> Berria: Indarkeria > PAREJA GAY ASESINADA EN VIGO: "FUE UN DOBLE CRIMEN TERRIBLE"

• "Esto es atroz; fue un doble crimen terrible"
• Marta Pérez Triviño revivió ayer en el piso de la calle Oporto la tragedia de su hijo Isaac y su amigo Julius Anderson, maniatados, degollados y quemados en julio.
• El Faro de Vigo, 2006-12-12 # U. Foces, Vigo

Esto es atroz, fue un doble crimen terrible", afirma angustiada Marta Pérez Triviño, madre de Isaac "Al Daní", un joven de 26 años asesinado junto a su compañero de piso Julius Anderson Luciano, un brasileño de 32 años, el pasado 13 de julio. La juez ha levantado el embargo judicial del piso y le ha autorizado a retirar sus cosas, por lo que ha tenido que entrar en la vivienda precintada hasta ahora.

El doble crimen, atribuido al joven morracense Jacob Piñeiro Rial (en prisión provisional desde entonces), causó conmoción en Vigo y en el colectivo gay dada su crueldad. Ambos jóvenes estaban maniatados, sufrieron numerosos cortes de arma blanca antes de ser degollados y sus cadáveres fueron quemados en un intento de borrar huellas.

Marta Pérez Triviño, acompañada por dos amigos de sus hijos (considera a Julius como tal pues iba a casarse con Isaac para solucionar los problemas de residencia ya que aunque ambos eran gays se consideraban hermanos), regresó ayer al lugar de la tragedia para recoger lo que queda de sus pertenencias y de las de su hijo tras el fuego que arrasó el piso.

Un incendio que pudo hacer volar el edificio de siete plantas, ya que el homicida dejó abierto el gas butano de la cocina tras prender fuego a los cuerpos con un acelerante. La rápida intervención de los bomberos, avisados por un vecino a primera hora de la mañana de que salía humo del 7ºB, y el hecho de que el criminal dejara cerradas las ventanas y las persianas, evitó la propagación de las llamas al resto de los pisos, aunque el de las víctimas quedó prácticamente calcinado.

Durante cinco meses la vivienda ha estado precintada judicialmente para preservar las pruebas contra el único imputado, pero al fin Marta Pérez Triviño ha podido acceder a la que también era su vivienda. En el armario de la habitación de Isaac encuentra una carpeta con documentos. "Están todos los recibos de haber pagado puntualmente el alquiler hasta el día del crimen", explica.

Marta sale a la terraza en busca de aire. Esa terraza desde la que se ve el mar y que decidió a Isaac a alquilar el piso pensando en ella: "me había atropellado un coche y tuve que estar en reposo". Al pasar por el salón suspira. Allí maniatado, hallaron los bomberos el cuerpo calcinado de Julius. "Isaac y Julius son mis Ángeles de la Guarda. Los tengo a mi lado, fíjate que el tema de los recibos es importantísimo para mí", afirma.

La madre de Isaac Pérez Triviño tiene las manos negras por el hollín y la casa huele a amoniaco y lejía: "Ha venido antes una amiga porque no quería que viera las manchas que dejó el asesino al arrastrar los cadáveres".

No obstante las huellas del crimen todavía están visibles. Al salir de la casa, en el interruptor del hall de entrada hay una mancha de sangre, posiblemente del asesino que tras varias horas de macabra tortura a los dos amigos apagó la luz al salir. Esperaba que el fuego borrara todas sus huellas, pero no fue así y, además, alguien le vio salir con la maleta en que metió pertenencias de los jóvenes tal vez para simular un robo.

Marta Pérez Triviño guarda otra vez sus lágrimas, pero da una patada con rabia a un aspirador. "Sólo pido que se haga justicia. Ha sido un crimen atroz y pudieron morir muchos vecinos si llega a explotar el edificio".