de un piso, ninguna razón existe para discriminar a otros ciudadanos que quieren compartir sus vidas. Colocar, un estigma sobre algunos por un viejo prejuicio moral es un juicio inmoral que sólo a unos cuantos puede merecer estima.

1996/06/13

> Iritzia: Ramón de España > NORMALIDAD

  • Normalidad
  • El País, 1996-06-13, azken or. # Ramón de España
Supongo que han leído la historia del auxiliar de vuelo de Iberia que reclama para su compañero sentimental los tres billetes gratis a los que tienen derecho los cónyuges de los trabajadores heterosexuales de la empresa. La opinión políticamente correcta consiste, evidentemente, en ponerse de parte de este caballero. O sea, que estamos ante una oportunidad de oro para enviar a paseo la corrección política y reivindicar una evidencia: no sólo no hay que darle billetes gratis al novio del que se queja, sino que hay que retirárselos a las parientas de los demás trabajadores. Si uno quiere viajar, aunque se gane la vida en una compañía aérea, que se retrate en taquilla como todo el mundo. Iberia tiene ahora la oportunidad de acabar con un favoritismo injusto dejando a todos sus empleados sin billetes gratis, gesto que la sociedad española aplaudirá como algo que contribuye a la consolidación de la democracia. Y por lo que respecta a la reivindicación homosexual, sigamos siendo políticamente incorrectos. ¿A qué viene tanta aspiración a la normalidad en algunos sectores del colectivo? ¿Para qué reproducir horrores del mundo heterosexual como el matrimonio, las cenas con la suegra o la segunda residencia? Como sabe todo heterosexual que hace un alto en el bar a la salida del trabajo antes de volver a casa, la normalidad puede resultar muy agobiante. Darle esquinazo a la normalidad y disfrutar del amor mientras dura resulta estimulante. Pero a este paso el heterosexual que actúe así estará peor visto que el homosexual que aspira a casarse y formar una familia. Y luego le tocará al homosexual remiso a la adopción.

La sociedad, homosexual y heterosexual, parece haber encontrado a su nueva bestia negra: el individualista que vive como quiere y paga sus billetes de avión.

1996/06/12

> Berria: Diskriminazioa > UN HOMOSEXUAL RECLAMA EN ESTRASBURGO LOS DERECHOS QUE IBERIA NIEGA A SU PAREJA

  • Un homosexual reclama en Estrasburgo los derechos que Iberia niega a su pareja
  • La empresa no dió al auxiliar tres billetes gratis para su compañero
  • El País, 1996-06-12 # Bonifacio de la Cuadra, Madrid

Juan Tomás García Andrés, auxiliar de vuelo de Iberia, no ceja en su empeño de lograr que su relación sentimental con Antonio César Otero Campaña, que dura ya seis años, se equipare con la pareja matrimonial. Acaba de quedar registrada en la Comisión Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo su demanda contra España, ante la negativa de los tribunales nacionales a darle la razón en su pugna con Iberia. Motivo: el derecho a tres billetes gratuitos al año para la pareja "marital" con dos años de convivencia.

García Andrés y Otero Campaña, ambos de 29 años, son pareja desde hace cinco años y medio. Su apacible relación estable, formando una unidad familiar, chocó con el criterio de la compañía Iberia, que se negó a equiparar esa familia con la "convivencia marital" exigida para obtener determinados beneficios. A García Andrés no le importa que la reclamación sea pequeña, porque está dispuesto a no pasar una.Este auxiliar de vuelo -o Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP), que es la denominación exacta de la categoría laboral- quiere dar ejemplo de la lucha de los homosexuales por conseguir su equiparación con las parejas heterosexuales y matrimoniales.

En la regulación laboral de los TCP se prevé la concesión por Iberia de tres billetes gratuitos al año "en aquellos casos de convivencia marital con el titular de la tarjeta, debiendo justificar fehacientemente la conviviencia durante dos años, mediante el oportuno certificado".

Certificado municipal

Ni corto ni perezoso, García Andrés suministró a Iberia el oportuno certificado de la Policía Municipal de Madrid. El 11 de junio de 1993 la compañía aérea le contestó que la concesión de tales billetes no estaba de acuerdo con sus "normas". Entonces demandó a Iberia, pero el Juzgado de lo Social número 28 de Madrid desestimó la demanda por sentencia de 15 de noviembre de 1993.Recurrió ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que el 8 de septiembre de 1994 desestimó el recurso. Entre los fundamentos de derecho, señaló que la pareja heterosexual es la única pareja, legalizada o no, que nuestra Constitución considera, "sin que puedan las parejas homosexuales intentar equipararse a las heterosexuales, en virtud del principio de igualdad que recoge el artículo 14 de la Constitución".

Planteado recurso de casación ante la Sala Cuarta de lo Social del Tribunal Supremo, no fue admitido, por no aportar sentencias contradictorias a la dictada por el Tribunal Superior de Justicia. Igualmente, en diciembre de 1995 el Tribunal Constitucional rechazó el recurso de amparo por no haber agotado la vía judicial, ya que "fue el recurrente quien hizo una interposición defectuosa del recurso y fue él quien, en su caso, privó al Tribunal Supremo de reparar la lesión cuya vulneración ahora se denuncia ante este tribunal".En la demanda ante la jurisdicción de derechos humanos de Estrasburgo, el letrado Emilio Ginés Santidrián argumenta que "era imposible aportar sentencias contradictorias, puesto que no existían, es decir, anteriormente el Tribunal Supremo nunca se había pronunciado sobre el núcleo básico de la pretensión de equiparación y disfrute de derechos en la empresa entre las parejas homosexuales y las heterosexuales de hecho, que tampoco son matrimonio".

Discriminación

El letrado Ginés Santidrián acusa a Iberia y a los tribunales que han avalado su actitud de haber discriminado "entre un trabajador y otro por motivos de su inclinación sexual". En definitiva, García Andrés demanda al Reino de España, por considerar que los tribunales nacionales han infringido el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. En concreto, sobre la base de su convivencia estable con Otero Campaña, con quien forma "una unidad familiar", invoca la violación de sus derechos a un juicio justo, "al respeto de su vida privada y famillar" y a la no discriminación, especialmente por razones de sexo", entre otras.En caso de que la demanda sea admitida, la Comisión Europea de Derechos Humanos intentará un arreglo amistoso con el Gobierno español y en su defecto, dictaminará sobre el asunto y lo pasará al Tribunal de Estrasburgo.

España presenta "cinco veces menos demandas que los abogados europeos" del resto del Consejo de Europa, según publica dicho letrado en un reciente trabajo en la revista Otrosí, del Colegio de Abogados de Madrid.