- Una calle a Sabino Arana en Barcelona
- El Correo, 2002-12-31 # María Antonia Gordo Ferreras · Barcelona
Varias asociaciones piden desde hace tiempo que el Ayuntamiento de Barcelona retire el nombre de Sabino Arana a la calle a la que se le impuso en 1979. Argumentan que un hombre cuyo pensamiento contenía racismo, odio, machismo e integrismo no merece ese homenaje. Hace unos días, las asociaciones volvieron a movilizarse. En esta ocasión, la propuesta añadió un gesto de humor. Propusieron que a la calle se le diera el nombre del gorila Copito de Nieve, al que consideran más vinculado a Barcelona que Arana. Éste vivió en la capital catalana unos pocos años; se mudó para estudiar Derecho y regresó a Bilbao sin el título. El gorila lleva más tiempo en Barcelona y no ha escrito nada similar a las perlas de Arana sobre el odio a los maketos y a los vascos 'maketizados'. Yo propongo que se sustituya a Arana por la que fue su esposa, Nicolasa Achica-Allende. A ella Sabino le examinó su ascendencia, como hicieron luego los nazis en busca de judíos, para saber si era digna de unirse al fundador del nacionalismo vasco. Luis Arana, más radical que su hermano, se casó con la cocinera de la pensión en la que vivía, también en Barcelona. Esta mujer era de Huesca y se llamaba Josefa Egués Hernández. Luis euskerizó sus apellidos como Eguaraz Hernandorena y ya tuvo su neskita. Tal vez aquí se originó la manía abertzale de reescribir la historia, las biografías, los nombres y los topónimos. La sustitución de Sabino por Nicolasa supondría un acto de justicia para las mujeres que hemos leído las opiniones de Arana sobre nosotras: «La mujer, pues, es vana, es superficial, es egoísta; tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humana: ser inferior al hombre en cabeza y en corazón» (carta de 1897 a un amigo, reproducida en la obra de teatro 'De fuera vendrá...', editorial Haranburu, 1982).
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