- Gays y lenguas en los Parlamentos
- Xornal, 2006-07-13 # Wifredo Espina · Periodista
Según explica la noticia, la idea nació entre Porta y Labandera, en octubre de 2005, durante un viaje a Colombia de la comisión de Exteriors del Parlament. Las razones para el nacimiento del club fueron, según Labandera, "dos dosis de amistad y simpatía, una de provocación y la voluntad de dar oportunidad a otros" a compartir el resultado. Como se ve, los viajes al exterior de las comisiones parlamentarias sirven por muchas cosas...
Y Carme Porta señala, también, que el Parlament siempre ha sido un lugar "anormalmente normalizado" con respecto a gays y lesbianas. Anormal porque su experiencia cotidiana no es lo habitual en la calle. ¿Quiere decir esto que lo que pasa en la calle no es “normal” que pase al Parlament? O seas, que se trata de hacer más “normal” el Parlament, si no entendemos mal.
No, no; nada a objetar. Al fin y al cabo, como se dispone en el artículo 40 del nuevo Estatuto “los poderes públicos deben promover la igualdad de todas las personas con independencia de (...) la orientación sexual”. ¿Cómo, entonces, discriminar en el mismo Parlament? No, no; de ninguna forma. Y quizás más asociaciones deberia de haber en el santo santorum de la democracia. Asociaciones, por ejemplo, de altos, de bajos, de rubios, de morenos, de fumadores, de no fumadores, de bien vestidos, de mal vestidos, de barbudos, de calvos, de nariz pequeña, de nariz larga... En fin, toda la variedad que hay en la sociedad a la que representan, o deberían representar, fielmente todos los Parlamentos.
Y, claro está, los que hablan una lengua y los que hablan otra. Por ejemplo, que en el Parlamento de Diputados español se hablara también el catalán (ya se hace un poquitín), y que en el Parlament de Cataluña se hablara también el castellano (aunque fuera un poquito). Todo normalizado, bien normalizado. Como en la calle.
Como en la calle, claro. Menos la suciedad.
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