2006/12/24

> Erreportajea: Musika > BETH DITTO, LIDER DE "THE GOSSIP": GORDA, LESBIANA Y FEMINISTA

  • Gorda, lesbiana y feminista
  • Sentido G, 2006-12-24 # Cora Cáffaro

Lidera a The Gossip y ha logrado redefinir al punk gracias a su militancia gay y feminista. Cruza rara de Janis Joplin y Aretha Franklin, fue elegida la cantante más cool del momento.


"Gorda, lesbiana y feminista". Así se autodenomina, sin miedos ni complejos y a mucha honra, Beth Ditto, líder y vocalista del trío punk The Gossip, que el mes pasado se convirtió en la cantante "más cool" del momento, según la lista anual de la famosa revista New Musical Express. Ganándole a la gran candidata, Karen O, de Yeah Yeah Yeahs que recientemente visitó a la Argentina, es la primera vez que una mujer alcanza este puesto, algo impensado hasta el momento, si se tiene en cuenta que el año pasado hubo una sola entre los 10 primeros lugares.

"Prefiero que me llamen gorda. Me gusta esa palabra, aunque no es fácil para todo el mundo. No es fácil pero es divertido, porque nunca he encontrado a un cantante que haga de su gordura una causa. Para mí lo es, y me encanta ser portavoz de esta minoría, si es que a los gordos se nos puede considerar una minoría, que tiene que pasarse la vida luchando contra los prejuicios. A mí no me pesa ser gorda; forma parte de mi personalidad". Esta es quizás la declaración de Beth más difundida, aunque también habla abiertamente de su feminismo a ultranza y de su condición sexual. Sin embargo, hay quienes privilegian otra cosa: su voz, comparada a veces con la de Janis Joplin y otras con la de Aretha Franklin (si cantara punk), criterio definitivo para la elección de NME. Modesta, Ditto simplemente ha dicho: "Nunca he tenido una voz muy reservada. Intenté bajarle el tono pero no pude".

Una característica de Beth es su falta de complejos a la hora de elegir el vestuario. Si quiere, luce en escena un vestido de leopardo bien apretado, una minifalda de cuero o corpiños y portaligas que parecen que van a volar por los aires. "A veces la gente que se ocupa de mi imagen no se da cuenta de que yo no quiero lucir flaca ni chupada. No es lo que soy. Ellos dicen: 'Si usás esto vas a verte pequeña'. Y son pavadas. Yo quiero lucir bien, no pequeña, esa es la diferencia", explica ella. Y se sorprende cuando le cuentan que no pocos la ven como una sex symbol. "No me siento sexy. Soy una persona introvertida, de esas que dicen las cosas equivocadas en el momento equivocado".

¿Y quién dijo que no se muerde la mano del amo que da de comer? Enérgica y elegante, Beth es tímida en las entrevistas pero no se calla nada. "La industria musical teme a las chicas que hacen buena música pero no la venden a través del sexo", proclama. Y según ha contado, está trabajando en un nuevo video que dejó ver algunas diferencias con su compañía. "Quieren poner bailarinas. Yo me rehúso a que sean flacas: van a ser gordas. No quiero un manojo de chicas huesudas bailando a mi alrededor. Fin de la historia".

Beth nació en 1981 en la ultracatólica ciudad de Searcy (Arkansas, EE.UU.). Su infancia la pasó –con sus seis hermanos– en una de esas típicas casas rodantes, rodeada de familias negras. Sus primeros contactos con el canto se dieron en los coros de gospel de las iglesias pentecostales o baptistas: "Tenía una tendencia natural a salirme del coro. Intentaba hacer lo posible para bajar el tono, pero no podía. Yo canto con todo mi cuerpo, y mi cuerpo siempre ha sido así de contundente", contó varias veces. Eran los tiempos en que le decían que los homosexuales y las lesbianas iban al infierno. "Yo rezaba: 'Por favor, Dios...' Me gustaban las chicas", recordó en otro reportaje.

Admiradora de Patti Smith, Mama Cass, Gladys Knight y Etta James, Beth fue una activista feminista entre las riot grrrls e integró el grupo The Need. The Gossip, según contó, llegó por casualidad. A Nathan Howdeshell y Kathy Mendonca, sus compañeros originales (ahora toca con Brace Paine y Hannah Blilie), los conoció en 1998. Al año siguiente se mudaron a Olympia. Ellos la animaron a empuñar el micrófono un día cualquiera mientras tocaban en el sótano. Tenían apenas tres canciones listas cuando consiguieron su primera presentación, que se prolongó por 15 fines de semana seguidos en el mismo localcito.

"Ese grupo con la cantante lesbiana y gorda que canta punk como si fuera blues", como se lo conocía, empezó a volverse popular.
En 2001 llegó el primer álbum, "That's not what I heard". Después vinieron "Arkansas Heat" (2002) y "Movement" (2003). Y este año, "Standing in the way in control" (Green Ufos), donde denuncian la homofobia de los republicanos y exigen iguales derechos para las parejas gay. "El disco trata sobre nuestros amigos, sobre la importancia de ser uno mismo y seguir vivo haciendo lo que realmente te gusta", señala Beth, que también participa en el último disco de Peaches ("Golpeándome la cara con esa polla" se la escucha en lo que, según ella, es lo más heterosexual que ha cantado en su vida).

Con pocos años de existencia, a The Gossip (El Chisme) le atribuyen la virtud de haber redefinido el punk al devolverle el sello político que supo tener el género. Pero además, el trío refleja en su música bailable, influenciado por la new wave, el blues y el rockabilly, las experiencias de vida de sus integrantes y "los comentarios de gratitud de chicas obesas y gay que han nacido en el culo del mundo, contándome cómo hemos ayudado a que sus vidas cambien". Del galardón de NME, en tanto, Beth Ditto sólo ha dicho que se lo dedica a todos aquellos que, sin importarles los tabúes y prejuicios, se siguen buscando a sí mismos.

> Elkarrizketa: Felipe del Baño > "LA HOMOSEXUALIDAD NO ES PATRIMONIO DE NINGUN PARTIDO"

  • Felipe del Baño: «Zaplana es un gran amigo mío, pero eso del zaplanismo tiene mucho de leyenda»
  • Diputado autonómico del Partido Popular, tuvo los arrestos de criticar a su partido por recurrir la ley de matrimonios gays al Constitucional. Antes, reconoció su homosexualidad. A sus 39 años, muestra un aplomo propio de la madurez política. Seis años de asesor de Zaplana son un máster intensivo.
  • Levante, 2006-12-24 # Francesc Arabí, Valencia

-¿Para ser liberal hay que ir siempre hecho un pincel?
-De ningún modo. Precisamente el liberal rompe con estereotipos y clichés, tiene mentalidad abierta a los cambios, incluso estéticos.

-Y siendo un dandi de la política, ¿no le parece que hay poco estilo entre los políticos, con tanta grabación y crispación ambiental?
-Vivimos un período de estabilidad con los gobiernos del PP, pero Zapatero, que tanto presume de talante, ganó las elecciones y ha querido ningunear al principal partido de la oposición, que representa a la mitad de los españoles. Incluso muchas reformas legales emprendidas hubiesen tenido mejor aceptación de haber sido consensuadas. Nuestro presidente, Mariano Rajoy, se ha cansado de pedir diálogo.

-¿No cree que los políticos son como las moscas, que no se sabe muy bien para qué existen, aparte de para molestar?
-No, hombre. Estamos para trabajar y estar abiertos a lo que la sociedad nos demanda en cada momento. El reto del político consiste en no perder nunca el paso. Estés en el gobierno o en la oposición.

-Zapatero parece que en materia de derechos civiles (matrimonios homosexuales) y en cuestiones sociales conecta con las demandas.
-Hay que dar respuesta a las demandas sociales pero intentando buscar puntos de encuentro entre las fuerzas políticas para crear cuerpos legislativos fuertes. Era necesario dar un paso para regular derechos de parejas de gays y lesbianas pero ha sido innecesaria la polémica creada. Yo habría intentado sacar una ley por unanimidad y, como mínimo, habría evitado generar un debate inútil que acabó siendo «homosexualidad sí o no».

-¿Haber reconocido su homosexualidad y haber criticado el recurso del PP contra la ley de matrimonios gays es un problema o lo blinda para repetir de diputado?
-Mi gesto fue bien entendido. Era necesario hacerlo en un momento en que se patrimonializaba esta lucha por parte de una determinada ideología. Mi partido entendió mis críticas al recurso. No era el momento. Ahora, nunca he pensado si eso me perjudica o beneficia porque no es cuestión de oportunismo sino de convicciones profundas.

-Dijo que era compatible ser homosexual y del PP. ¿Por qué el colectivo Lambda de gays y lesbianas apoya a la izquierda?
-De entrada, quiero reconocer la gran labor de Lambda en épocas muy difíciles. Mantengo muy buenas relaciones con Lambda y el Consell siempre ha atendido sus peticiones y hay un convenio de colaboración. Pero la homosexualidad no es patrimonio de ningún partido. Homosexuales hay en todos los ámbitos políticos y sociales.

-¿Se puede ser liberal y pobre?
-Por supuesto. El liberalismo es una filosofía de vida, es creer en la libertad del individuo, la tolerancia, la justicia social, la igualdad...

-Parece que sea Pla.
-Parezco un liberal; igual él lo es y ni siquiera lo sabe.

-¿A quién quiere más, a Eduardo Zaplana o a Francisco Camps?
-Pues le contesto con total sinceridad. Con Eduardo Zaplana he trabajado codo con codo seis años y he aprendido mucho de alguien que vivió con intensidad la política valenciana. Hoy, Zaplana es uno de mis grandes amigos.

-Cuidado, señor Del Baño.
-Con Camps tengo una estrechísima relación. Lo conozco desde que yo iba en bicicleta con su hermana por la Cañada. Él me trajo de la mano a AP y firmó mi ficha de afiliación hace 20 años. Comprenderá que sienta gran afecto por él.

-Acaba de regresar a la lista autonómica en el último segundo.
-Le digo la verdad, siento un gran aprecio por ambos.

-Cuando se afilió a AP tenía 18 años. ¿Tuvo un mal día?
-No, yo sentía interés por la política. Mis amigos me veían raro porque seguía los mítines, los informativos y un día fui a un acto de AP, donde coincidí con Camps, que era presidente de Nuevas Generaciones. Empezamos un largo viaje.

-¿El zaplanismo también sería una filosofía de vida?
-Eso del zaplanismo va camino de convertise en algo mitológico, tiene mucho de leyenda. Mire, Camps y Zaplana son políticos de primera línea y cada cual tiene una función y un estilo. La relación entre ellos es buena, aunque quizás las formas de gobernar son muy distintas.

-¿La diferencia es que Zaplana gobernaba con la caja llena y Camps, con la caja llena de telarañas?
-Zaplana ganó las elecciones y empezó a transformar la Comunitat, que estaba en el vagón de cola y hoy es un referente. Habíamos perdido incluso la autoestima y fuimos superando hasta el conflicto lingüístico y con nota. Camps ha consolidado el proyecto. Ha llevado a cabo una gran reforma del Estatuto. Y lo que dice de la falta de dinero, en política eso se suple con imaginación. Pero es que, además, hay dinero. Acabamos de aprobar unos presupuestos para crear 400.000 puestos de trabajo. El PP es como una factoría de creación de empleo.

-Zaplana pasó de adoptar la Tercera Vía de Blair a alinearse con Acebes y Aznar en el ala dura del PP, ¿cuál de los dos es el auténtico?
--No creo que los dos sean distintos. La diferencia es que aquí gobernaba y allí está en la oposición. La oposición que se está haciendo es firme ante un Zapatero al que le viene grande el gobierno de España. Es una oposición dura, pero no por ello menos correcta. En un partido abierto es normal que haya gente que opina distinto.

-¿Qué le parece que el Opus Dei y los Legionarios de Cristo tengan medio secuestrado al PP o al menos tengan tanta influencia?
-¿Qué me dice?

-¿No estaba usted por aquí cuando la visita del Papa?
-La visita del Papa, además de un acontecimiento mundial, fue un éxito de logística y una gran promoción para la Comunitat. En el PP solemos estar de acuerdo en el fondo de las cuestiones, pero en determinadas cosas puede haber matices. Y las convicciones religiosas de las personas son muy respetables.

-Si usted fuera presidente del PP, ¿dejaría que Fabra y Alperi se presentaran a unas elecciones? ¿Obligaría a dimitir a condenados en firme como el alcalde de Vila-real?
-Hay que luchar contra la corrupción y el transfuguismo, pero hay que tener en cuenta que hay muchas acusaciones infundadas. Por eso conviene tener tranquilidad y esperar a que los jueces hablen. No se pueden poner etiquetas que después cuestan mucho de quitar. Ahora, cuando uno está condenado sí lo apartaría.

> Iritzia: Santiago Roncagliolo > DE COMO LOS GAYS SALVARON LA NAVIDAD

  • De cómo los gays salvaron la Navidad
  • Sentido G, 2006-12-24 # Santiago Roncagliolo

Un hombre con camisa abierta y bigotito a lo Valentino se recuesta sobre un auto. Aunque sólo vemos su torso, la imagen sugiere que fuera de foco hay alguien arrodillado frente a él. Mira a la cámara provocativamente. El espectador puede sentir su ardiente deseo. ¿Es la publicidad de una película para adultos? ¡No, es la campaña de Navidad!

Y es que en estas fechas proliferan los comerciales de artículos de regalo, principalmente relojes y perfumes. Este año, los perfumes para mujer son anunciados por estrellas como Sarah Jessica Parker y Nicole Kidman, que encarnan modelos de glamour femenino. Y los perfumes para hombre quedan en manos –y rostros y cuerpos- de la comunidad gay.

Porque ¿hay algo más gay que ese comercial de Lacoste en blanco y negro con un modelo que se levanta de la cama desnudo y muestra unos glúteos tallados en un gimnasio? ¿hay un ícono gay más identificable que el marinero musculoso que da forma a la botella del perfume Jean Paul Gaultier? ¿Y podría ese perfume tener un nombre más homosexual que Le Male?

El cliché no miente: la comunidad homosexual masculina tiene buen gusto. Su consumo de artículos culturales y productos de belleza es mucho más elevado que el de los heteros de cualquier género. De modo que, si se fijan bien, más de la mitad de las campañas de perfumería de este mes está orientada a ellos.

De hecho, lo mismo ocurre con la sacrosanta institución matrimonial. En Barcelona acaban de abrir una tienda de trajes de novio, Io. Se pueden encontrar desde los clásicos negros hasta los naranjas y dorados, la mayoría de ellos fosforescentes. Se pueden acompañar con corbatas de todos los colores y camisas ídem. Siguiendo la tendencia, Hermenegildo Zegna vende chalecos rosas o amarillos en su sección matrimonial.

El mercado se ha invertido. La mayoría de los heterosexuales consideran el matrimonio un trámite o, a lo sumo, una fiesta: se casan con trajes que puedan usar para otras ocasiones. En cambio, para los homosexuales, el matrimonio es un evento que les estaba vetado hasta hace muy poco. Lo valoran más, y por eso quieren lucir más vistosos en la ceremonia. Los trajes de novio ahora se hacen para ellos.

Al final, la comunidad gay va a salvar las fiestas católicas de la rutina y el descreimiento. Yo estoy esperando la campaña de Semana Santa. Ya la veo venir, decorada con excitantes flagelaciones, quizá con imágenes de san Sebastián atravesado por las flechas (otro aporte de lo gay a la difusión del catolicismo). Será mucho mejor que las aburridas películas de todos los años. De hecho, en retribución, la Iglesia podría nombrar santo a alguien abiertamente homosexual, de preferencia que haya sufrido martirio por sus creencias ¿Qué tal Rock Hudson?