2002/05/01

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  • Imanol Álvarez:"Algunos grupos gays parecen clubes de tiempo libre"
  • HIKA, 133 zbk., 2002-05 # M.M.

EHGAM está celebrando este año su 25º aniversario. 25 años trabajando en defensa de los derechos de gays, lesbianas y transexuales. ¿En qué contexto surge la organización? ¿Cuándo, con qué dificultades, con qué apoyos...?
IMANOL ÁLVAREZ. La idea de intentar crear algún tipo de asociación que estudiara la cuestión homosexual, como se decía entonces, se le ocurrió a Antonio Kintana, hoy profesor de la UPV, que había conocido el surgimiento del Gay Liberation Front en Gran Bretaña y quería importar la experiencia a nuestro país. Esto me lo comunicó el primero de noviembre de 1976; lo recuerdo bien porque fue en el transcurso de la feria de Durango. Yo le dije que me parecía imposible, ya que la sociedad vasca era muy cerrada y machista, pero que por intentarlo... Y así se formó EHGAM, cuya presentación pública la hicimos en enero-febrero del 77.


Dificultades, todas, porque éramos gente sin experiencia política ni asociativa. Además, teníamos el poder establecido absolutamente en contra. Podemos simplemente recordar cómo fuimos apaleados en las primeras manifestaciones, cómo nuestras y nuestros compañeros de Gipuzkoa eran perseguidos y agredidos por elementos parapoliciales, cómo tardamos años en ser legalizados (no lo conseguimos hasta el 83)... Afortunadamente, sin embargo, la sociedad estaba en un momento de efervescencia social y política, con ganas de cambiar las cosas, y eso nos facilitó el trabajo. La sociedad estaba muy receptiva a todo lo que fueran mensajes de liberación, de lucha por las libertades, por lo menos en un plano de solidaridad, aunque el nivel de teorización y de asunción interna fuera mínimo.


¿Tanto han cambiado las cosas en estos 25 años que hasta la derecha más derecha aparece como abanderada de políticas antidiscriminatorias?

I.A. Hombre, sí. Las cosas han cambiado mucho y ahora estaría mal visto aparecer como furibundo enemigo de las libertades, incluidas las de libre opción sexual. Lo que sucede es que, en el caso del PP, si exceptuamos algunas individualidades, que las hay, es puro maquillaje. Es todo una falacia para ir tirando y es preciso denunciarlo y desenmascararles. En la práctica siguen obstaculizando cualquier intento de avance, como ha sucedido recientemente en Nafarroa al impugnar la Ley de Parejas que aprobó el Parlamento o, más recientemente, en la ONU al ser el único gobierno europeo que votó en contra de considerar a la ILGA (Internacional Gay y Lesbiana) como entidad consultiva.


En cuanto al PNV, parece ser que sí se está produciendo un lento pero afortunado progreso en este tipo de cuestiones. A un primer periodo de rechazo total y de cuasi desdén hacia nuestras reivindicaciones, le sucedió otro de política errática, ahora voto que sí, ahora que no, según los intereses del momento o de la persona a la que le tocaba decidir. En los últimos tiempos, sin embargo, estamos asistiendo a declaraciones e, incluso, a algunos hechos esperanzadores. Por ejemplo, el pasado día 7 de mayo hubo una reunión de altas esferas entre el PNV y representantes de EHGAM y Gaytasuna; en ella Joseba Egibar y Emilio Olabarria asumieron en nombre del partido el compromiso de apoyar el proyecto de Ley de Parejas de la consejería de Madrazo en los términos planteados, incluida la adopción, así como de tomar en consideración cuantas propuestas les pudieran llegar desde el movimiento gay. La mera celebración de la reunión hubiese sido impensable tan sólo hace unos pocos años.


¿En estos 25 años, cuáles serían, grosso modo, los logros conseguidos?

I.A. Yo creo que el logro principal es, evidentemente, el gran cambio experimentado en la sociedad en lo referente al nivel de relativa normalización del hecho homosexual. Aunque estamos aún muy lejos de conseguir una sociedad mínimamente igualitaria donde pudiera vivirse la sexualidad de una manera verdaderamente libre, es innegable que el paso de una sociedad intolerante a ultranza a una mayoritariamente tolerante –incluso con despuntes que se acercan al respeto y a la asunción– es un avance enorme. No obstante, este cambio es difícilmente perceptible en el día a día, lo que en ocasiones puede desanimar; sólo el paso del tiempo te da esa perspectiva.


En lo referente a las leyes, por el contrario, sí que los logros pueden ser percibidos con facilidad; pueden incluso enumerarse y datarse. Por ejemplo, en 1979 conseguimos que la homosexualidad fuera excluida de la Ley de Peligrosidad Social; en el 85, del Código de Justicia Militar; luego vino la Ley de Arrendamientos Urbanos; luego la reforma del Código Penal, que tipifica la homofobia como delito... hasta llegar a la tan cacareada Ley de Parejas.


¿Qué opinión os merecen las leyes de parejas?

I.A. Nosotros redactamos y propusimos a todos los partidos, junto con otros grupos del estado, un proyecto de ley antidiscriminatoria hace casi quince años. Era una ley global que de un plumazo hubiese acabado con todas las discriminaciones explícitas o implícitas que pudiera haber en cualquiera de las leyes existentes entonces, incluido el Código Civil. Pero no nos hicieron caso; nos dijeron que había que ir poco a poco, que, una vez más, nos adelantábamos en el tiempo. Las leyes de parejas son consecuencia de esa política de cambios escalonados.


A nosotros/as, todo lo que sea un avance nos parece bien, y las leyes de pareja lo son; pero no son ninguna panacea. Por un lado, seguiremos sin poder casarnos, que no deja de ser una discriminación, aunque tampoco consideremos, claro está, el matrimonio como panacea de nada. Se trata simplemente de una cuestión de igualdad. Por otro lado, parece que esa sea la única reivindicación del movimiento gay en la actualidad, cuando sigue habiendo graves problemas de verdadera homofobia en muchos otros campos.


¿Por qué has dicho que una vez más os adelantábais en el tiempo?

I.A. Porque, al parecer, EHGAM ha sido pionero en muchos campos sin ni siquiera saberlo o pretenderlo. Por ejemplo, la página web de EHGAM, que en los últimos tiempos, por cierto, no ha andado muy bien, fue la primera web gay del mundo, no sólo en euskara, sino también en castellano; recibió un premio a la mejor página y todo. También tuvimos grupos de autoapoyo cuando ni se conocía el término; las primeras comisiones ciudadanas antisida surgieron de EHGAM; tuvimos durante un montón de años, por los ochenta, programas de radio monolingües en euskara...


¿De qué manera ha intervenido la llamada comunidad homo-lesbi-transex en la defensa de su opción sexual?

I.A. Hay de todo, como en casi todos los ámbitos. Hay gente que claramente, militando o no en una organización, ha asumido un compromiso personal y ha luchado y lucha por sus derechos. Pero no se puede decir que sea la mayoría; más bien todo lo contrario.


¿Por qué esa aparente indiferencia?

I.A. Según los casos. En ocasiones puede ser porque, sobre todo los y las jóvenes, piensan que como no nos queman en la hoguera y no nos meten en la cárcel, o como ya tenemos no sé cuantos bares y dos saunas donde podemos no reprimir nuestra afectividad, pues que ya está todo conseguido, que ya no hay razón para reivindicar nada. Están, sin duda, muy equivocados. Como últimamente me ha dado por decir, a lo mejor se creen que han salido de no sé que armario, pero lo único que han hecho es meterse en otro armario más grande, cual es el gueto. Ampliar el armario, liberar cada vez más espacios, es avanzar, sin duda; pero no hemos de perder el norte: no podemos confundir tener un cierto espacio, con poder vivir sin ocultaciones tranquilamente en la sociedad.


En otros casos, la mayoría, por miedo o por ignorancia; o porque simplemente no les gusta cómo trabajamos los grupos existentes.


¿Cuáles son las estrategias que definen a EHGAM? ¿En qué se diferencia de otros grupos gays?

I.A. Creo que lo fundamental es que nos seguimos definiendo como revolucionarios, aunque esa palabra esté ahora un poco en desuso, porque nuestro objetivo teórico y casi quimérico es, como he dicho antes, conseguir una sociedad igualitaria, justa y liberadora, donde la sexualidad pudiera vivirse también en libertad.


Y la mayoría de las organizaciones gays abandonaron hace tiempo esos planteamientos, si es que los tuvieron, y se han convertido en simples clubes de tiempo libre y, en el mejor de los casos, reclaman un huequecito para nosotros/as en esta sociedad, sin plantearse en absoluto su transformación. Ahí tenemos, por ejemplo, las manis gays que últimamente se ven por el mundo; más que manifestaciones parecen desfiles de carnaval. Está bien la jaia, pero sin olvidar la borroka.


Otras diferencias mencionables, que no son sino lógicas consecuencias de lo anterior, pueden ser nuestro permanente cuestionamiento de la identidad gay, o nuestra política de tratar de colaborar con otros movimientos sociales.


Cuando se le acusa de estar escorado hacia una corriente política, ¿qué responde EHGAM? ¿Quién puede trabajar en EHGAM?

I.A. En EHGAM puede trabajar toda persona, hombre o mujer, que quiera aportar algo a la lucha por los ideales que propugnamos. A nadie le preguntamos a quien vota ni si vota ni, siquiera, con quien se acuesta.


Esta claro que tenemos una ideología de izquierda y que, sin ser todos/as necesariamente abertzales (que ni lo hemos sido ni lo somos), hay en el grupo una cierta sensibilidad de, por lo menos, respeto a la cuestión nacional, a la cultura vasca, etc. El mismo nombre lo sugiere: Euskal Herriko..., no Bilboko, o Bizkaiko o de España. Pero de ahí a deducir que tenemos algún nexo directo y especial con alguna sigla política hay un trecho demasiado amplio que, sin embargo, interesadamente y alegremente se lo saltan tanto periodistas como políticos e, incluso, militantes de otros grupos gays.


La etiqueta de ser de, según las épocas, del EMK, de EE o de HB –han llegado a escribir que somos de ETA–, es un karma con el que hemos aprendido a vivir, pero que, a veces, pesa mucho. Si bien es verdad que, en ocasiones, nos ha podido abrir algunas puertas, es fácilmente entendible que hayan sido muchas más las que nos ha cerrado. Y no hablo sólo de subvenciones, sino también de acceso a determinados foros, medios de comunicación, etc.


No sé si aquí es necesario, pero muchas veces tenemos que recordar que hoy en día casi todos los partidos políticos tienen su propia estructura gay, salvo el PNV. EA, por ejemplo tiene un grupo llamado BiziGay, Izquierda Unida Hegoak, y Batasuna Borrokarako Gay; lo mismo el PSOE e, incluso, el PP. EHGAM es absolutamente autónomo e independiente de todos ellos, aunque cuando es necesario intentamos trabajar con todos.


¿Quién y cómo define las líneas de actuación?

I.A. Las pautas ideológicas se deciden en los biltzarres, que no tienen una periodicidad determinada, pero las líneas de actuación propiamente dichas se acuerdan en las reuniones de coordinación de herrialdes. No obstante, cada herrialde tiene suficiente autonomía para poder realizar una campaña de una u otra forma o, incluso, para no llevarla a cabo si así se decide en la asamblea de herrialde. En cualquiera de estas instancias, si no hay consenso, cada persona es un voto. Somos asamblearios, no jerárquicos.


¿Cómo viven hoy en día los y las jóvenes con sentimientos homoeróticos su homosexualidad en la vida cotidiana?

I.A. En un principio, la mayoría la vive con miedo, más o menos como antes, porque aún hoy les faltan puntos de referencia, modelos a seguir. Casi todo lo circundante es, en apariencia, agresivamente heterosexual... Los medios de comunicación y la educación tienen todavía mucho que aprender. Los padres, las madres, las y los educadores tienen que tomar conciencia de su gran carencia en este terreno e intentar solucionarlo, de lo contrario seguirán no pudiendo ayudar e, incluso, haciendo un gran daño a estos chicos y chicas que, seguramente, necesitaran comprensión primero y orientación y apoyo después.


De todas las formas, es innegable que ahora los y las jóvenes tienen más posibilidades de no ocultar su preferencia afectiva con relativa tranquilidad y que, sin duda, lo hacen de facto muchos y muchas más que antes.


¿Qué les puede aportar EHGAM a estas personas que quieren vivir con mayúsculas su homosexualidad?

I.A. ¡Uf! Es una pregunta difícil. Les puede aportar, quizá, un lugar de encuentro fuera del gueto y, en todo caso, una herramienta para luchar mucho más arropadamente que haciéndolo de manera individual. De todas formas nuestra tarea principal consiste en estar vigilantes para que aquí y ahora cada vez haya menos agresiones y discriminaciones legales y/o sociales, así como en seguir trabajando por el cambio progresivo de la sociedad hacia esa normalización de la realidad homosexual que deseamos. Y eso nos beneficia a todos y todas.

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