- Aquilino Polaino · Catedrático de Psicopatología
- «La estructura psicológica de los homosexuales puede ser psicopatológica»
- Epoca, 2005-06-22 # Alfonso Basallo
Tiene un largo historial como psiquiatra, es autor de una abundante bibliografía en la materia y lleva casi 40 años tratando a personas con conducta homosexual. Bajó a la arena hace décadas y conoce a fondo el sufrimiento, la angustia y las preocupaciones de muchas de esas personas. Es decir, sabe de lo que habla.
Pregunta: Para los políticos, como los que estos días le han mencionado, el tema de la homosexualidad es novedoso, pero no para usted...Respuesta: Llevo casi 40 años tratando a personas con conducta homosexual. He tratado, en concreto, a cerca de 200 personas.
P: Dígame, ¿el homosexual nace o se hace?
R: La homosexualidad no se da en el vacío, sino en un determinado contexto sociocultural siempre en transición, del que en buena parte depende la imagen que de ella se tiene. Y esta imagen tiene una gran importancia, por cuanto contribuye a modelar y/o configurar lo que de la homosexualidad se piensa, suscitando un nuevo modelo en función de los rasgos más o menos valiosos con los que se la adorne.
P: ¿Existen más homosexuales ahora que hace 50 o 60 años?
R: Es una opinión común que el comportamiento homosexual va en aumento. En la mayoría de las publicaciones se ofrece una prevalencia de la homosexualidad de alrededor del 10%. No deja de ser curiosa la coincidencia del dato estadístico respecto de cualquier país, y también el hecho de que en la mayoría de esas publicaciones nada se dice de cómo se ha elegido la muestra, del número de personas encuestadas, de los criterios que se han seguido para establecer si una persona es o no homosexual, etc.
P: ¿Influyen ahora factores ambientales o culturales, que no se daban antes, para que aumente el número de homosexuales?
R: En este punto, puede afirmarse que se ha operado un gran cambio en el actual contexto sociocultural. Si, tiempo atrás, la homosexualidad estaba penalizada, en la década de los sesenta se despenalizó, lo que sin duda alguna constituyó un auténtico progreso, por cuanto con ello se ponía fin a la injusta marginación sufrida por los que se alineaban en esa situación.Desde entonces a esta parte, la tolerancia social respecto de la homosexualidad no ha hecho sino crecer. Llegamos así al siglo XXI, en que asistimos, paradójicamente, a un intento de equiparación, igualación y posterior confusión entre homosexuales y heterosexuales.
P: ¿Es cierto que los lobbies gays desencadenaron una campaña de presión contra la Asociación Psiquiátrica Americana para que suprimieran la homosexualidad del registro de trastornos mentales (DSM)?
R: La homosexualidad fue considerada un trastorno psicopatológico hasta la mitad de la década de los setenta, en que la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) la incluyó en el grupo de las “alteraciones de la orientación sexual”. Sin embargo, a partir de la penúltima clasificación oficial de la APA acerca de las alteraciones psiquiátricas (DSM-IV, 1991), la homosexualidad fue reducida, como un trastorno qua talis, a sólo un cuadro clínico -la homosexualidad egodistónica-, por otra parte, un tanto ambiguo y muy impreciso en su significado. Con ello se limitaba la atención psiquiátrica a sólo aquellas personas caracterizadas porque su conducta homosexual les estuviera causando un profundo malestar y/o sufrimiento, o bien desearan adquirir o potenciar su orientación heterosexual. Tal modo de proceder no ha logrado esclarecer este problema, sino más bien aumentar la confusión que sobre él había.
P: ¿Por qué?
R: Porque en realidad, se confunde con harta frecuencia comportamiento homosexual y homosexualidad, a pesar de que estos dos términos designen cosas muy diferentes.
P: ¿Qué cosas?
R: Con el primero (comportamiento homosexual) se designa un tipo de comportamiento (el contacto sexual entre dos personas del mismo sexo), que puede ser esporádico, circunstancial o excepcional al inicio del desarrollo psicoevolutivo, y que casi siempre acontece como consecuencia de la ignorancia o ausencia de información y de formación. Con el segundo (homosexualidad), en cambio, se designa -con independencia o no de que la conducta encaminada a la obtención del orgasmo con un compañero del mismo sexo sea recurrente, persistente y/o preferencial- el hecho de que una persona, desde la perspectiva placentera, emocional y cognitiva, experimente cierta repugnancia por la conducta heterosexual y una mayor atracción por las personas del mismo sexo.
P: Debe de sentirse usted como Galileo, acosado por quienes se niegan a admitir la evidencia científica...
R: Allí donde no hay ciencia, hay política, y la ignorancia científica es sustituida por la hermenéutica ideológica.
P: De hecho, el debate sobre la homosexualidad está ahora hiperpolitizado...
R: La homosexualidad se ha transformado hoy en una cuestión ideológica y politizada, justamente por el estado de ignorancia científica en que nos encontramos acerca de ella. De aquí el flaco servicio de tantos profesionales, con su ausencia de actitudes exploratorias y su arrojarse en conductas confirmatorias a favor del ensamblaje socialmente vigente, por otra parte, carente de fundamento. Desde la perspectiva de la ética, tales comportamientos en modo alguno son aceptables.
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