- Escándalo en Suecia por un programa para homosexuales
- Noticias Ya, 2006-11-08
Se trata de un espacio dedicado a los homosexuales en el que se facilitan las mejores direcciones para «ligar», los sitios más seguros para encontrar de noche a los «aficionados» con las mejores artes y todo tipo de cosas que desvelan de una forma directa y frívola la manera de vivir y de pensar de una parte del colectivo cuya filosofía, según los propios presentadores, se basa en la caza de nuevas aventuras sexuales, hacer el amor en los lugares más insólitos y la pluralidad en las relaciones: «un marica nunca es fiel».
Dos varones, vestidos de forma demasiado «chic» para ser elegante, eran los presentadores y guías a lo largo de parques y calles de esta capital.
Uno de ellos, el diplomático Sverker Åström, conocida personalidad que acaba de cumplír 91 años quien no descubrió a lo largo de su brillante carrera (fue secretario de Estado del Gobierno de Olof Palme, representante del reino sueco en las Naciones Unidas y últimamente embajador de Suecia en Paris) su condición homosexual, contó sin sonrojarse los mejores métodos para ligar y describió el deporte más asiduo de los homos que calificó de «cruising»: «se trata de dar un paseo para encontrar pareja».
Así la audiencia se enteró de que el parque Humlegården, unos preciosos jardines del centro de esta capital, es el sitio predilecto de los gays y que al anochecer, si se toma una posición estratégica detrás de unos árboles, se tendrá a los pocos minutos un compañero para hacer el amor. Esta descripción, visual y gráfica, fue una de las muchas que ofreció el programa. Una novedad para los no adelantados en las prácticas homosexuales que invita a los más jóvenes a acudir a aquellos sitios y ganarse un buen dinero ejerciendo la prostitución.
Tanto la prensa como los teleespectadores han calificado ese espacio dedicado al gran público de «inmoral» y «profundamente ofensivo contra la sensibilidad de los teleespectadores», además de subrayar su «mal gusto».
Por su parte Sverker Åström, quien sin duda recibió múltiples quejas del mundo diplomático y político tras la emisión del espacio, se excusaba ayer en carta abierta en el «Svenska Dagbladet» (donde escribe crónicas políticas) deplorando el título y contenido del primer episodio: «Mi intención era aumentar la tolerancia hacia los homosexuales», algo que a todas luces, no consiguió.
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