2006/07/22

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  • Manifiesto contra el Orgullo Gay Mundial en Jerusalem
  • Sentido G, 2006-07-22 # ALITT (Asociación Lucha por la Identidad Travesti y Transexual) · MULABI - Grupo de Trabajo por los Derechos Sexuales en América Latina
“Hemos sido perseguidos durante siglos. ¿Qué hemos aprendido de nuestra historia? La forma en que tratamos al pueblo palestino debe elevarse a la altura de nuestros ideales y no hundirse bajo el peso de nuestros miedos”. Sydney Levy, activista de Jewish Voice for Peace (San Francisco, EEUU)

La Asociación "Internacional" (cuyos miembros son mayoritariamente europeos o estadounidenses y hombres gays) World Pride eligió a Jerusalén como sede de la celebración mundial del orgullo en 2006. En una ciudad llena de controles militares y atravesada por un Muro que aísla a 200.000 palestinas y palestinos, la Asociación no tuvo mejor idea que llamar a su evento "Amor sin fronteras" (Love Without Borders).

Organizaciones y activistas LGBT israelíes que están en contra del genocidio que su gobierno está llevando a cabo contra el pueblo palestino están preparando actividades alternativas como el "Queereuption". Otras -como el grupo de lesbianas palestinas ASWAT- también se han pronunciado en contra de la celebración y están preparando una "Marcha hacia el Muro" a la que invitan a participar a quienes vayan a Jerusalén.

El tema está generando mucha movilización y debate en EEUU y en otros países. Hasta ahora, la discusión se ha dado sólo en el Norte. Ya es hora que también es escuchen las voces del Sur.

Nosotr*s -activistas intersex, trans, bisexuales, lesbianas y gays de América Latina- nos pronunciamos contra la realización de ese evento porque consideramos que:

No puede haber orgullo bajo la ocupación. Como activistas por los derechos humanos, la justicia económica, social y racial, no tenemos nada que celebrar, nada de qué enorgullecernos en un estado construido sobre la base del racismo y la violencia. Como en la Sudáfrica del apartheid, como en nuestros países bajo las dictaduras militares, creemos que es deber de solidaridad para con quienes resisten a regímenes violadores de los derechos humanos más fundamentales boicotear y aislar a esos estados en todos los planos posibles. De acuerdo a las circunstancias de cada uno y a sus decisiones políticas, respetamos tanto la opción del boicot absoluto como la del boicot selectivo acompañado de acciones concretas contra el país opresor y sus aliados. Lo que no podemos aceptar es la participación acrítica en una "fiesta" en medio de la guerra.

Los avances legales que los movimientos gay-lésbico-trans han logrado en Israel se aplican sólo a las y los israelíes -a las palestinas, los palestinos y otras/os árabes que viven en el territorio ocupado por Israel y que son lesbianas, gays, bisexuales o trans, no se les reconocen esos derechos. Cuando un derecho les es reconocido sólo a algunas y a algunos, no se llama derecho: se llama privilegio. Como personas comprometidas con los derechos humanos y con la justicia social, no festejamos los privilegios: luchamos contra ellos, porque los privilegios son los que sustentan la discriminación.

Nuestra postura de condena al estado de Israel y sus acciones no puede confundirse con anti-semitismo. No condenamos a ninguna persona o colectivo por su pertenencia étnica, racial, religiosa o nacional: condenamos acciones discriminatorias, racistas y violatorias de lo derechos humanos, cualquiera sea la pertenencia étnica, racial, religiosa o nacional de quienes las perpetren, las defiendan o las toleren.

Admiramos a todas las personas que, pudiendo disfrutar de los privilegios de ser ciudadanas/os israelíes, han elegido en cambio el camino de la resistencia, como las Mujeres de Negro, los objetores de conciencia del ejército israelí, Daniel Barenboim y la East-Western Divan Orchestra, y tantas otras-tantos otros, así como a sus aliadas/os fuera de Israel, como Jewish Voice for Peace.

Sabemos que los regímenes fundamentalistas religiosos -católicos, protestantes, judíos y musulmanes- cercenan brutalmente los derechos de las mujeres, los gays y bisexuales, las personas trans e intersex. El mejor contrapeso que puede oponérsele a los fundamentalismos es una sociedad civil fuerte y diversa, cuyo desarrollo sólo es posible en paz. En la guerra y bajo ocupación, los derechos de las mujeres, los gays y bisexuales, las personas trans e intersex, son los primeros que se sacrifican ante la causa de la liberación nacional. Por eso, por los derechos de las mujeres, los gays y bisexuales, las personas trans e intersex en Palestina y en Israel, estamos contra la ocupación y contra la guerra.


El estado de Israel va a utilizar la celebración del Orgullo -como lo hicieron los militares argentinos con el Mundial de Fútbol de 1978- para recaudar dinero y mostrarse ante el mundo como un país abierto y tolerante, en oposición a sus "bárbaros" vecinos, a los que no está mal invadir si ese es el precio para llevarlos a la "civilización" y a la "democracia" (como en Afganistán y en Irak). Por eso, decimos:

  • NO EN NUESTRO NOMBRE
  • NO AL ORGULLO BAJO LA OCUPACIÓN
  • NO APOYAMOS EL "ORGULLO MUNDIAL" EN JERUSALÉN
  • NO PARTICIPAMOS DEL "ORGULLO MUNDIAL" EN JERUSALÉN

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