2006/07/17

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  • Gregorio Morales · Escritor
  • «Prefiero gozar de pie con Dolores Ibárruri a vivir acostado con Ane Igartiburu»
  • El Diario Vasco, 2006-07-17 # Alvaro Bermejo

- La sociedad actual -escribe- se ve tan invadida de sexo como carente de erotismo. ¿Dónde está la diferencia?

- El sexo es algo fisiológico, equiparable al comer cuando tenemos hambre. El erotismo intensifica hasta el más nimio acto de nuestra vida. Una voz, un gesto un movimiento pueden conducirnos a los abismos del deseo.

- En realidad, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de erotismo?
- De la fuerza más potente de que nos ha dotado la naturaleza, que imprime seducción, belleza y sentido a la vida. Sin erotismo la existencia no merece la pena.

- ¿Cómo definiría el eros contemporáneo?
- Tan pobre como rica es la sociedad occidental. El hombre contemporáneo ha perdido a Eros.

- Su libro invita a un recorrido desde los tiempos de las venus prehistóricas a los últimos iconos sexuales. ¿Ganamos o perdemos en la comparación?
- Perdemos. Hemos sustituido la imaginación por lo palmario. La aventura erótica ha dado el paso al conformismo. Vivimos en un mundo de enanos eróticos.

- Sin embargo, desde el Ananga Ranga a Platón, todas las antiguas culturas le atribuían -además- una dimensión espiritual y trascendente. Hoy, ¿es pecado ir más allá de la biología?
- Es pecado quedarse en la biología. Hay que ir más allá. Hay que rescatar la inmensa fuerza de Eros. Pienso que esta fuerza está incluso en la materia. Que el hombre no sepa servirse de ella constituye una gran tragedia.

- En su catálogo de «grandes ninfómanas», junto a Cleopatra y Mesalina, incluye a María Magdalena. Sus fuentes, ¿son tan fiables como las que maneja Dan Brown?
- Mucho más. Resulta descorazonador que en este país se desconozcan los trabajos del teólogo Rafael Hereza, quien ya en 1982 sustentó la tesis de que María Magdalena era la mujer de Jesús, y el discípulo amado, hijo de ambos.

- Desde que Nabokov escribiera la célebre novela, las 'Lolitas' son un síndrome de nuestro tiempo. ¿Se trata de una mera fantasía masculina?
- Las lolitas existen. Claro que también hay una predisposición psicológica masculina que hace que, cuanto más maduro es un hombre, más jóvenes las prefiera. Coquetería y psiquismo se complementan para que existan las lolitas.

- Su ensayo incluye un capítulo acerca de 'El ligue a través de la Historia'. Además del biológico y el social, ¿también hay un darwinismo erótico?
- Quien siente el erotismo tiene una existencia más intensa y, en consecuencia, su sexualidad y su vida son mucho más largas. Quien pierde el erotismo, envejece a marchas forzadas. Hay un darwinismo erótico.

- En su estudio, además de las anatómicas, ¿incluye peculiaridades autonómicas?
- En el ligue no hay fronteras. Cada cual despliega sus mejores cualidades. Las de los vascos son especialmente el humor y la camaradería. Lo mejor de todo surge en las mezclas, cuando un vasco liga con una catalana o una andaluza con un gallego... En este caso, las diferencias constituyen un atractivo añadido.

- En tres generaciones, los vascos hemos pasado de cultivar mitos como el de Dolores Ibárruri al de Anne Igartiburu. ¿Va con la filosofía de los tiempos?
- Va con la filosofía de los tiempos. Pero prefiero gozar de pie con Dolores Ibárruri a vivir acostado con Igartiburu.

- Y de los tiempos de Luis Mariano a los de Alex Ubago y La Oreja de Van Gogh, ¿advierte diferencias en los modelos de seducción?
- Sí, hay un estilo Donosti, porque es una ciudad tan bella que eleva el erotismo. El estilo Donosti es un estilo culto: ligar en un concierto de jazz o en el estreno de una película. Ligar en Donosti es bello.

- Daniel Goleman describió la inteligencia emocional, usted habla de la «inteligencia sexual». ¿En qué consiste?
- Es la maestría de sacar los mejores acordes del compañero. Es la capacidad de mantenernos eróticamente activos aunque llevemos 30 años con la misma pareja.

- ¿Qué calificación le merecen mitos eróticos como el literario Don Juan Tenorio o el muy real Pablo Picasso?
- Ambos son idiotas sexuales.

- Propone a Don Quijote como paradigma erótico. ¿Por lo que hace o por lo que sueña?
- Porque es capaz de sentir deseo y admiración por una ruda campesina. Porque su mirada es siempre afrodisíaca. ¿Qué más da que no haga nada? El erotismo es siempre un sueño que aplicamos a la realidad.

- Y de los tiempos del Ingenioso Hidalgo a la actualidad, ¿cuáles serían los nuevos paradigmas en la España de hoy?
- El paradigma de la España de hoy está encarnado en actores porno como Nacho Vidal o Celia Blanco, a los que la sociedad idolatra. ¿Y, sin embargo, están tan lejos del erotismo!

- Stendhal hablaba de cuatro formas de amor -amor pasión, amor placer, amor físico y amor propio-. ¿Cuál considera más cercana a su definición de erotismo?
- El amor pasión. Amor y deseo erótico van inextricablemente unidos. El amor llena de sentido la sexualidad. Con el amor, el erotismo llega a sus más altas cumbres.

- Treinta años después de la revolución sexual, vivimos un boom de libros de autoayuda sobre el mismo tema. ¿Cómo se lo explica?
- Vivimos en un mundo de perfectos analfabetos eróticos: Estamos gordos de sexo y famélicos de erotismo.

- Según la OMS, más de cien millones de hombres en el mundo padecen disfunciones eréctiles. ¿A qué lo atribuye?
- Cuando el sexo es considerado un acto mecánico, el aburrimiento nos posee. Es como si nos dieran los alimentos crudos. Para que sea atractivo, el sexo necesita su cocina.

- Entre las mujeres también se disparan los índices de falta de deseo sexual. Tantos síntomas, ¿son el reverso oscuro de una sociedad hipersexualizada?
- Insisto, los alimentos crudos no le gustan a casi nadie.

- La tendencia social dominante dicta ser muy activo sexualmente. ¿Lo peor del donjuanismo masculino, es que se duplique en el femenino?
- El donjuanismo, sea masculino o femenino, es idiota. Los más intensos placeres se pueden dar con la misma pareja.

- «Hemos hecho del sexo un objeto de consumo y del amor romántico una droga». ¿Qué le dice la frase de Lucía Etxebarría?
- Que lleva razón en lo primero y se equivoca en lo segundo: el amor de hoy dista mucho de ser romántico. Ni siquiera, a veces, puede llamársele amor. Por ello no hay erotismo. Si hubiera realmente amor romántico, el sexo no sería un objeto de consumo.

- Entre tanto, cerca de 250.000 mujeres son maltratadas por sus parejas cada año en España. Más que una educación sexual, o una nueva erótica, ¿no estaremos necesitando una nueva educación sentimental?
- Esa nueva educación sentimental está en el erotismo que, en palabras de Alberoni, es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y hacer propias sus fantasías. Sin respeto entre los sexos, no hay erotismo que valga.

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