- Primer divorcio gay en España
- Una conocida pareja dentro del «lobby» homosexual catalán sella el preacuerdo de separación, apenas un año después de su boda mediática
- La Razón, 2006-06-25 # Xiana Siccardi, Barcelona
Josep Anton Rodríguez y el que era su pareja desde hace unos ocho años, Hipólito Sánchez, decidieron casarse el 30 de julio del año pasado, casi cuando se cumplía un mes escaso desde la aprobación de la ley que permite los enlaces entre parejas homosexuales. Fue una de esas parejas que quería demostrar con prisa y aspavientos que llevaba tiempo aguardando la entrada en vigor de la revolucionaria normativa. Pero desde entonces hasta hoy la relación de esta pareja se ha ido devaluando poco a poco hasta que anteayer los dos cónyuges firmaron su preacuerdo de separación en la población barcelonesa de Gavà.
La boda de Josep Anton e Hipólito -«Poli», para los amigos- fue, precisamente, una de las más sonadas dentro del mundo gay. Se da la circunstancia de que Josep Anton es el presidente del Casal Lambda, una importante asociación catalana destinada a promover la equidad entre las personas homo y heterosexuales, y que además focalizaba sus empeños en fortalecer el «lobby» rosa en Cataluña. Poli, por su parte, es, desde hace años, director de la revista que publica la asociación. Por su compromiso con la causa, ambos conformaban la pareja ejemplar y un modelo a seguir.
Dando muestra de su empaque, el 15 de febrero de este año la pareja, en calidad de matrimonio y activistas de su condición sexual, fue invitada al Parlamento Europeo en Estrasburgo para ofrecer una conferencia ante la asamblea de parlamentarios sobre los problemas de la homofobia. Era la primera vez que una pareja del mismo sexo era invitada al Parlamento Europeo. Ése fue su momento álgido, pero desde su viaje de bodas la relación comenzó su declive.
Es por ello que la noticia de su separación corría ayer como un reguero de pólvora por el ambiente. De hecho, el día de su boda -fue el tercer enlace gay de Cataluña- los juzgados de Gavà estaban plagados de periodistas, a los que la pareja había querido convocar para demostrar su amor a lo grande y dar fe de que los homosexuales tienen todo el derecho a las mismas opciones que el resto de las parejas, aplaudiendo así la recién estrenada ley del Gobierno.
Escenificación. Precisamente al ser estandarte del mundo gay y muy conocidos en Barcelona, Josep Anton y Poli han sido criticados de actuar «de cara a la galería», según explicaron ayer personas del ambiente a este diario. Según su relato, la pareja «había asumido como propia la lucha por la equiparación de los derechos, parecía que querían ser los salvadores del ambiente, y eso les llevó a escenificar una boda sólo como demostración social que probablemente no era del todo sincera», explicaron.
La historia de esta pareja comenzó hace unos ocho años en Valencia, donde vivía Poli que trabajaba para Correos. Josep Anton vivía en Gavà, donde era profesor de Música en un instituto. Al cabo de poco tiempo de relación, Poli comenzó a tener una grave depresión derivada de problemas en el trabajo, que le llevó a dejarlo y trasladarse a la Ciudad Condal con Josep Anton, iniciando ambos una vida en común. Pero Poli siguió arrastrando durante años esta depresión, que se volvió crónica «y comenzó a afectarles en el día a día», explicaron las fuentes consultadas por este diario.
Mientras Josep Anton explicaba a sus más allegados que no comprendía los cambios de humor de Poli, éste llegó a decirle un día que «no veía claro que Josep fuera su pareja para toda la vida. Evidentemente, la respuesta de Josep Anton fue decirle “¿y entonces por qué llevamos juntos tantos años?”».
Así, desde poco después de la boda hasta hace unos dos meses, la pareja se fue destruyendo, hasta que el pasado mes de abril Poli decidió volver a Valencia una temporada para «reflexionar» sobre el futuro de la relación. Hace escasos días volvió a Barcelona para anunciar a su pareja que quería el divorcio, que fue sellado el viernes en los juzgados de Gavà de mutuo acuerdo mediante un preacuerdo de separación.
Según fuentes cercanas a la pareja, ambos están «destrozados» y «muy afectados» por la ruptura. A partir de ahora se deberá ver el recorrido legal de este proceso, teniendo en cuenta que para la celebración de las bodas gays ya se produjeron divergencias de opiniones entre algunos jueces sobre la forma de llevarlas a cabo, llegando algunos incluso a inhibirse porque ideológicamente no estaban a favor de este tipo de enlaces. En los enlaces heterosexuales, llegados a este punto, el juez debe aprobar el preacuerdo y tiempo después puede llegar el divorcio.
El Instituto Nacional de Estadística hizo públicos el viernes los datos sobre el número de parejas homosexuales que pasaron por el juzgado. El año pasado se registraron en España 1.275 matrimonios en los que ambos cónyuges eran del mismo sexo. Las bodas de parejas homosexuales, legales desde la entrada en vigor el pasado julio de la nueva norma, supusieron el 0,6 por ciento del total de 209.125 matrimonios celebrados en 2005. De ellas, 923 fueron de gays y 352, de lesbianas. Madrid fue el lugar donde se celebraron más bodas de homosexuales -con un total de 238-, seguida de Barcelona -con 216- y Valencia -con otras 139-, mientras que en Burgos, Lugo, Asturias, Soria y Melilla no se registró ninguna.
No comments:
Post a Comment