- La homofobia, una constante en los países de la Europa del Este
- Endiku, 2006-06-11 # AFP, Varsovia
Este fin de semana, sin embargo, los homosexuales polacos no se limitaron a soñar, sino que se lanzaron a las calles de Varsovia en un 'Desfile de la Igualdad', contra los prejuicios de la mayor parte de sus conciudadanos y de la gobernante derecha conservadora.
Así, entre los más de 3.000 participantes (según la policía, unos 6.000 según los organizadores), las 'drag queen' polacas, es decir, los travestis y homosexuales de llamativos vestidos y peinados, se dejaron ver en público por primera vez en la historia de un país donde la Iglesia católica tiene un gran peso, ya que el 90% de su población pertenece a esta confesión.
"La homofobia mata", decían numerosas pancartas de la marcha, que se llevó a cabo el sábado sin incidentes, vigilada por unos 2.000 policías ante la gran tensión provocada por su convocatoria. Los homosexuales polacos tuvieron mejor suerte que los 500 'gays' rumanos que la semana pasada, mientras se manifestaban en Bucarest por segunda vez en la historia del país, fueron insultados y recibieron una lluvia de huevos de sus compatriotas.
Basta pensar que hasta hace cinco años la homosexualidad era un delito en Rumanía. Y es que tanto en Rumanía como en Polonia y en el resto de la Europa ex comunista, las autoridades son las primeras enemigas de los homosexuales. En el caso polaco, el primer ministro, Kazimierz Marcinkiewicz, considera que la homosexualidad es una especie de epidemia cuya propagación hay que evitar.
"Si alguien intenta contaminar a los otros con su homosexualidad, el Estado debe intervenir", declaraba tan sólo hace pocos meses. De la homofobia que domina el este europeo poscomunista, sólo se salvan la República Checa y Eslovenia, que recientemente adoptaron una asociación para las parejas homosexuales.
Los círculos cristianos conservadores y su reivindicación de los valores de la familia no son los únicos homófobos en el este del Viejo Continente, sino que es la mayoría de la población la que considera la homosexualidad como una perversión, según un reciente sondeo publicado en Polonia. La integración en la Unión Europea (UE) ha ayudado a los homosexuales a defender en público sus derechos, pues el hecho de pertenecer o querer entrar en la UE obliga a los países ex comunistas europeos a adoptar leyes antidiscriminación, que también protegen a esas minorías.
Sin embargo, para la Iglesia católica polaca o la ortodoxa rumana, la homosexualidad es el compendio de todo lo malo que existe en la modernidad de la UE. "La Unión Europea anima este tipo de manifestaciones. Esas gentes son enfermos, perdidos, tendrían que ir al médico, no a la calle", afirmó Wieslaw Kruczala, un profesor de física, padre de cinco hijos, mientras veía pasar el desfile polaco.
La UE, por su parte, no está dispuesta a abandonar a la minoría homosexual del este de Europa. "Cuando los derechos democráticos se ven atacados en un país, es un asunto de todos los europeos", afirmó a la AFP Volker Beck, un diputado alemán agredido el 27 de mayo en la manifestación homosexual que fue prohibida en Moscú.
Los militantes homosexuales son conscientes, sin embargo, que se necesita mucho tiempo para cambiar una sociedad. Los más optimistas citan como ejemplo España, país de tradición católica donde ahora ya está reconocido el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Los pesimistas, en cambio, se muestran preocupados por haberse convertido en objeto de un odio semejante al que existía en su contra en tiempos del antisemitismo nazi.
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