2006/10/15

> Iritzia: Iñaki Soto > NACION GAY

  • Nación Gay
  • Iñaki Soto · Licenciado en Filosofía
  • Gara, 2006-10-15
Durante la historia moderna, varias comunidades oprimidas que han luchado por ver sus derechos reconocidos se han rendido a la tentación de reivindicarse como nación. La lista va desde grupos religiosos hasta comunidades culturales o lingüísticas: la nación afro-americana, la nación del Islam, la nación gay... En mi opinión, desde un punto de vista teórico, denominar a esas comunidades como naciones es un error conceptual. Sin embargo, en términos políticos, el intento de esas comunidades por entrar en esa categoría es comprensible, puesto que la nación ha sido y es en nuestros tiempos la forma de comunidad que mayor lealtad suscita entre sus miembros.

Asimismo, a las naciones se les han reconocido históricamente derechos que no se reconocían a otras comunidades. El derecho de autodeterminación y el derecho a la estatalidad son los más importantes. Por poner un ejemplo ­necesariamente esquemático y simplificado­, en compensación por el genocidio sufrido durante la II Guerra Mundial por la comunidad étnica judía, las Naciones Unidas ­otro ejemplo de confusión conceptual­ legitimaron e impulsaron la creación del Estado de Israel. Por el contra- rio, si bien la comunidad homosexual de los territorios ocupados por los nazis o las personas impedidas físicamente fueron también víctimas del exterminio sistemático, no se planteó la necesidad de crear en la región de Atenas un Estado Gay o robar a Francia parte de sus territorio para establecer un Estado de Impedidos. La justificación elemental era que no se trataba de comunidades nacionales.

La persistencia de un problema político de primer orden en el Estado español tiene mucho que ver con la utilización equívoca de los términos y los conceptos. En ese sentido, la invención de neologismos es parte intrínseca de la cultura política española posterior a Franco. Por poner algunos ejemplos, mientras a lo largo de todo el planeta la neutralidad del estado ante las religiones se llama laicismo, en España se llama estado aconfesional. A lo largo de todo el planeta, al sistema político-administrativo descentraliza- do se le llama federalismo; en España lo llaman estado de las autonomías. A lo largo de todo el planeta a los países donde la monarquía no cumple un papel legislativo se les llama república; en España vivimos en una monarquía parlamentaria...

Todos esos neologismos políticos tenían como objetivo, en teoría, la aceptación progresiva de esas realidades por parte de la sociedad española. Una sociedad que seguía siendo en gran medida franquista en espíritu, mentalidad e ideología. Los «progres» reivindicaban el poder pedagógico de esos conceptos como parte del programa liberalizador de la España cañí. Como tantas veces en la historia, decían querer cambiar el mundo y el mundo los cambió a ellos. Lo instrumental se convirtió en esencial y esos conceptos no aportaron nuevo sentido a las viejas referencias: unidad, constitución, monarquía, nacional-catolicismo, ejercito, tradición... siguen siendo los pilares de la intrahistoria española.

La separación conceptual entre nación y nacionalidades es otra expresión del caos conceptual español y otro de los orígenes de su crisis política estructural. El debate sobre el Estatuto de Catalunya nos ha dejado buen ejemplo de ello. El primer artículo del nuevo Estatuto catalán dice así: «El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad». Traducido al español verdadero este artículo se resume de la siguiente manera: para la mayoría de los catalanes Catalunya es una nación, con todas sus consecuencias, mientras que para la mayoría de los españoles Catalunya no es una nación, con todas sus consecuencias. Aparte de otro tipo de consideraciones, son evidentes los problemas políticos y jurídicos derivados de identificar a una misma entidad con términos distintos que no son sinónimos.

Casi paralelamente al debate sobre el Estatuto, el Gobierno español impulsaba la ley del matrimonio entre personas del mismo género. Sorprendentemente, en una sociedad tradicionalmente homófoba donde los gays siguen estando socialmente discriminados, el debate no tuvo apenas eco. En este caso, la ley era clara, concisa y coherente. Si la comparamos con el Estatuto catalán, la ley no traía manual de instrucciones para su traducción al español verdadero. El caso es que, a falta de cambios estructurales en la realidad social española, la traducción existe y es, más o menos la siguiente: «El nuevo Código Civil, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la comunidad homosexual de España y basándose en los principios del liberalismo, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a la unión entre personas del mismo sexo como matrimonio. Diga lo que diga la ley, la mayoría de los españoles considera que los maricas y las bolleras andan sueltos».

El verdadero problema es que lo realmente «invertido» en este Estado es la cultura política española, que sigue siendo incapaz de regenerarse en términos políticos y sociales. Modifican las leyes, inventan nuevos términos, pero éstos no generan un verdadero cambio social. Esto vale por igual para la comunidad homosexual española y para las «nacionalidades». Para la mayoría de los españoles los independentistas vascos y, más en general, los vascos somos unos invertidos, algo antinatural, unos depravados o algo peor. Creo que, en este sentido, Euskal Herria es una nación gay por antonomasia.

No quiero frivolizar. Tampoco quiero herir los sentimientos de la gente que ha sido miembro del movimiento gay en Euskal Herria durante las últimas décadas. Siendo sincero, los sentimientos de las personas cuyo objetivo en la vida es que los case un concejal del PP o el Obispo de Pamplona y Tudela me son totalmente ajenos. La lucha por los derechos sociales y nacionales de la comunidad gay han aportado, ante todo, un cambio positivo en nuestra cultura política. Ese cambio no es, sin duda, ni lo suficientemente sincero ni lo suficientemente profundo. Pero es parte de la diferencia entre nuestra cultura política y la del resto del Estado (no sólo la española, también, por ejemplo, la catalana).

Sean naciones o no lo sean, todas las comunidades tienen el derecho a ser tratadas con respeto, en pie de igualdad, a no ser discriminadas, a defenderse y a reivindicarse. En definitiva, a desarrollarse como comunidad. No todas las comunidades tienen por qué aspirar a los mismos objetivos políticos, ni por qué luchar por los mismos derechos. No pienso que esa perspectiva sirva por igual para todo tipo de comunidad.

En el caso del conflicto vasco, el proceso se desbloqueará definitivamente cuando el Estado español reconozca a la otra parte como tal. También ayudaría que algunos de nuestros compatriotas salgan del «armario competencial» y luchen por los derechos de todos, en vez de priorizar siempre sus intereses privados. Al fin y al cabo, los vascos sólo pedimos lo que Zapatero considera «de ley» para los homosexuales. Su defensa en el Congreso de la reforma del Código Civil resume esa idea: «Hoy la sociedad española da una respuesta a un grupo de personas que durante años han sido humilladas, cuyos derechos han sido ignorados, cuya dignidad ha sido ofendida, su identidad negada y su libertad reprimida. Hoy la sociedad española les devuelve el respeto que merecen, reconoce sus derechos, restaura su dignidad, afirma su identidad y restituye su libertad».

> Erreportajea: Prostituzioa > SEXO MASCULINO A LA VENTA

  • Sexo masculino a la venta
  • Un centenar de hombres ejercen la prostitución en Gipuzkoa. La mayoría lo hace en pisos, son extranjeros y, salvo excepciones, atienden a clientes de su mismo sexo. Trabajo no les falta
  • El Diario Vasco, 2006-10-15 # Juanma Velasco, DV, San Sebastián
Trabajan en una de las profesiones más antiguas del mundo, pero a pocos les gusta que se les llame prostitutos. Si acaso, gigolós. La realidad de la prostitución masculina en Gipuzkoa queda lejos de la imagen que representan películas como American Gigolo, en la que un galán cobraba por favores sexuales a mujeres bien parecidas. Muy lejos. De hecho, en la mayoría de los casos, los hombres que se prostituyen comparten clientela masculina con la prostitución femenina y a muy pocos les toca en suerte agradar a alguna treintañera independiente. Eso sí: «Trabajo no les falta».

Alrededor de un centenar de hombres, la mayoría extranjeros, ejercen la prostitución en Gipuzkoa -un millar en el caso de las mujeres-, según los datos que maneja Aukera, el programa de intervención psicosocial sobre las personas que ejercen la prostitución en Gipuzkoa subvencionado por Gobierno Vasco, Diputación y los ayuntamientos de Donostia, Irun y Pasaia.

«Desde que en 1998 echara a andar el programa, al principio notamos un aumento de la prostitución masculina en Gipuzkoa, aunque en los últimos años, como ocurre con la femenina, el número de quienes la ejercen se mantiene», señala Amaya Lasheras, responsable del programa, que tiene sede en Donostia.

Clientela masculina
Los hombres que ejercen la prostitución en Gipuzkoa venden fundamentalmente sus favores sexuales a otros hombres. «Hay tan poca clientela femenina que no podrían vivir de ello. Algunos nos dicen que se dedican sólo a las mujeres, pero no es cierto. La clientela es prioritariamente de hombres, aunque puede haber servicios a parejas y a mujeres», afirma Lasheras. En el caso de la clientela varonil, los hay de todas las edades: jóvenes, mayores de 60 años, hombres casados y con hijos... «Estos últimos, si tienen una homosexualidad latente, la mejor forma de sacarla es acudiendo al sexo de pago», asegura Lasheras. Si la cliente es femenina, las «pocas que hay son mujeres de treinta y tantos años de edad, con poder adquisitivo medio-alto e independientes».

El perfil de los hombres que se prostituyen también es variado. «Los homosexuales que tienen asumida su condición son la mayoría en este negocio -añade Lasheras-, aunque también hay hombres bisexuales y heterosexuales, a quienes más les cuesta admitir que ejercen la prostitución con otros hombres y les cuesta más venir a solicitar nuestros servicios».

Sólo un 10% de los gigolós guipuzcoanos son autóctonos y llevan su ocupación de forma «más escondida que los de fuera». El resto, el 90%, son extranjeros, la mayoría procedentes de Brasil y Colombia. «Tienen entre 23 y 35 años. A diferencia de lo que ocurre con las prostitutas, en el caso de los hombres apenas se ve gente de más de 40 años porque saben que, pasada esa edad, ya no van a tener los clientes que pudieran tener con 25 años».

Trabajo en pisos
La tarifa que se cobra por servicio es similar al de las mujeres: 50 euros por la media hora de servicio. «Los hombres no suelen trabajar mal. Suele haber más quejas de las chicas por falta de trabajo», afirma la responsable del programa.

Generalmente, los varones ejercen la prostitución en pisos, que muchas veces son compartidos con otras prostitutas. No obstante, dependiendo de la época, a los despachos de Aukera llegan noticias de casos aislados que 'hacen la calle', costumbre que en el mundo de la prostitución femenina está extinguida en Gipuzkoa. Tampoco, salvo «casos muy raros», se puede encontrar un hombre que se prostituya en un club de alterne.

«Los pisos funcionan bajo la supervisión de un gerente, que también se prostituye», añaden en Aukera. La mayoría de estos establecimientos se concentran en Donostialdea. El prostituto debe pagar el 50% del servicio al piso. A cambio, recibe el alojamiento, manutención, anuncios gratis en la prensa...

En opinión de Lasheras, el hecho de que ahora vivan en el mismo piso en el que trabajan «es un paso atrás, porque significa que trabajan las 24 horas. La realidad es que están obligados a vivir allí porque a los extranjeros aquí no se les quiere alquilar pisos si no tienen nómina o aval bancario».

Precisamente, el hecho de que sean inmigrantes agrava su situación porque «muchos se encuentran en situación ilegal». De hecho, la mayoría de consultas que reciben en Aukera son de tipo jurídico.

En el caso de los hombres, no se conocen casos de explotación sexual. «Eso sí, muchos de ellos caen en las redes de las mafias ilegales que traen a inmigrantes a España y tienen que saldar su deuda. Es algo que funciona con a cualquier extranjero, sea o no prostituto».

Transexuales
Junto al centenar de hombres, existen varias decenas de transexuales que se prostituyen y que en Aukera estadísticamente engloban en el grupo de las mujeres. «Incluso, hubo una temporada en que las chicas se quejaban de que los transexuales tenían más trabajo que ellas. Les hacían la competencia», asegura Lasheras. En el caso de los transexuales, en Aukera derivan a otras asociaciones las consultas sobre cambios de sexo.

Cuando llega el momento del abandono de la profesión, difícil para cualquier prostituta, el problema se agrava cuando se trata de transexuales. «Muchos extranjeros no pueden cambiar su nombre, porque en los países de origen no lo permiten. Hemos tenido casos en los que hemos acompañado a transexuales en entrevistas de trabajo, que se estropeaban cuando mostraban su documentación con nombre de hombre. Sigue habiendo discriminación», sentencia la responsable del programa.

======================================================
  • Ander · Masajista que se prostituye en Donostia
  • «Me llaman muchos hombres que quieren trabajar conmigo en el negocio»
  • Asegura que sólo trabaja con mujeres, pero reconoce que la mayoría de las llamadas que recibe son de clientes masculinos. Lleva un año ejerciendo
Lleva una doble vida. Bajo el nombre de Ander se esconde un donostiarra que, en su vida pública, es masajista terapéutico deportivo y, en su faceta oculta, se prostituye desde hace un año «explorando» sus «conocimientos en masajes orientales». Eso sí, asegura que sólo atiende a mujeres, aunque su teléfono móvil recibe cientos de llamadas de hombres.

- Trabaja de masajista, tiene ingresos... ¿Por qué se prostituye?
- Vengo del mundo del masaje terapéutico. Tengo conocimientos de masaje oriental, del mundo del masaje tántrico en concreto, que ahora está muy de moda, y encontré en la prostitución una vía para enfocarlo.

- ¿También servirá para aumentar sus ingresos?
- Efectivamente. Sigo ejerciendo mis técnicas de masaje profesional, a nivel terapéutico deportivo, pero esto lo tengo encaminado aparte. En quince años de profesión de masajista, nunca se me ha ocurrido mezclarlo. Con mi consulta puedo ganar 30 ó 40 euros. En mi faceta erótica, por cada media hora cobro 60 euros; una hora completa, 100 euros. - ¿Qué edad tiene?- 28 años. Es lo que les digo a mis clientas.

- ¿Quién es su clientela?
- Una mujer de entre 36 y 40 años, casada, con nivel económico medio, insatisfecha y que viene buscando lo que sus maridos no les dan. Algunas sospechan que sus maridos frecuentan clubes de alterne y vienen buscando esa revancha de, «si ellos lo hacen, ¿porqué no lo voy a hacer yo?». A mi me toca hacer de abogado del diablo, escuchar y paliar esas lagunas de lo que sus maridos no les dan. Mis masajes son emocionales, eróticos, pero muchas veces necesitan más caricias afectivas que físicas.

- Pero la cosa no se queda en los masajes...
- Cuando reclaman mis servicios me preguntan qué es lo que les ofrezco: un masaje oriental, terminado con una relación. No obstante, no siempre tiene por qué haber una penetración. Eso se lo dejo claro.

- La realidad dice que la principal clientela de los hombres que se prostituyen son hombres. Algo no cuadra...
- Me suelen llamar clientes hombres pero no les atiendo. Me he puesto esa barrera. Sí ofrezco un servicio de pareja, en el que atiendo a un hombre y mujer, pero el hombre o mira o participa en el masaje conmigo. Llegado un momento, salgo de la habitación y dejo a solas a la pareja.

- ¿Dónde atiende a sus clientes?
- En un apartamento.

- ¿Hay clientes habituales?
- Sí. Normalmente vienen con una frecuencia quincenal o mensual. Pocas se pueden permitir el lujo de venir semanalmente y pagar 100 euros. Es un presupuesto alto y, en este sentido, no son tan adictivas como los hombres.

- De su faceta como hombre que se prostituye, ¿cuánto saca al mes?
- La media son 3.000 euros. Trabajo una media de dos sesiones diarias. Sólo de lunes a viernes, de 10 a 19.00 horas. Entonces desconecto el teléfono.

- Todo dinero negro...
- Por supuesto. Hay gastos de mantenimiento del apartamento, que comparto con una prostituta con la que trabajo. Con ella ofrezco un servicio de pareja que funciona muy bien y cuesta 200 euros la hora. En él también atendemos a hombres solos, pero el servicio lo termina mi compañera. Ahí se ven todo tipo de perversiones...

- ¿Tiene pareja y familia?
- No, soy soltero. No sería capaz de llevar las dos cosas a la vez.

- ¿Cómo se plantea el futuro?
- Lo veo como una experiencia que me vale para conocer a las personas y para seguir profundizando en mi filosofía de técnicas orientales. Me está dando su fruto, pero no tengo una meta de fechas. Tengo muy claro cuál es mi vida personal. Me dedico a observar a la gente que viene. Normalmente, para todas las personas que vienen su objetivo primordial es conquistarte. En eso no se diferencian mucho de los hombres. A todas les encantaría sacarme de este mundo, 'salvarme': que por qué haces esto, qué pobrecito... Y yo estoy fuera de este moralismo. Quizás son ellas las que deberían preguntarse por qué vienen a mi..

- ¿Conoce a otros hombres que realizan la prostitución en Gipuzkoa?
- No. Pero recibo llamadas y mensajes de hombres que quieren trabajar conmigo en esto. Creo que todos tenemos una prostituta que llevamos dentro, que nos gustaría sacar.

> Elkarrizketa: EDUARDO TRONCOSO > "PARA LIGAR TIRE VARIOS ANZUELOS Y APRENDA DE LOS FRACASOS"

  • Eduardo Troncoso · Psicólogo que enseña a ligar
  • «Para ligar tire varios anzuelos y aprenda de los fracasos»
  • Ofrece cursos para aprender a ligar en los que enseña a superar viejos conflictos y esquemas mentales dañinos. La seducción es una competición deportiva, dice. Crea en sus posibilidades, sea audaz y no tema a quien tiene enfrente
  • El Diario Vasco, 2006-10-15 # Cristina Turrau
- Quiero ligar y no lo consigo. ¿Qué debo cambiar?
- El esquema mental que te lleva a unos resultados no deseados.

- Adelante, empecemos.
- La perspectiva mental es la principal responsable del éxito o el fracaso. Para ligar y para todo. Si pretendemos lograr una acción eficaz, tenemos que cambiar.

- Cambiar. Se dice fácil.
- Einstein decía que locura es hacer las mismas cosas y pretender resultados diferentes.

- Mucho loco anda suelto.
- Es que en vez de cambiar, adoptamos una postura superficial y modificamos lo exterior.

- Eliminar el pensamiento negativo llevará su tiempo...
- No, si se identifican los puntos débiles y los frenos emocionales que motivan la inhibición.

- A saber...
- El miedo, la vergüenza, el qué dirán, nuestras inseguridades, la baja autoestima y la imagen distorsionada de nosotros mismos. Cuando se ve el mapa del conflicto, el cambio es rápido.

- Estos frenos emocionales, ¿son comunes?
- Sí. Hace unos días un paciente relataba que sentía la obligación de gustar a todas las mujeres. Estaba condenado a recibir golpes, porque ni Paul Newman gusta a todo el mundo. Con una sola negativa, se sentía mal.

- Hay que aceptar los fracasos como parte del camino.
- El verdadero seductor admite los fracasos. Y lo que hace es trabajar dos, tres o cuatro ligues al mismo tiempo.

- Así ya se puede...
- Resulta muy práctico, aunque parezca poco ético. Al no conocer a las personas no entras en infidelidad ni en deslealtad.

- Salir a ligar, ¿salir a la batalla?
- Sí. Pero sin jugártelo todo a una carta porque esto genera ansiedad. No puede ser que porque ella no me haga caso la fiesta deje de tener sentido.

- Y la fiesta, ¿deja de tener sentido para mucha gente?
- Sí. Hay que hacer como el pescador, tirar varios anzuelos. Lo importante es comer.

- La ansiedad, ¿mal consejero?
- La gente que va a ligar busca satisfacer necesidades afectivas, sociales y sexuales. Y si estas necesidades se han visto frustradas durante tiempo, hay una carga de angustia que te hace sentir que en cada encuentro te lo juegas todo. Aparecen los sudores, el quedarse en blanco, las somatizaciones habituales.

- Malos compañeros...
- Hay una similitud entre los frenos emocionales del deportista y del que va a ligar. La ansiedad precompetición se parece bastante a la que te produce la persona que te interesa.

- ¿Qué es seducir?
- Generar interés en la persona que nos gusta y llegar a transformarlo en deseo.

- Es usted un nuevo Maquiavelo.
- Hay que trazar un plan de combate. La gente va a ligar de manera chapucera y así no se juega un buen partido de tenis.

- Tal vez hay un error en la idea de salir a ligar.
- Es más fácil ligar en el autobús y en la cola de la panadería que en una discoteca.

- Su receta...
- Un toque de audacia y de atrevimiento amable, no agobiar y ser buen observador.

- ¿Garantiza resultados?
- Yo ayudo a quitar el freno de mano. El coche ya está en marcha. Después vendrán la autoestima y las ganas de jugar.

> Iritzia: Vicente Molina Foix > CRISTIANOS, MOROS Y UN GRUPO DE JUDIOS CON GREÑAS

  • Tribuna: Cristianos, moros y un grupo de judíos con greñas
  • El País, 2006-10-15 # Vicente Molina Foix
Nadie ha pedido aún, que se sepa, la supresión de las fiestas de agosto en mi pueblo, que tienen como base muy singular la representación en el interior de la basílica de Santa María de la Festa d'Elx, más conocida como el Misterio de Elche. Este ya famoso drama sacro enteramente cantado, ópera anterior a todas las óperas, se desenvuelve entre melodías de sublime belleza y un aparato escénico que a menudo corta el aliento de los espectadores -no el de aquellos ilicitanos que bajan de la alta cúpula de la iglesia cantando por el aire durante muchos minutos-, y narra la muerte y asunción de la Virgen, al final de la obra coronada en mitad de su subida al cielo por el Padre Eterno.

Ahora bien, no vamos a ocultar aquí, en un momento en que las también alicantinas y valencianas fiestas de moros y cristianos están siendo escrutadas con tanto celo, que el Misteri contiene un episodio susceptible de incorrección religiosa respecto a otra de las grandes creencias que imperan en el mundo. Se trata del pasaje del segundo acto en el que, al disponerse los apóstoles a dar sepultura solemne al cuerpo de la Virgen María, irrumpe en el templo, en todo momento escenario del drama, un grupo de judíos encabezados por el Gran Rabino. Advertidos por el cántico de la ceremonia, y contrarios a lo que la motiva, avanzan dos de ellos por el llamado andador de la tramoya y se enfrentan, en una escena de acción trepidante, a san Pedro y san Juan, que esgrime como arma defensiva la palma dorada recibida de manos de la marededeu en su agonía. Siendo más numerosos, los hebreos consiguen desbordar a los apóstoles, llegando hasta el féretro de la Virgen, que pretenden llevarse con el fin de evitar que los cristianos proclamen después su resurrección. Un fulminante milagro paraliza las manos del cabecilla cuando está a punto de asir el cuerpo mariano, quedando de inmediato todos los judíos convertidos.

En mi infancia, y quizá todavía hoy, este episodio de lucha libre y conversión portentosa era el favorito de los niños, llevados numerosamente por las familias al templo sobre todo en la representación del 15 de agosto. Inesperada entre tanta liturgia y en lugar tan decoroso, es fácil de imaginar la pasión del público infantil por la tradicionalmente llamada joià (judiada), que deja traslucir, es evidente, un antiguo poso de maniqueísmo hasta hace no muchos años subrayado por el trazo caricaturesco de alguno de los judíos y en especial del más exaltado, aquél a quien María Virgen agarrota el brazo; durante décadas, el personaje lo interpretó un hombre entregado al Misteri y querido en la ciudad, el legendario Manolico el Obreret, y las greñas de pincho de su peluca constituían un motivo de especial atención y regocijo para los más pequeños de la parroquia. Los responsables del Misterio de Elche, dentro de un constante proceso de revisión de las partes musicales y escénicas de la obra, han cuidado también -sin que ninguna comunidad judaica lo reclamase- la caracterización teatral de los hebreos, que, aunque siguen representando el esquemático factor de discordia basada en una visión dogmática muy elemental, llevan ahora un vestuario elegante y digno, pelucas bien peinadas, y sufren, por así decirlo, una conversión menos farandulera.

También últimamente se producen cambios en las celebraciones de moros y cristianos tan extendidas por todo el Levante español. En el mismo Elche desfilan en agosto estas comparsas, junto a cartagineses, fenicios y pobladores más antiguos, pero los moros y cristianos de mayor espectacularidad que yo conozca en mi provincia son los de Alcoi, Xixona y La Vila-Joiosa; en esta última, como en El Campello, los invasores norteafricanos llegan en barcas, lo que permite vistosas escaramuzas en la playa. Como refrenda la historia de España, los musulmanes son al fin de la contienda derrotados, lo cual, siguiendo las mejores leyes de la narrativa antimaniquea, no significa que los perdedores sean antes degradados o ridiculizados en el relato festivo. Los amigos vileros y alcoyanos que me invitaron más de una vez a sus fiestas patronales tenían la mayoría como gran orgullo pertenecer a las comparsas sarracenas, que-también en esto haciendo justicia a una verdad iconográfica- se adornan con más vivos colores, llevan turbantes y joyas de mayor lucimiento, enarbolan espadas de curva más atractiva y, en suma, parecen pasárselo mejor que los esforzados defensores cristianos (si bien los grandes puros habanos los fuman todos por igual mientras desfilan, otro hábito que no sabemos si está en trance de ser corregido).

La noticia más reciente a ese respecto ha sido la de que los pueblos de Beneixama (Alicante) y Boicarent (Valencia) han decidido suprimir de sus fiestas la traca final de un muñeco musulmán, que en Bocairent, donde se le conocía como la mahoma, era arrojado desde las almenas del castillo cristiano mientras la cabeza mahometana seguía estallando por efecto de los petardos. La medida me parece, por dos motivos, acertadísima, por mucho que algunos la interpreten como una cobarde dejación ante las crecientes presiones del fundamentalismo islámico.

El primer motivo es ético. Aunque algunos se nieguen a aceptarlo y prefieran, en la inercia de sus privilegios e ideas recibidas, cualquier época pasada, el curso del tiempo ha ido eliminando -casi siempre después de la protesta y hasta del sacrificio de las víctimas- aberraciones mantenidas durante siglos en las sociedades más avanzadas. ¿O acaso se ha olvidado ya que los negros del sur de los Estados Unidos no podían sentarse en los autobuses de los blancos ni bañarse en sus piscinas hasta hace unos años; que las mujeres españolas empezaron a ser consideradas sujetos de razón política sólo en la tercera década del siglo XX, o que la humillación social y burla de los homosexuales era un deporte de muchas naciones, éste aún no del todo erradicado?

La revisión conceptual y legal de las costumbres y principios en nombre de los cuales se ha avasallado, escarnecido y desfigurado groseramente a negros, judíos, árabes u homosexuales (por no hablar de los animales maltratados hasta la muerte en romerías o festejos), es una de las ganancias mayores de nuestra moderna civilización, lo cual, sin embargo, no significa que esas nuevas normas y temperamentos aconsejen desterrar de los teatros El judío de Malta, de Marlowe, quemar los negativos de las fantasías orientalistas del Hollywood clásico ni borrar los cuadros de los grandes maestros antiguos en los que el retrato del otro revela un cierto desdén étnico. Situado en su contexto, ese desenfoque o falsedad habrá de verse como error de un pasado ignorante, y nunca como ofensa actual el hecho de que la pintura siga en un museo y el drama en un escenario.

Pero hay un segundo motivo puramente estético que muchas veces resulta el más ofensivo. Leyendo, por ejemplo, El mercader de Venecia se advierte, junto a ciertos clichés racistas vigentes en su época, el conmovido entendimiento humano que Shakespeare tiene del prestamista Shylock. Lo injuriosamente antisemita ha sido el modo grosero y distorsionado en que, casi hasta ayer mismo, se representaba al judío; Ortega y Gasset, después de asistir en 1910 a una función del drama dada en el Teatro Lara por la prestigiosa compañía italiana de Novelli, se queja de que incluso tan eximio actor convierta a Shylock en una "figura pintoresca", desprovisto del "dolor milenario" que le confería Shakespeare. El figurón como usurpador del carácter.

Confiemos en que Gran Bretaña nunca prohíba las hogueras y ritos infantiles (con juguetona quema de efigies) que cada 5 de noviembre recuerdan al conspirador católico Guy Fawkes, ejecutado a principios del siglo XVII en momentos de gran histeria anti-papista, ni el Misteri de Elche tenga que eliminar de la acción dramática a sus judíos desafectos. Pero van a venir más tiempos de resistencia difícil y peligrosa al terrorismo de la queja. A veces, ya lo estamos viendo, el posible blanco del ataque se anticipa medrosamente a amenazas no-formuladas. En otras ocasiones, la suspensión de lo hiriente, lo vejatorio y lo estereotipado es un mínimo precio voluntario para equilibrar las cuentas sociales. Unas cuentas que a menudo se remontan a un pasado culpable del que los herederos no tenemos porqué hacernos cómplices. Ese pasado que los nuestros construyeron con sus miradas sesgadas, sus siervos, colonos y mujeres interesadamente caricaturizados, su propia y violenta cruzada religiosa, su general prepotencia primermundista.

Y ahora llega el presente a sorprendernos en casa con la visita, no prevista en el guión, de unas antiguas víctimas que -fanática y vengativamente unos, con pacífica necesidad los otros- piden ser coprotagonistas de la obra sin llevar los postizos del fantoche.

> Berria: Ezkontza > LA LEGISLACION SOBRE EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL SIRVE DE ACICATE EN EUROPA

  • La nueva legislación española sirve de acicate para otros países europeos
  • Red Aragón, 2006-10-15
Robert Kastl, presidente de la asociación europea que prepara la gran cumbre gay Europride 2007, que se celebrará en junio del próximo año en Madrid, cree que la ley española ha tenido un efecto positivo en Europa. La normativa establecida ha sido un acicate para algunos estados. Holanda y Bélgica modificaron sus leyes para incorporar la adopción conjunta. El Reino Unido, por su parte, aprobó una ley de parejas que confiere la plena igualdad y Francia prevé modificar la suya.

El efecto ha sido nulo o incluso adverso en América, donde muchos países han blindado sus leyes para evitar la equiparación de los matrimonios con las uniones de parejas homosexuales. Honduras intentó impedir el "contagio" prohibiendo constitucionalmente los matrimonios gais. Panamá tomó medidas en igual sentido, mientras que Guatemala, Costa Rica y El Salvador aprobaron normas para restar validez a los matrimonios homosexuales celebrados en otros países.

> Berria: Ezkontza > BALANCE A LOS 15 MESES DE VIGENCIA DEL MATRIMONIO HOMOSEXUAL: DE LAS 6.000 BODAS CELEBRADAS MENOS DEL 30% SON DE LESBIANAS

  • 6.000 bodas gais en los 15 meses de vigencia de la ley
  • Menos del 30% de los nuevos matrimonios han sido de lesbianas
  • El Periódico Extremadura, 2006-10-15 # Antonio M. Yagüe

Unas 6.000 parejas del mismo sexo han contraído matrimonio en España desde el 3 de julio del 2005, en que entró en vigor la ley que permite estas uniones, según fuentes próximas al Ministerio de Justicia. En los registros informatizados (más de la mitad de los 432 existentes) se han celebrado 1.885 bodas entre personas del mismo sexo, cifra que, según estimaciones de Justicia, se triplicaría al incluir la actividad de todos los registros y de los más de 7.000 juzgados de paz.

Con todo, las bodas gais apenas alcanzaron el 0,6% de las 209.125 celebradas en el 2005. En España viven, según datos del Instituto Nacional de Estadística, unas 10.400 parejas del mismo sexo, que podrían contraer matrimonio, aunque, en opinión de las asociaciones de gais y lesbianas, esta cifra está muy por debajo de la realidad, ya que el censo solo computa a quienes expresamente quieren manifestar su orientación sexual.

Además de las bodas, en estos 15 meses ha habido nueve divorcios y se han tramitado 60 peticiones de adopción, la mayoría por parte de parejas de lesbianas que han tenido un bebé por inseminación artificial, según datos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais y Transexuales (FELGT). Este colectivo cree que, tras la adopción conjunta llevada a cabo en Cataluña por una pareja de gais, este tipo de adopciones crecerán en España.

Barcelona, segunda
Madrid (544), Barcelona (317), Valencia (164) y Alicante (93) son la cuatro ciudades con más enlaces. Entre las cuatro reúnen el 59% de los enlaces, aunque solo acogen a poco más de la mitad de la población.

Los datos demuestran que las grandes aglomeraciones son un refugio para gais y lesbianas. "Casarse supone salir totalmente del armario. En las grandes ciudades es más fácil pasar inadvertido", asegura Luis García, miembro de la coordinadora de gais y lesbianas de Madrid.

De las 1.885 bodas contabilizadas en los registros informatizados, 1.357 fueron de hombres y 528 de mujeres. La mitad de ellas son activistas que ya habían exteriorizado su orientación sexual con anterioridad. "El hecho de que menos del 30% de las uniones sean de mujeres no es porque tengan menos necesidad de casarse, sino porque les cuesta más salir del armario, sincerarse ante familiares, amigos, compañeros y la sociedad en general", aseguran en el colectivo Lambda de Valencia.

Contra la lesbofobia
La visibilidad de este colectivo sigue siendo la gran asignatura pendiente, según la asociación, que subraya la necesidad de diseñar estrategias contra la lesbofobia, ya que genéricamente se habla siempre de homofobia y se deja en segundo plano a la mujer.

Para Boti G.Rodrigo, portavoz de la FELGT, el balance de la ley es positivo, ya que ha proporcionado al colectivo un paraguas legal. "Lo importante es los homosexuales hemos sido equiparados en la igualdad", remarcó Rodrigo, quien agregó que el número creciente de estas uniones demuestra la normalidad con la que están siendo adoptadas en España. "No se ha roto la familia tradicional, ni ha sobrevenido ninguna catástrofe como vaticinaban algunos sectores conservadores", remachó.

> Erreportajea: Justizia > JOSE LUIS REQUERO, UN JUEZ ORGULLOSO DE SER CONSERVADOR

  • Reportaje: Un juez orgulloso de ser conservador
  • José Luis Requero, el magistrado que denunció a Baltasar Garzón, es el más polémico del Consejo del Poder Judicial
  • El País, 2006-10-15 # Lola Galán
En su despacho del Consejo General del Poder Judicial, en Madrid, hay una foto en la que el juez José Luis Requero aparece casi irreconocible, con la pinta de un extra de película americana de acción, posando en la cubierta del portaviones Roosevelt. Aunque nació en Madrid y no tiene barco, las cosas del mar le apasionan. Una afición heredada del abuelo materno, que fue marino de guerra en tiempos de la República. Y para Armada importante la de Estados Unidos, a cuya asociación civil -USANavy League- pertenece. A Requero se le ve posando también en el portaaviones español Príncipe de Asturias. Otra de sus pasiones es su Harley Davidson.

El juez recibe en mangas de camisa y se hace el sorprendido por el interés mediático hacia su persona. ¿Le parece insignificante su denuncia contra Baltasar Garzón por presunto trato vejatorio a tres peritos que relacionaron con ETA el 11-M? Requero protesta. En realidad no fue una denuncia. Se limitó a poner en conocimiento de la inspección del Consejo las acusaciones contra Garzón publicadas por el diario El Mundo, donde, por cierto, Requero colabora.

El vocal más polémico del actual CGPJ tiene aspecto de español corriente. Estatura media, con abundante pelo oscuro pese a los 47 años cumplidos hace un mes. Miembro del Opus Dei, lleva más de 23 años casado con una maestra que no ha llegado a ejercer, y tiene 10 hijos entre los 22 y los 10 años de edad. Una foto del equipo al completo decora su despacho.

Nacido en el madrileño barrio de Vallecas el 12 de septiembre de 1959, hijo de un empleado en una firma de electrodomésticos, José Luis Requero estudió el bachillerato en un colegio de los dominicos, de clase media, y Derecho (1976- 1981), en el selecto CEU. Ni en uno ni en otro centro recuerdan su nombre. "Nunca ha sido un líder. No le veo de torero, más bien de subalterno. Es un gran magistrado, pero una persona muy discreta", opina su compañero Antonio García, actual portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). Requero fue también portavoz y vicepresidente de la mayoritaria y conservadora APM, hasta 2001, cuando fue elegido vocal del Consejo en la cuota del PP. En aquellos años se hizo conocido por sus posiciones corporativas, y por algunas de las sentencias que firmó como magistrado de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional.

En la Audiencia coincidió con Garzón, con el que, según las malas lenguas, se lleva muy mal. Requero lo niega pero es obvio que le gusta poco el estilo de su colega. "Tiene actuaciones impropias de un juez", dice. Y lo curioso es que también a él le acusan los vocales progresistas de actuaciones impropias de un juez. Desde que llegó al Consejo, su nombre ha estado detrás de todos los informes polémicos, virulentamente contrarios a las principales leyes del Gobierno socialista. El primero de todos -a requerimiento del Ejecutivo- fue un tremendo varapalo a la ley contra la violencia de género. Luego llegaron sus informes contra la ley del matrimonio homosexual y contra el Estatuto de Cataluña, ninguno reclamado por el Gobierno. ¿Por qué los hizo? "Era mi deber. No debemos consentir que el Gobierno limite nuestras competencias. Las fija la ley".

El documento sobre las bodas gays acabó volviéndose contra Requero por una frase que desató las iras de los colectivos gays y contribuyó a forjar su fama de ultraconservador. "Llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo es un cambio radical, como lo sería llamar matrimonio a la unión de más de dos personas, [o a] la unión entre un hombre y un animal", decía la frase en cuestión. "Era una hipérbole, una exageración", se justifica el magistrado. Pero admite que se equivocó. Y nadie le advirtió del error a tiempo.

Normal que no le dijeran nada los vocales elegidos por el PSOE, con los que no mantiene especial relación. María Ángeles García, vecina de despacho, recurre a una frase bíblica para definirle. "Él está en el camino de la luz, la verdad y la vida" y los desviados somos todos los demás". Y Agustín Azparren, vocal elegido por consenso entre PSOE y PP, piensa en él cuando se lamenta en voz alta de que "el Consejo se haya significado por cuestiones de política general, pese a ser un órgano de política judicial". Aun así, nadie ve a Requero en especial sintonía con el PP. "Va por libre, aunque respeta la disciplina de voto", dicen.

"Tiene un punto de soberbia", opina otro compañero que exige anonimato. "Incluso se enfrenta al presidente. Sus informes y sus argumentos son jurídicamente muy válidos, pero ultraconservadores, sobre todo cuando entra en juego la religión. Se comporta como un iluminado". Hasta un amigo como Antonio García, portavoz de la APM, admite que, pese a ser "una persona entrañable", sus ideas "pueden parecer ultramontanas".

¿Ultramontano? Requero se queda sorprendido. "Precisamente yo soy una persona con muy pocas cosas claras en la vida, aunque es cierto que esas pocas las defiendo a capa y espada". Y entre esas pocas certezas está su convicción de ser un juez imparcial, a salvo de prejuicios ideológicos. ¿Cómo se explica entonces que sus informes y sus sentencias sean tan coherentes con sus convicciones de miembro del Opus Dei? Por ejemplo, la que echó por tierra la campaña de Asuntos Sociales para potenciar el uso del preservativo: "Pónselo. Póntelo".

Una campaña que a Requero le pareció "procaz". Aunque, dice, "el fallo condenatorio fue porque era una campaña engañosa. La OMS ha dicho que el preservativo no es seguro al cien por cien, que hay un elevado margen de error". Difícil de aceptar.