1998/02/19

> Berria: Argitalpenak > "UN MUNDO PERFECTO" DE RAMON DE ESPAÑA

  • Ramón de España parodia el país actual en "Un mundo perfecto"
  • El País, 1998-02-19 # Xavier Moret, Barcelona
En la nueva novela de Ramón de España, Un mundo perfecto (Edhasa), hay unos personajes que intentan llevar una vida armoniosa pero que por algún motivo no lo consiguen. Matías, por ejemplo, aeromozo de Iberia que reivindica billetes gratuitos para su pareja; un profesor universitario llamado Alberto; o Julia Centeno, joven abogada que busca desperadamente un caso que la lance a la fama y le permita entrar en nómina; o un izquierdista reciclado en periodista sin escrúpulos. Todo ello lo mezcla Ramón de España para crear una novela que retrata con acidez la España de ahora.

Constata Ramón de España, colaborador de EL PAÍS, que las cuatro novelas que ha publicado hasta ahora tienen algo en común: "Todas van de gente que está en el límite, a punto de zumbarse". Algunas entran a fondo en el tema; otras, como Un mundo perfecto, prefieren tomárselo en un tono de comedia, aunque en el fondo flota un panorama muy triste.

El origen de Un mundo perfecto hay que buscarlo en una noticia publicada en la prensa: la del aeromozo homosexual que reivindica billetes para su pareja. "A partir de ahí me puse a escribir", explica España. "Ambienté la novela en Madrid porque es una ciudad caótica, de gente que se mueve en los aledaños del poder real. Barcelona no me servía porque aquí sólo se huele el poder autonómico, que lo único que genera son debates sobre si conviene llevar la senyera a Montserrat".

La 'movida' zumbona
La gente insatisfecha que pulula por la novela de Ramón de España incluye un director de Iberia, Borja Velasco, y un periodista, Lucas Vallés, que proviene de los ambientes izquierdistas y se zumbó con la llegada de la movida. "Es el típico personaje de la lucha antifranquista", señala España. "Follaban poco y vivían mucha clandestinidad y mucha política, y cuando llegó la libertad se zumbaron con lo del sexo libre, las drogas y el rock and roll. En el fondo, todos parten de lo mismo: intentan ser felices y no lo consiguen". Para subrayar el ácido retrato de la España actual, aparece un presidente sin nombre, que juega al pádel y lleva bigote, y una presentadora cursi de televisión llamada Nieves que se peina como Doris Day.


"Son guiños que procuro controlar", dice el autor. "Pero de lo que no hay duda es que ésta es una novela de la España de ahora, porque a veces a uno le entran ganas de ejercer de notario, aunque sin ejercer de deus ex machina".

"Es aparentemente una comedia", resume Ramón de España, "pero con un fondo bastante negro. He procurado no reírme de nadie, pero es que creo que las personas en situaciones límite dan siempre mucho juego. Y lo cierto es que hay muchos más en el límite de lo que creemos".