- Sí, Orgullo
- socialdemocracia.org, 2006-07-06 # Ignacio Paredero
Siempre que hablo del orgullo con alguien que no conozco, me preparo resignado a escuchar argumentos del tipo “no debería haber un día del orgullo gay por que no lo hay heterosexual” o “si queréis ser iguales no entiendo por que tenéis que salir a la calle abiertamente” y el inevitable “no se como podéis pensar que se os tomara en serio saliendo en tanga”.
La mayor parte de estas argumentaciones adolecen de un desconocimiento radical de nuestra realidad por que si los heterosexuales estuvieran discriminados como la mujer o las personas LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), no cabe duda de que habría un día del orgullo hetero, como hay un día de la mujer o un día del orgullo LGTB. Si quisiéramos ser iguales, nos casaríamos con personas del sexo opuesto a pesar de no gustarnos y viviríamos nuestra vida en un continuo engaño. No queremos ser iguales, queremos que la orientación sexual no sea motivo de discriminación. Queremos igual trato sin tener que dejar de ser nosotros mismos. Y vaya si nos han tomado en serio saliendo en tanga. Una manifestación, por muy festiva que sea, transmite ideas, posiciones y muchas veces fuerza. Y un millón de maricas, bollos y trans saliendo a la calle cada año transmiten fuerza, incluidos los que salen en tanga.Habrá quien se lleve las manos a la cabeza, habrá quien piense que solo queremos llamar la atención y sinceramente, seguiremos saliendo independientemente de lo que piensen. Por que la visibilidad, el gritar a los cuatro vientos que existimos, es vital para una comunidad que tan fácil cae en la ocultación y la negación, una comunidad en la que, a diferencia de muchas otras, tus padres son el primer problema. Hace mucho tiempo que conocemos la principal arma de concienciación que tenemos la comunidad LGTB y ese arma es la visibilidad. Visibilidad por que si no somos visibles, si no aparecemos, si no recordamos cada año que estamos aquí, no existimos. Y si no existimos, no somos sujetos sociales, ni de derecho, ni de nada y es muy fácil discriminar o marginar a los que no existen. No, la invisibilidad, el armario, ya la conocemos y no nos gusta.
El orgullo es también una explosión de autoestima necesaria para sobrellevar los 364 días del año restantes. En este nuestro día, nos bañamos de libertad, alegría, sexo y valor, nos abrazamos y reímos unos con otros en la esperanza de retener en el recuerdo lo mas posible este día, para recordarlo en las noches malas, en nuestra provincia o barrio, para que nos sirva de amuleto o de esperanza quizás, de que un día, todos los días puedan ser como el orgullo, días de respeto y felicidad para todos los que creemos de verdad en la libertad y en la diversidad.
El día del orgullo, por tanto, es y debe ser un día festivo de protesta. Y protestamos a nuestra manera, protestamos riendo y follando, protestamos cantando y bailando, protestamos en definitiva por que no comprendemos por que la gente no puede disfrutar de la vida, amar, reír y disfrutar sin que haya gente que los juzgue y trate de imponer su visión del mundo. Y sabemos que nuestra felicidad es lo que mas molesta a los que nos preferirían silenciosos y avergonzados.
El orgullo es nuestro día. Y un día del orgullo LGTB es un día en el que toda persona esta invitada a expresarse tal como es, por que creemos de verdad en la pluralidad, en que el problema no es la pluma, ni los arneses de cuero, ni los besos, ni las caricias, ni los amantes. El problema no es la homosexualidad o la heterosexualidad, las locas, o los gays que quieren parecer heteros.
El problema siempre han sido y siempre serán los que, sintiéndose elegidos por alguien superior, tratan de decirnos a los demás como debemos amar y vivir, sin aceptarnos quizás por que no se aceptan a ellos mismos.
Espero que algún día incluso aquellos que hoy nos atacan entiendan que el orgullo es la celebración de la libertad, la diversidad y de la alegría.
No en vano Gay, en inglés, significa precisamente eso.
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