2006/06/28

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  • Iguales en el amor y el desamor
  • 3.500 parejas se han casado y una ya quiere divorciarse al cumplir un año la ley del matrimonio homosexual. Dos presidentes del colectivo hablan de logros y retos.
  • El Diario Vasco, 2006-06-28 # Isabel Ibáñez, DV, San Sebastián

Hoy se celebra el día del Orgullo Gay. La casualidad ha querido que esta fecha coincida con el aniversario de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. En este tiempo se han casado 3.500 parejas y muchos han iniciado los trámites para adoptar a los hijos de su cónyuge -se calcula que en España hay 80.000 menores en familias formadas por gays y lesbianas-. En medio de tanta boda, otra casualidad: acaba de conocerse la primera demanda de divorcio de una pareja homosexual. Beatriz Gimeno, presidenta de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales (FELGT) ,-que acudió a Bilbao para presentar su libro 'Historia y análisis político del lesbianismo'- y Txema Gonzalo, presidente de la asociación vasca de homosexuales Hegoak, debatieron sobre los logros conseguidos, las reivindicaciones pendientes y alguna que otra experiencia personal.

-Se cumple también un año de aquella multitudinaria manifestación contra la ley. ¿Aún les hacen daño estas cosas?

Gimeno: ¿Cómo no van a hacer daño! Un compañero de la FELGT fue a verla porque decía que iba a ser un espectáculo. Pues se puso enfermo y se tuvo que ir a casa. No es lo mismo en la tele que ver de cerca a un millón o 100.000 personas, me da igual, sintiendo el odio, esos insultos bestiales...

Gonzalo: Pero sabíamos que al final la ley se iba a aprobar. En el Senado, fui uno de los expertos que explicaron a sus señorías de qué iba todo y me tocó hablar después de Aquilino Polaino. Un hombre inteligente que decía esas cosas revestidas de ciencia como que debían aplicarnos electrodos para curarnos... Pero todos sabíamos que aunque el Senado lo vetara, salía en el Congreso. Ésa era nuestra revancha, saber que se aprobaba y que esta gente iría cambiando de opinión al ver que su hijo es gay o lesbiana, que han sido engañados por su párroco y que no se ataca a ninguna familia, sino que una institución agonizante como el matrimonio pervive.

-Buen año, entonces.

Gimeno: Hoy practicamente nadie pone en cuestión la ley. Desgraciadamente hay un recurso del PP, a pesar de que sus concejales y militantes la están usando y se están casando en una muestra de hipocresía política indignante.

Gonzalo: Quiero introducir un matiz: habíamos llegado a pensar que estábamos en una sociedad tolerante, pero se destapó una cantidad de homofobia enorme que no era la más o menos liberal, de esa que se conforma con decir que esto no son matrimonios, sino la homofobia del insulto. Fue una incitación a la violencia y al odio. La ley ha conseguido acabar con la discriminación legal y normalizar.

-¿También es síntoma de normalidad que se conozca el primer divorcio de una de esas parejas que se casaron al amparo de esta ley?

Gimeno: Sí. Entre nosotros nos preguntábamos cuándo saldría el primero. No tiene mayor importancia. Ésta es una lucha no sólo por unos derechos, que también son importantes, sino por la legitimidad, y eso te lo da la igualdad absoluta. Acabo de venir de Noruega y Suecia, donde tienen leyes de parejas muy igualitarias; pues están pensando en una ley de matrimonio porque han entendido que lo que es igual se llama igual.

Gonzalo: Estas primeras demandas de divorcio prueban que el amor y el desamor entre dos hombres o dos mujeres es, en esencia, el mismo que el que se ha creído siempre que era el bueno, el único.

-¿La ley funciona bien? ¿Hay problemas con la adopción?

Gimeno: Tiene el defecto de la filiación: las lesbianas tenemos hijos por inseminación artificial. Si el matrimonio es heterosexual, el niño automáticamente es registrado como hijo de ese padre y de esa madre, pero si es de lesbianas hace falta un proceso de adopción por parte de la madre no biológica. Los gays tienen que recurrir a la adopción internacional. Y sigue siendo más fácil adoptar como solteros porque si saben que estás casado y eres gay hay países que no te dan al niño. Brasil y Sudáfrica no discriminan.

-¿Cuándo se curará la homofobia?

Gonzalo: Faltan siglos. La peor forma de discriminación, el ocultamiento forzoso, tardará en desaparecer, el que no digas abiertamente que eres gay o lesbiana porque percibes desde pequeño, en las películas, en la tele, en los comentarios de tus padres o de tus amigos, que puede haber rechazo.

Gimeno: Yo he viajado y he dado muchas charlas. España es uno de los países menos homofóbicos del mundo, quizá tenga que ver con que, de momento, no hay una extrema derecha organizada. Salimos del franquismo con mucha hambre de libertad y hemos corrido mucho. En Alemania, la homofobia visible es terrorífica: en la calle, en sus pueblos...

-Van a coincidir dos reivindicaciones parecidas pero opuestas: en Valencia, desde el sábado, el Encuentro Mundial de las Familias, y en Madrid, la manifestación del día del Orgullo con el lema: «Por la diversidad, todas las familias importan».

Gimeno: Ninguna familia está siendo atacada, porque ésa que ellos defienden es también la nuestra, la de nuestros padres y hermanos. En realidad defendemos dos modelos de sociedad: una plural, libre y mestiza, que ve la diversidad como riqueza, y otra cerrada, excluyente, que tiene miedo de las diferencias. La familia es una metáfora.

-¿Cuándo ha sido la última vez que se han sentido discriminados?

Gimeno: Cada vez que me cuesta decir que soy lesbiana. Soy una persona muy tímida, debería ser parte de mi vida privada pero es necesario decirlo. Ni siquiera es la intención de la persona que tengo delante discriminarme, pero me ocurre todos los días, cuando me dicen si estoy casada pensando que tengo marido, cuando voy al ginecólogo y me pregunta si mantengo relaciones sexuales dando por sentado que soy heterosexual, cuando hablan de un actor y me dicen: «¿Verdad que está bueno?». Pues cada vez que siento que me resulta difícil decir: «A mí me gustan las mujeres» me siento discriminada. Nunca se acaba de salir del armario, porque te lo pregunta cualquiera, muchos sin intención, otros con ella, y cuando ves que se ponen nerviosos... es muy incómodo.

Gonzalo: Y cada vez que observas que siguen clasificándote. De mí han dicho alguna vez: «Ahí viene el jefe de los homosexuales», aunque sea sin ánimo de ofender.

-¿Están casados?

Gimeno: Desde el 17 de diciembre y tengo un hijo biológico de 18 años que tiene su padre pero ha crecido con nosotras. No me casé en mi etapa heterosexual porque no sentí la necesidad. Ahora sí la he sentido.

Gonzalo: Estoy soltero y sin compromiso, lo digo por si interesa a alguien.

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