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• Paloma Fernández, miembro de la asociación Kattalingorri
• "La clandestinidad en la que viven algunos gays no se soluciona con el acceso al matrimonio"
• Diario de Noticias, 2006-06-28 # M. O., Pamplona

La Asociación Kattalingorri lleva cinco años trabajando por los derechos de los gays y las lesbianas. La profesora de la UPNA Paloma Fernández, miembro de la asociación, sabe que para lograr el total reconocimiento de este colectivo hay que partir de una educación antihomofóbica. Una educación que aún está lejos de ser una realidad.

Desde Kattalingorri, ¿cómo valoran este primer año?
El cambio en el Código Civil ha sido un avance en materia de derechos, pero esto no cambia la situación. En la Asociación hemos llegado a la conclusión de que las personas que se están casando son quienes ya eran visibles, pero el prinicipal problema que tenemos los colectivos de gays y lesbianas es la clandestinidad en el ámbito de la familia, en el trabajo, con las amistades.Y esto no se soluciona con el acceso al matrimonio. La sociedad tiene que cambiar bastante y trabajamos para que, poco a poco, la sociedad vaya sensibilizándose y logre entender la diversidad en todas sus dimensiones.

¿Cuáles son los puntos en los que hay que trabajar con más ahínco?
En mi opinión, la educación es fundamental, ya que es un adoctrinamiento muy importante de muchos años en los cuales aprendemos cómo ser personas. En la actualidad, la educación sigue siendo bastante sexista y todos los experimentos que ha habido de experiencias transversales, de educación en la diversidad se han quedad a la voluntad de los docentes. Sin embargo, no hay, y ahora con la LOE tampoco, una directriz clara de educación en la diversidad, que tenga un compromiso claro, por ejemplo, con la igualdad de género ni con las llamadas minorías sexuales. Pero no sólo es importante la educación sino que el compromiso de las instituciones juega un papel fundamental.

¿Cómo ve las instituciones navarras?
Actualmente, el Gobierno foral tiene una concepción muy conservadora de la familia. También en otros ámbitos, como son los derechos reproductivos, está siendo restrictiva. Sin embargo, paradójicamente tuviemos una ley pionera de parejas estables en el Estado. La filosofía de la institución debería ampliar la visión de la familia.

El tema de la adopción se convierte tras la legalización del matrimonio en uno de los objetivos inmediatos.
Así es. Consideramos que puesto que los matrimonios son de la misma calidad deberían tener acceso al mismo tipo de derechos, siempre teniendo en cuenta que las adopciones son para beneficiar al menor. Pero sabemos, porque lo dice un estudio, que los menores en situación de desprotección social, donde mejor están es con familias, sea del tipo que sean. Con la legalización del matrimonio, la adopción en todo el Estado es factible, sin embargo, hay que tener en cuenta que el 90% de las adopciones son internacionales, y fuera de nuestras fronteras es díficil acceder a este derecho. Por otra parte, no sabemos cómo se realiza la selección de ese 10%, ya que una cosa es lo que dice la ley y otra lo que hacen las instituciones. Así, aunque hay servicios sociales que tienen un gran compromiso por la igualdad muchas veces tienen las manos atadas. Piden informes de idoneidad y entran en juego intereses subjetivos.

Por otra parte, está el tema de las adopciones de los hijos propios de uno de los miembros de la pareja.
Esta es una reivindicación que el colectivo de lesbianas lleva pidiendo desde hace años. Muchas veces queremos adoptar a los hijos de nuestras compañeras, bien porque su padre ha muerto o porque no quiere saber nada de la criatura. Sin embargo, nos resulta difícil argumentar que una mujer quiere adoptar como comadre al hijo de su compañera, algo que no ocurre con un hombre.