- En memoria de los muertos por el sida
- Un gran lazo de flores rojas junto al Juzgado de Atotxa recuerda desde ayer a todos los fallecidos por la infección del virus VHS, que masacró el País Vasco
- El Diario Vasco, San Sebastián arg., 2006-06-10 # Javier Meaurio, DV, San Sebastián
Un gran lazo rojo de alegrías recuerda desde ayer en la plaza Teresa de Calcuta de San Sebastián, en Atotxa, a todas las víctimas del sida, y especialmente a los que cayeron masivamente en el País Vasco en aquellos finales de los 70 y principios de los 80 «en los que la heroína corría gratis y con absoluta impunidad por las calles de Euskadi, mientras que el hachís había desaparecido», según comentó ayer la madre de uno de los fallecidos.
En un emotivo acto, bajo un calor implacable, representantes de la plataforma de ONGs que luchan en el País Vasco contra la pandemia mundial, acompañados de miembros del Colegio de Farmacéuticos y de Osakidetza, de asociaciones como Gehitu, Ehgam y Hegoak, de familiares de los desaparecidos y de seropositivos, que gracias a las actuales terapias conviven con su enfermedad, asistieron a la inauguración del primer Memorial por las Víctimas del Sida que existe en Euskadi.Se trata de una iniciativa que ha surgido desde todas estas asociaciones que trabajan por disminuir los efectos del VIH-Sida y que ha escogido la ciudad de San Sebastián en reconocimiento al «respaldo y apoyo brindados desde hace años por el Ayuntamiento donostiarra».
Tras los acordes del Alkate soinua interpretado por la Banda Municipal de Música a la llegada de Odón Elorza, Joseba Rekalde, de la asociación oiartzuarra Harri Beltza, reconoció que 25 años después la situación sobre el sida «ha mejorado en nuestro mundo occidental, aunque aún queda mucho por hacer». Recordó que es el primer espacio público que recuerda en Euskal Herria a las víctimas del sida, «que además de su enfermedad, han estado estigmatizados y padecido la discriminación social y laboral». Añadió que la prevención «es el arma más útil» para reducir el sida, y los avances científicos y una vacuna, «la más esperada noticia». Requirió también la implicación de todos los estamentos y los gobiernos para luchar contra la enfermedad.
Elorza agradeció a los organizadores la iniciativa cívica que ha culminado con la ubicación de este gran lazo rojo en el parterre más grande, ubicado enfrente de los juzgados, junto al Paseo del Duque de Mandas. Destacó la solidaridad que han tenido todos estos grupos con los afectados por el sida «a los que han sabido acompañar en momentos de gran incomprensión social». Hizo un recuerdo emocionado a todos los muertos y aludió a los miles de niños, mujeres y hombres que mueren diariamente en continentes como África y Asia, porque no disponen de los recursos médicos ni de los conocimientos preventivos para hacer frente a la enfermedad.
Según explicó Iñigo Segurola, de 'Lur Paisajistak', el lazo de la plaza Teresa de Calcuta está perfilado con un bordillo de acero corten de 3 milímetros de grosor y rodeado de tierra roja, «para que resalte más». La idea es que todo el año exista floración porque a las alegrías les sustituirán salvias o geranios u otras flores, que mantendrán siempre el color rojo del lazo.
Tras el Agur Jaunak, se procedió a retirar el plástico que tapaba el lazo y aplausos emocionados con alguna lágrima, recordaron a todos los seres queridos fallecidos.
Arritxu Marañón, del PSE, José Luis Arrúe, del PP, Aitziber San Román y Pilar Elgoibar del PNV, y Mikel Ubillos de EA, fueron algunos de los concejales que acudieron a la inauguración. Entre ellos se movían el director del Plan contra el Sida, Daniel Zulaika, el Ararteko, Iñigo Lamarca, miembros de las asociaciones y familiares de fallecidos con rosas rojas.
«Se fue muy joven, demasiado joven. No tuvo tiempo para conocer la vida», comentaba la madre emocionada de un muerto.
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