2006/12/30

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  • 2006: balance de un año con logros y asignaturas pendientes
  • AG Magazine, 2006-12-30 # Editorial


Sin dudas el 2006 fue un año en que se consiguieron muchos logros a nivel global en materia de derechos LGBT. Pero no todas fueron buenas noticias. Aún el reclamo por los derechos de gays, lesbianas, travestis y transexuales es desoído por gobiernos, sociedades y credos.


Recientemente hemos leído que «la bandera del arco iris extiende el "sí, quiero" por el mundo», o al menos por algunos rincones y que «los homosexuales pueden casarse ya desde este año en países de tres continentes -Europa, América y Africa-, después de que Sudáfrica se sumara al club de los países más avanzados del mundo en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo, una causa que también logró victorias parciales en República Checa o México».


Pero no todo es color de rosa: así en algunos países de Latinoamérica, como Colombia, la homofobia y la transfobia siguen sumando día a día intolerancia y autoritarismo con las personas LGBT. Así nos lo contaba Manuel Velandia: «En Cali, la llamada "sucursal del cielo", la transfobia está haciendo sus estragos… manos asesinas han segado la vida de dos travestis trabajadoras sexuales y herido a una más». En Argentina, se vieron apagadas las vidas de "Pelusa" Liendro en Salta, de Susana Castro en Mendoza y se contabilizaron muchas agresiones a travestis por el solo hecho de serlo. Esto ocurría durante el mismo año en que en muchas provincias se derogaban las leyes que prohibían el "travestismo en público".


En un año en el que el arco iris salió incluso en el Oeste, gracias a Ang Lee y su oscarizada Brokeback Mountain, la lucha de los homosexuales por acabar con el ostracismo y la persecución se apuntó un tanto histórico, en noviembre pasado, al extender al continente africano un derecho, el del matrimonio, que parecía limitado a las sociedades europeas más tolerantes. «Nunca más en Sudáfrica debe haber discriminación en cuanto al color, la religión, la cultura y el sexo», dijo la ministra del Interior, Nosiviwe Mapisa, en la sesión parlamentaria del 14 de noviembre en la que se aprobó la reforma legal.


Sudáfrica, un país azotado por el sida y que dio un ejemplo al mundo en los años 90 al enterrar el apartheid, se sumó así a España, Bélgica, Canadá, Holanda y el estado de Massachusetts, los únicos lugares en el planeta donde dos personas del mismo sexo, hombres o mujeres, pueden decirse «sí, quiero» delante de un juez.


En República Checa, Eslovenia, Ciudad de México y más recientemente en el estado de Nueva Jersey, también se aprobaron este año reformas legislativas que regulan por primera vez las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Pero la contratpartida azteca la dieron diputados chihuahuenses que aprobaron reformar el Código Civil Estatal para reconocer las nuevas formas de familia, pero excluyendo a las conformadas por parejas homosexuales.


Según el último informe de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA), con sede en Bruselas, las uniones civiles son ya una realidad en dieciséis países y algunos territorios.


Pero el panorama no es alentador en otras regiones del mundo y la causa homosexual sufrió en 2006 serios reveses en EE.UU. y por parte de la Iglesia Católica.


El Vaticano, que en 2005 cerró las puertas al sacerdocio a aquellos que practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la cultura gay, sigue defendiendo la "familia tradicional" y rechazando con énfasis las nuevas formas de convivencia. En un informe aprobado en junio pasado, el Consejo Pontificio de la Familia criticó que las parejas formadas por homosexuales, a las que calificó de «insólitas», reclamen los mismos derechos reservados al marido y a la mujer. Tal reclamo tomó la escena navideña en el Parlamento italiano, cuando diputados socialistas colocaron muñecos en representación de parejas lesbianas y gays que, con minipancartas, exigían la aprobación de la ley de union civil.


En Estados Unidos el debate sobre la homosexualidad, que inunda los tribunales y arroja dispares resultados según cada estado, se llevó este año a las urnas, con desigual resultado, pues sólo Arizona abrió la mano a los matrimonios gays, una iniciativa que fracasó en otros siete estados. Mientras los jueces de Nueva York, California y Georgia mantuvieron la prohibición de las bodas entre homosexuales, el Tribunal Supremo de Nueva Jersey abrió la puerta a este tipo de uniones y el Senado, en una decisión histórica, rechazó en junio una enmienda constitucional, apoyada por el presidente George W. Bush, que hubiera prohibido el matrimonio entre homosexuales en EE.UU.


También, sobre fines de este año, conocimos la triste noticia de que tan solo en EE.UU. casi 700.000 jóvenes gays, lesbianas, bisexuales o trans, viven en las calles y sin techo, como consecuencia de la marginación y discriminación originada en sus propias familias. Exclusión de la que tambien son parte preadolescentes de tan solo 12 años que muestran alguna tendencia homosexual.


El planisferio de la homofobia, según ILGA, abarca desde los países que no reconocen las relaciones homosexuales hasta aquellos que las penalizan e, incluso, las castigan con la muerte. Según el citado informe, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán, Emiratos Arabes Unidos, Yemen y algunas zonas de Nigeria y Somalia, así como la república rusa de Chechenia, condenan con la pena capital las relaciones consentidas entre dos adultos homosexuales. Sin llegar a tanto, otras naciones como Marruecos, Argelia, Túnez, Guyana, Jamaica, Belice o Trinidad y Tobago prohíben las relaciones homosexuales, según ILGA. Además, países como Egipto, Costa Rica o Nicaragua mantienen legislaciones contra el escándalo público que en la práctica afectan a gays y lesbianas, según ILGA, o limitan la edad de inicio en las relaciones homosexuales, en comparación con las relaciones heterosexuales, como es el caso de Chile o Portugal.


La homofobia hace extraños compañeros de cama y, así, judíos, cristianos y musulmanes empuñaron el hacha de guerra contra el festival gay celebrado en Jerusalén el 10 de noviembre, que las tres grandes religiones monoteístas consideraron un agravio a la Ciudad Santa. Unos meses antes, Irán, Cuba y Estados Unidos, tan lejanos en lo político y lo nuclear, se unieron para evitar que dos organizaciones de homosexuales adquirieran la categoría de observadoras en la ONU.


Apoyad
os también por sudaneses y zimbabuos, cubanos, iraníes y estadounidenses se entendieron fácilmente e impidieron, en enero pasado, que ILGA y la Asociación Danesa de Gays y Lesbianas se sumaran a las tres mil organizaciones no gubernamentales que poseen el estatus de observadoras en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC).


Pero contra todo autoritarismo, el pasado 11 de diciembre, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) concedió estatus consultivo a ILGA-Europa, y a las asociaciones nacionales de lesbianas y gays de Dinamarca y de Alemania, LBL y LSVD.


En Latinoamérica el activismo LGBT trabajó y cosecha año tras año importantes logros. En Chile el Movilh y GLTB Temuco, llevaron a cabo una valiente movilización en el sur del país en donde la visivilización de lesbianas, gays y trans es muy cuestionada. La organización liderada por Rolando Jiménez además impulsó debates acerca del Pacto de Unión Civil y tuvo una marcada labor ante el gobierno para la pronta aceptación de la normativa.


Durante el año que termina, y más precisamente en el mismo mes del orgullo, se creó en Argentina la Federación de lesbianas, gays, bisexuales y trans conformada por ATTTA, Nexo, Fundación Buenos Aires Sida, Vox Rosario/Santa Fe y La Fulana. Y en un inédito pero esperado fallo de la Corte Suprema, se le reconoció a ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transexual) su personería jurídica, después de que consideraran que su objetivo social no es contrario al bien común. En tanto, Vox fue distinguida por el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) con el premio "Buenas Prácticas en la lucha contra la Discriminación 2006" en la categoría de organizaciones LGBT por su notable trabajo en esta área. Y Rosario, la sede de esta asociación inauguró en agosto el Paseo de la Diversidad" convirtiéndose en la primera de Argentina en otorgar un espacio público al reconocimiento de los derechos de las minorías sexuales. Más recientemente, lanzó al cierre de este año, una encuesta en internet con la que intenta poner en la mesa de discusiones, de cara a las próximas elecciones ejecutivas en la provincia de Santa Fe, el tratamiento y posterior promulgación de una ley de uniones civiles para personas del mismo sexo en jurisdicción provincial.


Más recientemente, la 15ta. Marcha del orgullo LGBT de Buenos Aires fue uno de los hitos más trascendentes y un éxito de concurrencia, superándose cada año y estimando esta vez más de 15.000 personas.


Y todos estos temas, con sus facetas festivas y coloridas o sus matices más tristes y oscuros, se vieron reflejados en un nuevo medio que creamos para poner al servicio de la comunicación y la difusión de nuestros intereses, de nuestros objetivos como colectivo, de nuestros derechos, y de quienes no tienen voz, acallados por el autoritarismo y la violencia. El 2006 fue el año en que AG Magazine salió a la luz en internet, para convertirse en el medio LGBT de mayor crecimiento. Y eso, no hubiera sido posible sin el apoyo de los lectores, quienes día a día nos elijen para informarse, entretenerse y expresarse. De cara a un nuevo año y comprometidos con la difusión objetiva de la información y tras la incesante búsqueda de la verdad, seguiremos haciendo junto a ustedes, que "el sol salga para todos".

> Iritzia: Marta Lamas > Las uniones homosexuales en América Latina

  • Las uniones homosexuales en América Latina
  • El País, 2006-12-30 # Marta Lamas · Antropóloga mexicana y directora de la revista Debate Feminista

El pasado noviembre, la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México votó, con la mayoría del PRD, las sociedades de convivencia. Inspirada en la figura del Pacto Civil de Solidaridad francés, la “convivencia” se constituye cuando dos o más personas físicas, con capacidad jurídica plena, deciden vivir en un hogar común, con voluntad de permanencia y ayuda mutua, y se otorgan derechos, como los de sucesión y tutela. Con condiciones políticas muy favorables para ser aprobada -pues se presentaba a una fracción parlamentaria de izquierda que tenía mayoría, con un importante apoyo de intelectuales, artistas, académicos y juristas, y una opinión pública favorable ya que una variedad de agrupamientos podían beneficiarse-, dicha iniciativa se congeló antes de las campañas electorales para que el PRD no cargara con los costos políticos de aprobar una ley tan polémica y evitar que, al dañar su relación con el arzobispado, se afectara la carrera hacia la presidencia de López Obrador. Ya pasadas las elecciones, el PRD aprobó la ley de “sociedades de convivencia” y México pasó a ser el tercer país latinoamericano donde se acepta, en un Estado o ciudad, la unión civil de personas del mismo sexo.


El primero fue Argentina. En diciembre de 2002, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires legalizó la unión civil de parejas homosexuales. Los parlamentarios que defendieron el proyecto argumentaron la ampliación de beneficios sociales, la creación de nuevos vínculos no sacramentales, la necesidad de la neutralidad estatal respecto a los ideales de buena vida y la importancia de la igualdad ciudadana.


Muchos beneficios de las parejas inscritas en el registro se limitan a quienes trabajan en el gobierno local: maestros, personal de salud y empleados de las distintas dependencias municipales. Entre otras cuestiones pueden pedir días de licencia para cuidar a su pareja enferma, o de duelo, si fallece, y pueden aprovechar planes de la Comisión Municipal de la Vivienda. Para la población en general constituye un aval para acceder a visitas si la pareja está en terapia intensiva o en una cárcel. No está previsto por la ley que la seguridad social de uno de los integrantes de la pareja deba brindar cobertura al otro, salvo en el caso de la de los empleados del gobierno porteño. Sin embargo, en Argentina hay varios seguros que reconocen la cobertura a parejas del mismo sexo.

Poco después, en 2004, el Estado brasileño de Río Grande do Sul permitía el reconocimiento de las parejas del mismo sexo. El caso de Brasil es interesante, pues desde 1995 la diputada Marta Suplicy, del PT, introdujo el proyecto de ley 1151, que nunca se ha votado. No obstante, se han producido cambios. En São Paulo, en 2005, el Gobierno dictaminó que las parejas homosexuales pueden adoptar mientras que en Río de Janeiro el Gobierno ya otorga a las parejas del mismo sexo los beneficios que el Estado da a sus empleados casados. En 2006, el Supremo Tribunal de Justicia declaró que las relaciones de personas del mismo sexo constituyen de facto una pareja, por lo cual las personas homosexuales que prueben que tienen una relación estable serán tratadas igual que un matrimonio por la Seguridad Social Nacional.


Además de esos tres países, se han presentado iniciativas de ley y recursos legales en Chile, Uruguay, Colombia y Costa Rica. En Chile, en 2003, diez parlamentarios presentaron el Proyecto de Ley de Fomento de la no Discriminación y Contrato de Unión Civil entre Personas del mismo Sexo, que sigue congelado hasta la fecha. El Gobierno de Bachelet reconoce que aunque no es una prioridad en el corto plazo, sí es parte de los compromisos explicitados.

En septiembre de este año, el Senado de Uruguay aprobó y envió a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que regula las uniones de concubinato que lleven cinco años de convivencia, sean de personas heterosexuales u homosexuales. Todavía los diputados no la discuten y se prevé que lo hagan a mediados del 2007. En Colombia, mientras el Senado discute la propuesta de ley número 43 titulada “Reconocimiento de las parejas del mismo sexo, sus efectos patrimoniales y otros derechos”, el movimiento Por una Colombia Incluyente amplía su base de apoyo entre la ciudadanía, los intelectuales y los políticos. Por otra parte, en Costa Rica, a finales de julio de este año, se presentó un recurso de inconstitucionalidad de las normas legales que prohíben el matrimonio entre personas homosexuales, pero los magistrados todavía no dan su resolución.


Aprovechando que en el Reino Unido existe el matrimonio homosexual, a principios de diciembre un peruano se casó con un británico, en una ceremonia que se celebró en la Embajada del Reino Unido en Lima, Perú. Seguramente este tipo de acciones irán abriendo brecha y “normalizando” esta figura hasta que resulte plausible social y legalmente.

América Latina es una región en ebullición. Pese al catolicismo de la mayoría de su población, hay sustantivas transformaciones en el imaginario social. Tanto los procesos internos de democratización como la apertura de sus fronteras económicas han promovido una noción de justicia que iguala derechos entre personas, independientemente de su orientación sexual. La internacionalización de ideas y prácticas igualitarias libera de restricciones mentales y, paulatinamente, legales, y así el anhelo amoroso de millones de personas encuentra eco en una aspiración democrática básica: el respeto a la diversidad, sexual y de cualquier otro tipo.