- El detenido por el doble crimen de Vigo ingresa en prisión tras confesar
- Una de las víctimas propuso relaciones sexuales al homicida, que reaccionó violentamente
El testimonio de un hombre que estuvo con los implicados el miércoles fue clave para resolver el caso - La Voz de Galicia, 2006-07-17 # Vigo
El homicida se ha confesado autor de las muertes tanto ante la policía, que da por concluidas sus investigaciones, como en el propio juzgado de instrucción número 5 de la ciudad olívica, que todavía no ha levantado el secreto del sumario.
El acusado ha reconocido que mantuvo una pelea con las víctimas. Fuentes conocedoras del caso aseguraron ayer a este periódico que el detenido estaba bajo el efecto de las drogas y el alcohol y reaccionó violentamente cuando una de sus víctimas, el brasileño Julio Anderson Luciano, le propuso mantener relaciones sexuales. Ahí se originó la reyerta en la que también participó Al-Daní, que fue quien llegó a llamar a la policía desde un móvil para pedir auxilio.
Cóctel explosivo
Se confirma, pues, que no se ha tratado de un crimen pasional. El móvil tampoco fue económico. «Lo que ha habido detrás de esta desgracia es un cóctel explosivo de drogas, alcohol y sexo», apuntan fuentes policiales. Quedan por aclarar aspectos de la declaración de Jacobo Piñeiro, quien habría atribuido también una actitud agresiva a una sus víctimas.
La jueza encargada del caso, María Jesús Fernández, tendrá ahora que decidir si se trata de un asesinato o un homicidio. Esta última podría ser la definición técnica escogida si se considera que no hubo premeditación por parte del asesino.
Para la pronta resolución del caso por parte de la policía de Vigo, han sido determinantes las pistas facilitadas por una cuarta persona que estuvo en contacto con los tres implicados. Se trata de un conocido de la pareja gay y del autor del crimen que estuvo con ellos de fiesta hasta las doce de la noche del miércoles (el crimen se produjo sobre las cuatro de la madrugada del jueves) y que luego se marchó. Al parecer, el propio Jacobo Piñeiro le confesó a esta misma persona al día siguiente en O Morrazo lo que había ocurrido y su declaración a la policía fue la que facilitó la posterior detención del homicida en el municipio de Marín. La labor de la policía científica también fue clave para recopilar pruebas incriminatorias, pese a la dificultad que tuvo la identificación de los cadáveres, ya que los cuerpos sufrieron quemaduras y apenas se pudieron tomar huellas. Igualmente funcionó la aportación de pistas por parte de los entornos familiares y de amigos de la pareja gay que vivía en el número 12 de la calle Oporto.
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