2006/08/01

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  • Reportaje: La visibilidad es lo que importa
  • La dirección del PP censura que sus cargos hagan "exhibición" pública de su apoyo a las bodas gays
  • El País, 2006-08-01 # Pilar Marcos, Madrid
Públicamente, la dirección del PP no ha señalado personal y particularmente al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, por haber oficiado el sábado una boda de una pareja de hombres homosexuales de su partido con publicidad previa del evento en los medios de comunicación, y cámaras y periodistas el día del enlace.

Si, de forma privada, Mariano Rajoy ha telefoneado o no a Gallardón para recriminarle por hacer exhibición pública de su discrepancia con la posición de los populares en contra de los matrimonios homosexuales es algo que sólo podrán aclarar el alcalde o el líder del PP.
Aunque una forma implícita de ver si se ha producido o no tal conversación será medir el número de bodas gays que trascienda que han oficiado los alcaldes más conocidos del PP en los próximos meses... O en los próximos años.


Rajoy y Gallardón están ya de vacaciones. El líder popular, en Galicia y el alcalde madrileño, en Málaga. Ayer no hubo pues la tradicional reunión de maitines de los lunes, en la que Rajoy podría haberle dicho a Gallardón lo que, sin mencionarle, le avanzó el sábado Gabriel Elorriaga, secretario de Comunicación de ese partido, en nombre y en representación de la dirección del PP.

Elorriaga pidió a todos los cargos públicos del PP "coherencia y solidaridad" con las decisiones de la dirección. Recordó que el PP defiende la regulación de las uniones civiles de parejas homosexuales pero se opone rotundamente a que se denominen matrimonio, porque mantiene que llamarles así es inconstitucional. Elorriaga también dijo que las leyes hay que cumplirlas, pero que una cosa es aplicar la ley y otra hacer "exhibición" de la discrepancia en un tema tan sensible como éste.

Es decir, para el PP, la visibilidad es lo que importa. Es así en este asunto y en todos los que afectan a la moral privada. De forma bastante explícita, ayer detalló esta censura a la visibilidad el diputado Jorge Fernández Díaz, en la cadena Cope. Éste mantuvo que "hay que conciliar la postura del partido con el acatamiento de la norma". Eso, según él, lo han hecho hasta ahora muchos alcaldes del PP "delegando la celebración en concejales y, por supuesto, con discreción". Este diputado popular añadió: "Cuando lo haces personalmente, y anunciándolo a bombo y platillo, lo conviertes en un acto político de insolidaridad y de deslealtad hacia tu partido".

El número dos del PP, Ángel Acebes, fue ayer insistentemente preguntado en conferencia de prensa por este asunto. Sólo subrayó que la posición del PP sobre las bodas gays "es conocida e inequívoca", y que la había detallado "con toda claridad" Elorriaga el sábado. Acebes eludió responder si se ha producido o no una conversación entre Rajoy y Gallardón tras la polémica surgida con la boda del sábado.

Esa "conocida e inequívoca" decisión de la dirección del PP sobre los matrimonios gays fue doble: primero votar en contra del proyecto y después presentar un recurso de inconstitucionalidad porque ese partido entiende que la palabra "matrimonio" es sólo y exclusivamente aplicable a las uniones entre un hombre y una mujer.

La decisión de votar en contra se trató en los distintos órganos de dirección del partido, y de la mayoría de ellos forma parte Gallardón. Sólo en uno de esos foros, en una reunión a puerta cerrada del Grupo Parlamentario en el Congreso, hubo un reducido puñado de voces (cuatro o cinco diputados, según distintas fuentes) que dijeron que quizá habría sido mejor abstenerse en lugar de votar en contra.

Rajoy hizo entonces una llamada a la disciplina y sólo hubo un voto discrepante en el Congreso, el de Celia Villalobos, y ninguno en el Senado. Posteriormente, el presidente de los populares anunció el recurso de inconstitucionalidad como "una decisión personal" suya en su calidad de líder del partido. Antes del anuncio de Rajoy pero cuando se daba por hecho que, sin ninguna duda, el PP presentaría ese recurso de inconstitucionalidad, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró que ella no era partidaria de recurrir la norma ante el Constitucional. Aquella declaración de Aguirre desató una pequeña tormenta dentro del PP.

El pasado fin de semana, tras conocerse que Gallardón iba a oficiar una boda entre Javier Gómez y Manuel Ródenas, un puñado de dirigentes del PP que, en privado, habían expresado cierta crítica a la posición de su partido, hicieron breves declaraciones a favor de Gallardón. Tal fue el caso, por ejemplo, de Josep Piqué, que como senador no rompió la disciplina de voto cuando la ley pasó por la cámara alta. Y el de la candidata del PP a Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.

A la boda, además de Celia Villalobos, acudió Manuel Lamela, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, y que fue el último jefe de gabinete de Rodrigo Rato cuando éste era vicepresidente del Gobierno de José María Aznar.

El enlace oficiado por Gallardón es el segundo que ha levantado la polémica en el PP. El pasado 8 de abril, el alcalde de Ourense, Manuel Cabezas, casó a su concejal de Cultura, también del PP, con el novio de éste. A aquella boda acudió Alberto Núñez Feijóo, líder del PP gallego, y se conoció el mismo día con una foto de los populares gallegos con los novios. Tuvo visibilidad en tiempo real.

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