- Hazte reir
- ABC, 2006-07-30 # Rosa Belmonte
Lo que más curioso me resulta es que ese pensamiento, o lo que sea, es universal. La chiflada de Ann Coulter, la columnista estadounidense ultraliberal, incendiaria, especialista en provocaciones varias y siempre a la derecha de Gengis Kan, anda en esa línea. La tipa sostiene en «Cómo hablarle a un progre (si no te queda más remedio)» que, como los demócratas, la revista «Playboy» sólo desea liberar a las mujeres para que se comporten como puercas, tengan sexo sin consecuencias, anden desnudas y aborten niños. Y el otro día, en el programa de la CNBC conducido por Donny Deutsch, dijo que Bill Clinton probablemente es homosexual. ¿La explicación? Que le gustan mucho las mujeres. Chúpate esa. Pero mujer, que las que le gustan no son Liza Minnelli o Barbra Streisand. «Creo que ese tipo de promiscuidad lleva implícita una latente homosexualidad», soltó. Y más adelante añadió: «Hay algo narcisista en la homosexualidad porque estás enamorado de alguien que es como tú». Aunque, diga lo que diga, no ha superado lo que se le ocurrió cuando los abusos de Abu Ghraib (y la implicación de chicas, soldados y mandos, en ello): «Es una más de las razones por las que las mujeres no deberían estar en el ejército. No sólo porque no son capaces de cargar una mochila a medio llenar sino porque las mujeres son muy viciosas».
Mmmmm. Viciosas. Eso es lo que va a ser Paz Vega. Ella y su otra ella. Supongo que otra viciosa será Angelina Jolie, que reconoció que sabía cómo dar placer a las mujeres («ninguna reclamó»). Madre mía, estoy horrorizada con la última que le han hecho a los Pitt-Jolie. Esas espantosas figuras de cera. Sobre todo, la niña. Es lo malo de coincidir el mismo día ambas fotos. Claro, que para espanto, esa figura de porcelana con la que se fotografiaron Zapatero y las juventudes palestinas e israelíes. Vale que lo de la kefia fue una metedura de pata, pero esa pastorcilla con sombrero y paloma alegórica de la paz supera cualquier cosa. Vale, demos una oportunidad a la Paz. A la Paz Vega y la otra. ¿Pero eso fue un regalo al Presidente? Pobre.
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